Sónar y su hervidero electrónico (III): montañas mágicas de altavoces y hasta el séptimo cielo con Garnier

Sábado día

bRUNA + Wooky & Alba G. Corral (visuales)

SonarHall — 14:30

Decir que te dedicas a la música electrónica desde que tienes uso de razón puede parecer un poco exagerado, salvo si quien lo dice es bRUNA (Carles Guajardo). Afirma la leyenda que comenzó a trastear con cintas, casetes y derivados a la edad de siete años y que, años y años después, ha seguido saciando su fascinación con los cacharros y sus sonidos entrando en la Red Bull Music Academy de Toronto (2007). De eso hace ya casi diez años, precisamente los que bRUNA ha aprovechado para desplegar la parte más amplia de su arsenal creativo y musical. En 2009 sacaría su primer álbum en spa.RK, sello barcelonés fundado por Vicent Fibla y que, ya desde 2001, cobija a toda una estirpe de músicos e intelectuales frente a los vendavales de esa Barcelona que piensa más en la forma que en los contenidos. De Vicent Fibla nos quedamos con una curiosidad (no por ello menos bailable e importante), que es el éxito repentino que su formación The Congosound (Vicent Fibla + Carles Congost) causó en Colonia (en el sello Kompakt, para ser exactos). ¿Una prueba fehaciente de ello? Nos la sirve el mismo Superpitcher en un remix de su gran hit Say I'm Your Number One. Pero volvamos a bRUNA: en 2013 apuntala sus sonidos con otro largo, Thence (también en spa.RK), pero más allá de eso (como si necesitase, además de producir, agrandar el espacio y la difusión que tiene en Barcelona la música electrónica en sus vertientes más arriesgadas), configuró Lapsus, un concepto con diversas expresiones y formatos: Lapsus Records, Lapsus Radio (en Radio 3) y Lapsus Festival (cita anual en Barcelona que tiene lugar en el CCCB). El nexo entre bRUNA y Wooky se materializa de una forma simbólica cuando, en 2010, el recién creado sello Lapsus confirma The Ark de Wooky como su primera referencia.

Por su lado, la artista visual Alba G. Corral continúa desarrollando su trabajo audiovisual. En la pasada edición de MUTEK Barcelona aportó el lado visual al directo de Ricardo Villalobos, sumando otro nombre legendario a otros como el de Jon Hopkins.

Magic Mountain High

SonarDôme — 20:30h

¿Qué te imaginas que encontrarías en las alturas de una montaña mágica? Seguro que unas vistas increíbles, un aire puro y una sensación de libertad sin precedentes. Bien, ¿y qué encontrarías si decides desprenderte de cualquier artificio electrónico musical prefabricado producido en los últimos y regresas a los cacharros analógicos con los que tienes un contacto directo a la hora de hacer música, sin necesitar una pantalla de ordenador ni un sistema operativo? Un sonido increíble, un baile salvaje y una sensación de libertad sin precedentes (bis). Este es el rasgo que une el trabajo de Move D y los dos miembros de Juju & Jordash. Ya han pasado este año por Panorama Bar y muchos otros clubes que aprecian los sonidos poco adulterados y la autenticidad creativa. Sónar lo ha visto claro y se ha puesto manos a la obra para traérnoslos antes de que estén en boca de todos. Más allá de que en un par de años puedas fardar de que tú los viste “cuando no eran conocidos”, aprovecha la ocasión, alucina con su repertorio atemporal de beats y libérate de todo lo que suena a TOP 100 desde las alturas mágicas y angostas de los que hacen música electrónica sin complejos.

Sábado noche

Coyu

SonarClub — 00:05h

Iván Ramos Salinas, Barcelona, 1985. Con estos tres datos que aparecen en el D.N.I. de Coyu muchos nos quedaríamos sin reaccionar, como diciendo, ¿y quién es este tipo? Sin embargo, por poco que uno siga las novedades electrónicas más relevantes en los grandes portales y medios electrónicos (Resident Advisor o Beatport), levantará las orejas gatunamente prestando atención al escuchar nombrar Suara, uno de los proyectos más estimulantes y conocidos del panorama nacional e internacional y que, de manera muy poco habitual (en cualquier tipo de empresa, y en cuanto a sellos de música es un caso más sui generis si cabe), tiene una dimensión animalista que la incorpora sabiamente (y no por ello menos genuina) a sus herramientas de marketing y a su identidad como proyecto empresarial (y pieza fundamental en sus gráficas, portadas de discos y en la imagen que hemos usado para esta portada). Suara es gatos. Es miau (onomatopeya recurrente en los podcast de Suara). Es una Fundación que protege y cuida a los gatos abandonados o con problemas de salud. Muy bien, todo esto es fenomenal, pero, ¿y qué hay de la música? Agarraos que vienen zarpazos: Monkey Safari, Uner, Affkt, Hit Since 82, Lee Van Dowski, James Holden, Pig & Dan o Alan Fitzpatrick. Suara lleva ya más de 200 referencias, y sus temas suenan tanto como memes de gatos haciendo cosas divertidas (o que sus dueños consideran que lo son) en Tumblr. Es decir, Suara es ya un pilar en la internacionalización y divulgación de la electrónica nacida en nuestra península y, por si fuese poco, en las Facultades de Empresariales y Publicidad tendrán un problema si alguno de sus profesores no está al tanto del making off detrás de Suara y de su realización de lo que a veces casi nos parece una utopía: arte, conciencia, valores y que decenas de personas puedan trabajar y vivir haciendo bailar al mundo (y sí, salvando muchos gatos).

Laurent Garnier

SonarCar — 00:00h

Hay algo muy especial en Laurent Garnier (además de que es de los tres o cuatro artistas del festival que no necesita apenas presentación), y es su enorme poder de concentración de masas por mucho que pasen los años, las modas y los festivales. De hecho, aunque apenas produce en la actualidad, ha sabido conectar y mantenerse con los públicos electrónicos de las nuevas generaciones, sin haberse visto metido en huracanes mediáticos como sí se han prestado a ello figuras como Richie Hawtin o Sven Väth. No hay pista de baile en el mundo que no se venga arriba si es él mismo el que hace sonar Crispy Bacon, como tampoco se entendería la historia de la escena electrónica de París sin sus inicios en el mítico Rex Club ni sus vínculos con el Acid House de la Inglaterra de 1989. Sónar le ha dado a Laurent Garnier todos los cierres y escenarios posibles, pero como artista verdaderamente excepcional y con una fanbase en Barcelona (y España) quizás más potente incluso que en otros países, han decidido matar dos hits de un tiro: reinventar en formato íntimo, elegante y con brutal sonorización el escenario SonarCar y darle al Monsieur de la electrónica nada menos que siete horas para que despliegue como le dé la gana sus más de dos décadas de vivir por y para la electrónica. Todos somos ese hombre con la cara rojiza de tanto soplar tocando el saxo, pero esta vez será sudor por la mayor bacanal de baile jamás vista del tirón en un Sónar Noche.