Gianni Papi, doctor en Historia del Arte por la Universidad de Florencia y uno de los especialistas en Caravaggio más reconocidos, acaba de dar su parecer en su perfil de Instagram sobre la autoría del Ecce Homo retirado de la venta por la casa de subastas Ansorena, hace dos semanas en Madrid. Prudente en sus apreciaciones, aclara que “el lienzo madrileño parece muy problemático en cuanto a su estado de conservación y, aunque se vea en directo, me temo que no dará todas las indicaciones necesarias hasta que esté limpio”. “Sólo entonces se podrá juzgar”, ha escrito y publicado Papi en la noche del martes. Es una advertencia a la entusiasta atribución que realizó al momento María Cristina Terzaghi, la única experta italiana que se desplazó a Madrid para estudiar en directo el lienzo. Para ella no hay ninguna duda. “¡Es él!”, dijo en el diario La Reppublica. Papi es muy prudente a la hora de aventurar su hipótesis.
El experto ha dejado pasar la explosión mediática causada por la subasta anulada en Ansorena, para aclarar que en su opinión, “no se puede juzgar un cuadro -sobre todo un cuadro que podría haber sido ejecutado por un pintor tan complicado y lleno de dificultades para atribuir- por una fotografía”. Y menos un cuadro en el que es tan necesaria una limpieza de suciedad y barnices oxidados. Ansorena ha asegurado que el lienzo fue retirado para que los “mejores expertos” en el artista italiano sean los que determinen si es o no obra de Michelangelo Merisi da Caravaggio (1571-1610). Antes habrá que restaurarla, así que el proceso de atribución podría dilatarse más de un año.
Por eso explica Papi que sólo cuando se haya equilibrado el cuadro se podrá juzgar. Es decir, menos ojo de urgencia y más exámenes científicos. “Quizás entonces se hayan mitigado algunas anomalías estilísticas (especialmente en la figura de Poncio Pilato) que me parece percibir, quizás por restauraciones pasadas”, apunta Papi sobre sus dudas de atribución a Caravaggio.
Además, Papi señala que el retirado de la venta no puede ser un cuadro ejecutado en Roma, en el año 1605, porque considera que no es comparable a otros que realizó en ese momento, como la Madonna de los palafreneros (de la Galería Borghese, en Roma), el San Jerónimo escribiendo (también en la Borghese) o la Virgen de los peregrinos (en la basílica de Sant’Agostino in Campo Marzio, Roma). No entra a detallar las diferencias estilísticas que encuentra entre esas obras y la recién hallada.
Sobre el cuadro declarado inexportable por el Ministerio de Cultura y Bien de Interés Cultural por la Comunidad de Madrid, el historiador del arte italiano indica que no pertenece a un momento juvenil de Merisi (1595-1596). Asegura que es datable en su opinión, “al menos una docena de años después”, es decir en 1608. Se decanta más por una obra final en la trayectoria del artista barroco (fallecido en 1610), que de juventud.
Por último, el experto sí se atreve a adelantar que si el cuadro madrileño fuera de Caravaggio, no sería el lienzo que perteneció al cardenal Massimo Massimi. Ha sido una de las hipótesis adelantadas en estos días, dado que las últimas noticias que se tienen de esa obra es que fue trasladado a España, en 1672. Explica que el Ecce Homo de Massimi debía medir unos 178 centímetros. El cuadro madrileño, sin embargo, mide 111 centímetros de altura, unas dimensiones completamente diferentes a las del Ecce Homo Massimi.