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Cinco historias negras de los Beatles

Mientras los Rolling Stones se llevan a un geriatra de gira, los Pink Floyd tocan con uno solo de los miembros originales y Bob Dylan anuncia cuentas bancarias, los Beatles celebran su día -el 10 de julio, que conmemora el regreso triunfal del cuarteto de su tour estadounidense y los cincuenta años de la premiere de Qué noche la de aquel día- con Ringo Starr de gira y alguna reedición de sus discos.

No hay que ponerse purista, en cualquier caso. No se trata de que la comúnmente denominada mejor y más influyente banda del mundo no haya sido revisitada lo suficiente. Pocos grupos han tenido una narrativa más exhaustiva que los cuatro de Liverpool: se han sucedido las biografías -algunas más autorizadas que otras- de la banda y sus componentes. Se han diseccionado y homenajeado los discos que marcaron la historia del grupo -Revolver, El Álbum Blanco y el Sgt. Peppers son la santísima trinidad del beatlemaníaco- y se han desempolvado y remasterizado obras suyas inéditas hasta decir basta. Y, aún así, la imagen de The Beatles sigue siendo aquella que definió Paul McCartney al final de su documental más completo, The Beatles Anthology: “Al fin y al cabo, éramos cuatro chicos de Liverpool cantando sobre el amor”.

Sí, eso es lo que ha quedado. O al menos, eso es lo que Paul McCartney querría definir como legado. “All you need is love”. Pero, ¿qué pasa con el lado oscuro? ¿Qué hay de Helter Skelter y de Charles Manson? ¿Dónde quedan en esa narrativa las leyendas urbanas, los cantos satánicos ocultos de los discos? ¿Se libraron los Beatles de todo ello por su muy lograda imagen de primera boy band de la historia, fabricada por Brian Epstein? ¿Ha sido la historia oficial más fuerte que la capacidad -tan común- de narrar algo oficioso lo suficientemente jugoso como para que permanezca flotando para siempre? Aquí van algunos mitos de los Beatles que añaden algo de chicha a su aniversario.

¿Los Beatles frenaban el crimen? La leyenda, que se dio como cierta durante décadas, tiene su génesis en una actuación de la banda durante su gira norteamericana en el show de Ed Sullivan. El show fue visto por una media de 73 millones de personas, se calcula que un 38% de la población estadounidense, lo que fue aprovechado por el periodista del Washington Post B. F. Henry para declarar que “durante la transmisión, no se robó ni un guardabarros en todo Estados Unidos”.

El comentario, que inicialmente era irónico y cuya finalidad era dar a entender que la audiencia natural de la banda eran adolescentes ingobernables y delincuentes juveniles, se propagó como todo lo contrario gracias a Newsweek, que lo citó como un hecho comprobado, y sirvió para dar una imagen cívica y plácida del grupo.

Paul murió y fue sustituido por un doble. Quizás la más conocida de todas las leyendas sobre los Beatles. Exactamente igual que pasó con Elvis Presley, una teoría conspirativa muy popular asegura que Paul McCartney falleció en un accidente automovilístico el 9 de noviembre, mientras salía de una sesión de grabación del Sgt. Peppers. El rumor cobró fuerza con la posibilidad de que le pudiera haber sustituido William Campbell, ganador del concurso de dobles de Paul McCartney -o Billy Shears, según algunos, el nombre que se atribuye a Paul en la banda ficticia creada en Sgt. Peppers.

Siguiendo la misma lógica, la culpa del resto de la banda por ocultar la muerte de Paul estaría presente en un gran número de mensajes en clave en varios de sus discos. McCartney jugueteó con la idea en Paul is live (Paul está vivo), un disco en directo que publicó en 1993 y que parodiaba esas supuestas claves.

La culpa de todo la tiene Yoko Ono. Más allá de haber sido acusada de haber provocado la ruptura del grupo -algo que el majete de McCartney no desmintió hasta este mismo año-, una historia más oscura recorre la trayectoria de la artista, viuda de Lennon. Tony Bramwell, autor de la biografía Magical Mystery Tours y antiguo acompañante de la banda, explicaba en su libro cómo Ono supuestamente acosó durante meses a Lennon hasta lograr su atención y que, cuando lo consiguió, le enganchó a la heroína. Bramwell describe a Ono como una bruja amante del ocultismo que utilizó sus poderes para seducir a Lennon y apartarle de la buena senda. Ono respondió a esta y otras lindezas en la canción Yes, I am a witch.

El fin de semana perdido de John Lennon. Cuando Lennon y su mujer pasaban una crisis, esta le propuso que pasara un tiempo solo y se aireara un poco. Esto se convirtió para Lennon en un largo periplo de alcohol y drogas en Los Angeles que duró 18 meses, bautizado como “el fin de semana perdido”. Pese a que los Beatles ya no tocaban juntos, el largo fin de semana supuso su reencuentro con Ringo Starr, y su última grabación con Paul McCartney. Uno de los hits del fin de semana que se alargó incluye una sesión de grabación con Phil Spector, que llegaba al estudio vestido de cirujano, vaquero o profesor de karate, según su humor, que se saldó con disparos y una grabación titulada Rock n'roll.

Pese a que la más famosa de las leyendas oscuras relaciona la canción Helter Skelter con el asesinato de Sharon Tate, Jay Sebring, Abigail Fogler y Voytek Frykowski por parte de los acólitos de Charles Manson, hay otro rumor mucho más aterrador: Ringo Starr y Paul McCartney podrían estar tramando juntarse con miembros de The Who para realizar una gira conjunta. Pese a que esto ha sido desmentido por los mánagers de ambos, la posibilidad ha despertado suficiente inquina como para recordar las declaraciones de Julian Lennon, hijo de John, que calificó el último concierto homenaje a la banda con Starr y McCartney como una “sesión de karaoke”.