Iván Duque dejó a muchos escritores colombianos fuera de la Feria del Libro de Madrid. Después de una semana de protestas, son ellos los que le han expulsado de las casetas. No de manera literal, puesto que Colombia es el país invitado a la 80 edición de la Feria y el presidente colombiano es uno de los grandes nombres del cartel.
Duque supuestamente iba a aprovechar su paso por Madrid para presentar un libro sobre Economía Naranja y una autobiografía. Algunos medios informaron ayer de la cancelación de su acto literario tras varias jornadas seguidas de manifestaciones. Este jueves, en cambio, en declaraciones a una radio colombiana Iván Duque ha rechazado que ese fuese el propósito de su viaje. En principio la visita institucional a la Feria sigue en pie y se producirá este viernes.
Hace una semana el asunto saltaba a los medios por culpa de unos olvidos flagrantes en la lista de invitados que la Embajada de Colombia remitió a la Feria del Libro. Ni Piedad Bonnett, Laura Restrepo, William Ospina, Héctor Abad Faciolince o Fernando Vallejo estarían en una edición cuyo lema es “Colombia diversa y vital”. No tan diversa. Las firmas que faltan son todas contrarias al gobierno de Iván Duque. Fue entonces cuando el embajador colombiano en España, Luis Guillermo Plata, justificó que su selección se basaba en autores “neutrales” y que el criterio de calidad estaba por encima de cualquier ideología. Unas declaraciones que no ayudaron a calmar los ánimos y empujaron las protestas durante todo el fin de semana. Ahora, Duque ha cancelado su foro literario previsto para los días 16 o 17 de septiembre.
“Hemos oído que cancelaba la presentación del libro”, reconoce Blas Garzón, encargado de la librería Traficantes de Sueños, una de las firmantes del manifiesto en contra de la presencia de Iván Duque en la Feria del Libro de Madrid. “La literatura neutral no existe”, dice en referencia a las palabras del embajador. “Se ha tendido una alfombra roja de sangre a uno de los responsables políticos de la violación sistemática de los derechos humanos en Colombia”, interpreta el librero.
Junto a Traficantes de Sueños, otras librerías madrileñas y estatales, como La Fuga de Sevilla o Letras Corsarias de Salamanca, se han unido en apoyo a los autores colombianos que han sido relegados de la muestra. Son “víctimas de gobiernos como el del presidente Iván Duque, heredero de la peor tradición uribista, la de los falsos positivos, los cuerpos mutilados, el narcotráfico, el extractivismo, las matanzas paramilitares”, escriben en el comunicado. Por eso, la presencia del presidente colombiano “en nuestra Feria” es “un lavado de cara que no podemos pasar por alto”, dicen.
Este manifiesto “es un abrazo transoceánico y una forma de alzar la voz contra la represión y la violación del acuerdo de paz”, define Blas Garzón. “La situación actual de derechos humanos en Colombia es alarmante y desalentadora. Desde la firma del acuerdo de paz en 2016, más de 900 líderes sociales han sido asesinados en todo el país; y cerca de 1.200 excombatientes que dejaron las armas, porque creyeron en la palabra del Estado que les prometió una digna reincorporación a la sociedad, también han sido asesinados”, cuenta la plataforma UIPA, formada por escritores colombianos y residentes en Europa, sobre todo en España.
Sico Pérez, portavoz de UIPA, explicaba a elDiario.es que no considera que “los escritores que están invitados sean afines al Gobierno”, pero sí que “hay intereses políticos para no invitar a otros. Utilizan la Feria del Libro como una pantalla para lavarse la cara y no enseñar a Europa y a España en particular lo que está pasando allí”. Bajo el lema Realismo Trágico, la UIPA ha lanzado una campaña en redes y varias acciones callejeras para criticar las decisiones institucionales de España y su beneplácito a Duque.
Sin firma, pero con medallas
Aunque la presentación del libro no se vaya a realizar y la visita al Retiro esté todavía en el aire, a Iván Duque no le faltan condecoraciones en España. El Consejo de Ministros aprobó este martes darle la Gran Cruz Isabel la Católica, uno de las máximos reconocimientos que otorga el Estado español. También forman parte de la orden los dos predecesores de Duque en Colombia, Juan Manuel Santos (en 2015) y Álvaro Uribe (en 2005).
A su llegada al país, Duque se reunirá primero en el Palacio de la Zarzuela con Felipe VI, gran maestre de la orden que le otorga la Gran Cruz. Después, lo hará con el presidente Pedro Sánchez en La Moncloa y, por último, acudirá a un evento presentado por Isabel Díaz Ayuso, presidenta madrileña, pues el PP mantiene fuertes lazos con la derecha colombiana desde la época de Aznar.
“La gran mayoría de los reconocimientos y las medallas chorrean sangre. Los acuerdos que hay entre los países de la Unión Europea y América Latina siempre han estado más alla del cumplimiento de la paz y los derechos humanos. Es un símbolo económico que garantiza las inversiones españolas en Colombia”, expresa Blas Garzón, de la librería Traficantes de Sueños.
Un año después llegada a la presidencia de Colombia, en 2019, la popularidad de Iván Duque descendió hasta el 26%, según una encuesta nacional. Otras que datan de este año sitúan la cifra en el 16%. El presidente se opuso al acuerdo de paz de 2016 promovido por el expresidente Santos antes de alzarse con el poder. Tras esto, varias organizaciones internacionales han denunciado “la grave crisis de derechos humanos en el país” llegando a dirigirse directamente a Duque. “Hemos documentado el uso excesivo de la fuerza por parte de las fuerzas de seguridad y múltiples violaciones de Derechos Humanos y crímenes de derecho internacional, incluyendo la desaparición forzada y la violencia sexual”, escribió la secretaria general de Amnistía Internacional. También la ONU y la Organización de Estados Americanos han condenado los casos de “tortura y asesinatos cometidos por las fuerzas del orden”.