Este blog se ocupará de las series más influyentes del momento, recomendará otras que pasan más desapercibidas y rastreará esas curiosidades que solo ocurren detrás de las cámaras.
Series y palomitas
Una de las grandes ventajas de la oferta seriéfila actual es que hay series para todos los gustos. Hay algunas que son examinadas con lupa cada capítulo y provocan encendidos debates entre defensores y detractores, otras que enseguida presentan sus credenciales para convertirse en clásicos instantáneos, las hay que son ensalzadas por una minoría y las que pasan desapercibidas ante una mayoría. También están las que pasan de todo lo anterior y se concentran en su único propósito: entretener.
Estas últimas no entrarán a finales de año en las tradicionales listas de lo mejor de la temporada pero con un poco de suerte contribuirán a dignificar el término de guilty pleasure, porque ni se puede ser intenso las 24 horas del día ni por ser calificadas de placeres tienen que ser culpables. Muchas veces lo que pide el cuerpo no es sentarse y sufrir con el terremoto emocional, más bien montaña rusa, de la primera temporada de The Leftovers, ni por la miseria humana de Walter White, las maquinaciones de Frank Underwood, los problemas existenciales de Don Draper y toda la plantilla de Mad Men o si hablamos de comedia, ponernos ante el baño de realidad de cada capítulo de Louie. Parece que ser calificada de ser 'solo' entretenida (o palomitera para hacer honor al título del post) es lo más fácil, pero también hay que ganárselo.
La reina indiscutible de la temporada pasada fue Sleepy Hollow, una serie por la que pocos apostaban, más bien parecía estar en las quinielas de primeras cancelaciones, y terminó convirtiéndose en una de las sorpresas de la tanda de estrenos. La química entre los dos protagonistas, el humor con el que se tomaba muchas veces a sí misma y los problemas de Ichabod Crane con el mundo moderno ayudaron a que consiguiera su cometido. La segunda temporada arranca en unos días en EE UU, el 30 de octubre llegará a Fox España, y su reto será pasar con nota el examen de la siempre difícil segunda temporada.
En el grupo de veteranas ya están Scandal (en octubre en Fox), Nashville (Canal +), Revenge (Fox), La Cúpula (Antena 3), The Strain (próximamente en Cuatro), la incombustible Anatomía de Grey (Fox), Homeland (el 9 de octubre en Fox) o las que sirven las palomitas salpicadas de sangre como American Horror Story (en otoño en Fox), The Walking Dead (13 de octubre) o Banshee (Canal +). También las que llegaron procedentes de franquicias comiqueras como Marvel's Agents of S.H.I.E.L.D. (estreno de la segunda temporada en Fox el 13 de octubre), Arrow (el 15 de octubre en Calle 13) y las que llegarán esta temporada como The Flash o Gotham (Canal +) .
Ya están también en la parrilla de salida otras series que tiene muy claro su objetivo. Esta martes llega a TNT The Last Ship, una serie apocalíptica producida por Michael Bay, especialista del cine palomitero que se estrenó en la pequeña pantalla con Black Sails (TNT) y más adelante irán llegando State of Affairs, que parece presentarse como un cruce entre Homeland y Scandal; How to get away with murder, How to get away with murdernueva creación de la especialista Shonda Rhimes o la avalancha de historias románticas en formato sitcom que le vienen a hacer la competencia a The Mindy Project (Cosmopolitan TV), como Selfie, Manhattan Love Story o A to Z.
Una de las grandes ventajas de la oferta seriéfila actual es que hay series para todos los gustos. Hay algunas que son examinadas con lupa cada capítulo y provocan encendidos debates entre defensores y detractores, otras que enseguida presentan sus credenciales para convertirse en clásicos instantáneos, las hay que son ensalzadas por una minoría y las que pasan desapercibidas ante una mayoría. También están las que pasan de todo lo anterior y se concentran en su único propósito: entretener.
Estas últimas no entrarán a finales de año en las tradicionales listas de lo mejor de la temporada pero con un poco de suerte contribuirán a dignificar el término de guilty pleasure, porque ni se puede ser intenso las 24 horas del día ni por ser calificadas de placeres tienen que ser culpables. Muchas veces lo que pide el cuerpo no es sentarse y sufrir con el terremoto emocional, más bien montaña rusa, de la primera temporada de The Leftovers, ni por la miseria humana de Walter White, las maquinaciones de Frank Underwood, los problemas existenciales de Don Draper y toda la plantilla de Mad Men o si hablamos de comedia, ponernos ante el baño de realidad de cada capítulo de Louie. Parece que ser calificada de ser 'solo' entretenida (o palomitera para hacer honor al título del post) es lo más fácil, pero también hay que ganárselo.