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Actuar en espacios culturales seguros para las poetas: “Se trata de aparcar el ego y escucharlas a ellas”

La actriz y creadora Ana Rujas en un micro abierto. Foto: Marina Kaysen.

Guillermo Carazo

10 de mayo de 2021 22:20 h

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Hace varios años que los recitales de poesía viven un buen momento entre el mar de propuestas de la oferta cultural nacional. Son muchas las personas que acuden a presentaciones de poemarios, poetry slams y micros abiertos (open mics) realizados en librerías, pubs, cafeterías y bares para escuchar y recitar versos, mayoritariamente, de autoría propia. Pero como en casi cualquier contexto, estos espacios literarios no están libres de situaciones que perpetúan ciertas violencias de género.

Por ello, ya son varias las mujeres que han creado y organizan micros abiertos de poesía que ponen especial hincapié en la seguridad de sus asistentes. En algunos de estos eventos el público puede ser mixto. En otros, el micrófono está disponible solo por y para mujeres.

Por ejemplo: el 11 de mayo a las 19 horas en la sala Búho Real de Madrid, se inauguran las open nights de I am the man, open mic con escenario no mixto y público mixto. La escritora y fotógrafa Marina Kaysen (Madrid, 1995) es la organizadora del “primer micro abierto de poesía que hay en Madrid exclusivamente para mujeres, todas en su diversidad”, tal y como cuenta a elDiario.es. Un nuevo formato que se suma a los eventos poéticos con perspectiva feminista que Kaysen gestiona bajo el sello I am the man. Organización cuyo fin es construir espacios seguros donde siempre se remunere a las autoras. “Si estoy hablando del poder de las poetas, de las artistas, deben ser ellas quienes tomen el escenario sin que de repente se suba un hombre leyendo cuatro líneas sobre cómo de libres nos quiere, porque esto no es así. Se trata de aparcar el ego y escucharlas a ellas, apoyar es eso”, opina Marina Kaysen

Escuchar a las disidencias

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“Prefiero dar un espacio a todas estas disidencias, me parece interesante por el hecho de que quieras o no se convierte en un espacio mucho más seguro. Eso, a veces, es difícil de entender, pero yo me siento más segura en un espacio transmaricabollo que en una sala llena de tíos cis”, comentó la poeta Olza Olzeta (Barcelona, 1997) –actual campeona de Europa de poetry slam– en este reportaje publicado en elDiario.es.

Catalunya es una de las comunidades autónomas que más eventos de este tipo gestionan. Olza ha organizado varios encuentros de poesía donde, principalmente, mujeres y personas disidentes del sistema sexo-género toman el micrófono. Sin ir más lejos, la última semana de abril recitó en varios centros de Barcelona. Uno de ellos fue la cooperativa La Raposa del Poble Sec que, en su bar vegano y librería feminista, realizó el 25 de abril un recital lesbopoético y celebró con poesía el 26 de abril, Día de la Visibilidad Lésbica. 

Hasta que la pandemia de la COVID-19 lo paró todo, Olza llevaba un micro abierto en la librería barcelonesa Prole. Este espacio se caracteriza por su cuidada selección de libros y por su gestión cultural especialmente enfocada al género, al antirracismo y a las historias LGTBIQ+. Ana Navío (Santa Coloma, Barcelona, 1977), fundadora y librera de Prole, ha visto reducido el número de eventos poéticos en su pequeño espacio literario. No obstante, ha realizado dos recitales en lo que va de año. El open mic que organizaba Olza todos los lunes –y que cuando pase el coronavirus volverá– era mixto. La librera de Prole recuerda que “una vez tuvimos que parar un micro y echar a un hombre. Estábamos hablando sobre un libro y él se puso a defender la violación. Diciéndome: ‘Una vez en la vida es perdonable’. Le echamos”. No obstante, Ana Navío opina que los eventos que celebran en su librería suceden en un marco “mixto, pero también es un espacio de cuidados. Es un espacio donde la gente se tiene que sentir a gusto y cómoda, y además dar espacios a otro tipo de voces y de disidencias”, comenta Navío.

Ellas y elles recitan. Ellas, ellos y elles escuchan

Marina Kaysen se subió a un escenario por primera vez cuando tenía 17 años. “Los piropos que recibí ese día por parte de señores que habían ido allí a leer, nada tenían que ver con lo que yo había recitado. Desde ese día y a lo largo de los años, siempre tuve que lidiar con paternalismos de barra hacia mis escritos”, recuerda Kaysen. “Estoy segura de que esto le ha pasado por lo menos una vez a todas las mujeres que han recitado en Madrid, porque hablamos entre nosotras”.

La poeta Seli Ka –mitad del dúo de rap El No de las Niñas–, es la artista invitada a abrir el primer micro abierto de I am the man. Seli Ka opina que los recitales no mixtos son útiles “porque se entrena la validación femenina, porque se escuchan voces bajitas, porque se habla de otras cosas”. Seli Ka destaca: “Un hombre que solo es público es un hombre que solo puede escuchar, ser pasivo, guardar”.

La experiencia desde dentro del circuito de la poesía ha impulsado a Kaysen a organizar recitales donde las protagonistas son mujeres ya que “prácticamente en todos los micros abiertos los que están detrás y delante y en la barra son hombres”, apunta la creadora madrileña. Kaysen asegura que existen diferentes motivos por los que es necesario crear espacios culturales de este tipo. “Conozco situaciones de acoso a mujeres muy cercanas (...) para mí, el disfrutar de la poesía en bares se ha convertido en algo prácticamente imposible”, confiesa.

Marina Kaysen señala particularmente a la escena poética madrileña en la que ha presenciado de todo: “Desde escribir romantizando el abuso y el venderlo como arte, a los abusos de poder por parte de escritores mayores a poetas más jóvenes pasando por el acoso y las agresiones cometidas dentro del circuito poético, que casi todo el mundo conoce pero que la mayoría aún hoy calla o niega”, denuncia.

Más allá de la poesía existen agrupaciones artísticas como Arte Muhé, el ciclo Ellas Son Arte, el colectivo K4RN3 KULTUR3, Las Pibas Producen, que abogan por encontrar nuevas formas de seguridad dentro de la oferta cultural nacional y visibilizan el arte de mujeres e identidades disidentes que, cada vez más, hallan espacios en los que además de ser incluidas también les son propios.

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