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“En el mapamundi de los estereotipos, España se lleva la palma del maltrato animal”

Una de las obras expuestas en Capital Animal | Foto: Javier Gamonal

Rocío Niebla

Una chulapa, con clavel en mano y mantón de Manila, cruza la inmensa cola que da la vuelta a La Casa Encendida. Los peregrinos han venido - siendo puente, domingo por la mañana y una oferta nocturna de nivel por lo que a las fiestas de San Isidro se refiere- a seguir compartiendo y debatiendo en este tercer día de I Encuentro de Pensamiento Animalista de Capital Animal. En el bar de la institución, el bizcocho de zanahoria ha volado, mientras que los no vegetarianos ni veganos comen bocadillos de jamón sin hacerse a la idea del choque de imágenes y testimonios del sufrimiento animal que les queda por escuchar.

Los activistas han inundado el auditorio con camisetas de mensajes políticos – principalmente animalistas-. “¿Camarón era animalista?”, le pregunta una joven a otra que viste con el rey del flamenco. Camarón no, pero El Niño de Elche sí, y hoy es lo más parecido, en cuanto a derroche y a carisma, al genio de San Fernando. Si las artes entran en la política, como intenta hacer Capital Animal este mes, ha llegado el día para el compromiso de los creadores en la cuestión animal.

Hoy se cumplen cinco años del 15M, y la periodista Ruth Toledano abre la velada acordándose del 15M. Achaca el sí de todos los participantes de la mesa, que hoy va de política y activismo, a la efeméride: “el espíritu de cambio y de construcción es lo que tenemos en común con las plazas de hace cinco años”. A Ruth Toledano era fácil verla en Sol en el 15M, de hecho, ella fue una de las impulsoras del Círculo Animalista, que acabó llevando a la Asamblea General de la Plaza el debate de la tauromaquia o el derecho al menú vegano en las instituciones públicas. Cabe recordar que al unísono la Asamblea votó tajante por el 'no' de la festividad taurina, así como por el resto de actividades de espectáculo con animales.

Objetivo: una ciudad libre del maltrato animal

La presidenta de PACMA, Silvia Barquero, es la primera ponente del día. Con un ensordecedor silencio abre su discurso: “este silencio es el que ha habido durante años en el panorama político en lo que a derecho animal se refiere”. Silvia recuerda sus quince años como activista, antes de dar el paso al frente a la política, y los miércoles en la sede del PSOE pidiendo la Ley de Protección Animal con la que el gobierno de Zapatero se había comprometido. Con 220.000 votos en las pasadas elecciones, y el convencimiento de que mejor más temprano que tarde, en el Parlamento habrá una voz que sea la voz que no tienen los animales. Silvia asegura que sus listas vienen protagonizadas por mujeres y en su totalidad por personas veganas.

Xulio Ferreiro, alcalde La Coruña por la candidatura popular Marea Atlántica, fue el primero en dar el paso en firme en quitar la subvención a la feria de toros de la ciudad, que este año ya no se ha celebrado. “Había más gente manifestándose en la puerta que dentro, y eso que la entrada era gratuita”, explica. Como el movimiento animalista de la ciudad tenía buen peso en la configuración del partido-movimiento ciudadano, en el programa participativo de la candidatura había dos medidas específicamente animalistas: la retirada del dinero público para la feria, y la voluntad de conseguir una ciudad libre del maltrato animal. “Más allá de la ética, la idea de la ciudad en cuanto a derechos se refiere, encaja en los que no tienen voz y los invisibles, y es por eso el compromiso”.

Xulio explica que están poniendo en marcha el Centro de Protección Animal, con las máximas de sacrificio cero y la construcción de quirófanos. Además, el Ayuntamiento apuesta por campañas de concienciación y de adopción de animales. Pequeñas medidas como dejar de limpiar las calles con lifosfato (que envenenan a los perros y gatos), así como la puesta en marcha de la “Patrulla Verde” que vigila y alerta el maltrato animal. Son algunas medidas para conseguir cumplir los objetivos.

El exdiputado de las Cortes Generales Chesús Yuste presenta el trabajo que desde 2007 viene haciendo la Asociación Parlamentaria en Defensa de los Derechos de los Animales (APDDA). La asociación trabaja como lobby interno en Las Cortes. “Hay que ganar la batalla ideológica dónde más les duele y demostrar la pobreza ideológica de la tortura”, dice Chesús, además de asegurar que “en el mapamundi de los estereotipos de los países, España se lleva la palma del maltrato animal”. Juan Carlos Monedero abrió el debate desde su ponencia: la prohibición como tal, en algunas comunidades autónomas, es aventar el fuego de la tauromaquia. Desde el profundo rechazo por el maltrato animal, considerando una aberración las corridas de toros, animó a ser más estratégico y mirar al horizonte para llegar al fin. Monedero apuesta por retirar la totalidad de subvenciones públicas y premiar -por ejemplo con la bajada de impuestos- a colectivos y personas que trabajen y hagan el bien a los animales.

Visibilizar lo que nadie quiere ver

Javier Moreno es director de Igualdad Animal que empezó en Madrid con tres activistas (contándole a él) y ahora colaboran con ocho países haciendo trabajos de investigación principalmente en granjas. La campaña Su primer día en el que se documentaba el nacimiento de los pollos -pollitos o huevos- dio la vuelta al mundo, consiguiendo una visibilidad de 50 millones de personas. Las investigaciones de Igualdad Animal han logrado grandes éxitos como que el Ministerio de Comercio e Industria de la India prohibiera la importación foie gras.

Leonardo Anselmi es director para el Sur de Europa y América Latina de la Fundación Franz Weber y portavoz de la plataforma PROU que impulsó la abolición de las corridas de toros en Cataluña. Leonardo es un convencido de compartir el camino por la lucha de los derechos con otros movimientos ciudadanos. La cuestión de la violencia en el activismo lo puso también sobre la mesa: “El pacifismo tiene que ser la espina dorsal del movimiento animalista. Si rechazamos la violencia a animales, no podemos ejecutar con violencia, porque igual que nosotros defenderíamos un tipo, otras personas podrían tener excusas para defender otro”.

El fundador de Gladiadores por la Paz, Óscar Castillo, consiguió emocionar al público: “tengo la piel de gallina”, dice una señora con los ojos llorosos. El testimonio del activista que con acciones pacíficas salta al ruedo, se encadena en las plazas de toros o obstaculiza el paso de la llegada de los animales a los lugares donde a modo de espectáculo son torturados, fue un auténtico lujo escuchar a viva voz y de primera mano. “Estoy más nervioso ahora que cuando me enfrento a los bárbaros”, arranca Óscar. Los activistas de Gladiadores por la Paz son mujeres y hombres que cansados de esperar a las leyes, a los partidos, a las promesas, han decidido levantarse por los sin voz -los animales- y plantar cara a los aficionados de manera pacífica.

Óscar cuenta que la estrategia de la asociación es llamar la atención de los medios de comunicación, y con el foco y mira de estos, hacer visible el sufrimiento animal en las festividades. Con las cuentas embargadas, varias veces despedido de los trabajos, con una montaña de multas y delitos de desorden público a cuesta, Gladiadores por la Paz permanece firme en sus objetivos. Ni la cárcel ni los palos que reciben han conseguido amedrentar a estos activistas.

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