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La Feria del Libro no se deja mermar por la lluvia y mantiene su nivel de 2022

Dos jóvenes pasean por una Feria del Libro 2023 pasada por agua

Laura García Higueras

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Acaba la Feria del Libro de Madrid 2023, que tenía como reto mantener el buen pulso que recuperó en 2022. A la espera de conocer los datos definitivos, que estarán disponibles a mediados de la semana que viene, se estima que las cifras sean similares a las del año pasado, en el que se batió récord de ventas con un total de 10.207.000 euros. Y todo eso pese a haber contado con una persistente protagonista que nunca es bien recibida en un evento de este calibre celebrado al aire libre: la lluvia.

Y es que el Primavera Sound, que se vio obligado a cancelar una de sus jornadas esta semana, no ha sido el único afectado por el temporal. También el evento literario más importante del año que, de hecho, ha tenido que sobreponerse a su edición más lluviosa, con doce de sus diecisiete días pasados por agua. Esta coyuntura ha coincidido con el estreno del 'Proyecto Sombra' puesto en marcha para proteger a los lectores del sol a través de unas lonas gigantes que, finalmente, no han hecho tanta falta.

La organización ha compartido este domingo un comunicado agradeciendo el apoyo de los visitantes que, pese a la climatología, no han dejado de acudir al parque de El Retiro a comprar ejemplares. “Las sensaciones son excelentes”, asegura Eva Orúe, directora de la Feria. En su escrito, de hecho, no descarta la posibilidad de que finalmente se lleguen a superar –y por tanto batir un nuevo récord– los números de 2022. Según afirman, la 82º edición se clausurará “como mínimo”, con cifras de venta “similares”.

El evento literario abrió sus puertas el pasado 26 de mayo, dos días antes de las elecciones municipales y autonómicas que llevan acaparando miras desde entonces. Su inauguración coincidió con la última jornada de campaña electoral, de tal forma que congregó a políticos como Miquel Iceta, José Luis Martínez Almeida, Andrea Levy, Madrid Marta Rivera de la Cruz, Begoña Villacís. Quien no pudo estar ese día fue la reina Letizia, que acabó paseándose por las casetas el día 31 de mayo, adquiriendo entre otros títulos La ciudad de Dios de Pier Paolo Pasolini.

En el capítulo de agradecimientos del comunicado, Eva Orúe ha mencionado en primer lugar a los expositores “que han estado a las duras lluvias y a las maduras soleadas”. Ellos fueron una de las partes implicadas que permitieron paliar la polémica que rodeó a la Feria antes de su arranque ya que, tras endurecerse las condiciones para conseguir un puesto, hizo falta que se generaran nuevas sinergias entre editoriales y librerías para resolver la falta de espacio dentro de El Retiro. La solidaridad entre ambas fue clave. Como ya se vaticinó el año pasado, y todo apunta a que será una constante para el que viene, el reparto de casetas volverá a ser el gran quebradero de cabeza. Este año ha contado con un total de 385, que han acogido a 424 expositores.

La responsable se ha acordado igualmente de los autores y autoras, “cuyas firmas son identidad de esta Feria”. Gioconda Belli, Sara Mesa, Fernando Aramburu, Martín Caparrós, Elvira Lindo, Luis García Montero, Rosa Montero, Carla Novillo y Manuel Vilas han sido algunos de los múltiples escritores que se han encontrado con sus seguidores dentro del marco de la Feria. La organización ha aprovechado para rendir homenaje ha figuras como Francisco Ibáñez, Raúl Guerra Garrido, Carmen Martín Gaite, Juan Benet y Antonio Gala. Este domingo cierra sus tributos con una lectura de fragmentos de la obra de Javier Marías.

Otro de los nombres presentes en la lista de firmas ha sido el de Ana Obregón, que, según recoge EFE, ha congregado este domingo a decenas de personas haciendo cola desde las ocho y media de la mañana, para asegurarse la firma del libro El chico de las musarañas. Un título que, según afirmó la actriz en su presentación el miércoles, ha escrito “para cumplir uno de lo deseos de su hijo Aless [fallecido en 2020 a los 27 por causa de un cáncer]: ser escritor”. No han faltado cámaras de televisión, apretones, codazos, aplausos y gritos.

Por último, Orúe se ha acordado de todas las personas “que han participado en las más de 400 actividades”, junto a las que se han sumado a los eventos paralelos como Rodando páginas, del libro a las pantallas, proyecto que busca estimular vínculos entre el sector audiovisual y editorial.

Ciencia y literatura, hermanadas

La organización expone que se muestran igualmente “satisfechos” con los cambios de estructura incorporados. Entre ellos, la inclusión de de tres plazas y una zona central con 24 casetas. “Confiamos en que este experimento funcione porque necesitamos el centro para ganar espacio en El Retiro”, avanzó Orúe en la presentación de la edición. Así como la apuesta por sustituir la fórmula de contar con un país invitado por la opción de que el eje fuera un tema central. En este caso, la ciencia.

La divulgación científica ha ocupado un lugar relevante en el fondo aportado por numerosos expositores. La directora ha destacado la labor de la Unión de Editoriales Universitarias Españolas (UNE) por la oferta editorial aportada, así como “el dinamismo que han insuflado a la Plaza de la Ciencia y las Universidades, presidida por la réplica de un cerebro humano instalado por el CSIC. Todavía es pronto para vaticinar cuál será el tema que vertebre la edición del año que viene.

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