El Teatro Real insiste en que los contagios que trastocaron las funciones de la semana pasada no constituyeron un brote. También niega que acumulen 90 positivos, como le consta al sindicato CGT, o 60, como cotejaron algunos trabajadores con la Comunidad de Madrid. Afirma que son 25. Así lo ha defendido la dirección del Teatro Real este miércoles en una rueda de prensa en la que también han presentado su plan estratégico 2021-2022.
El pasado 3 de enero, diferentes fuentes sindicales confirmaron a este diario que había más de 50 trabajadores de la institución infectados por COVID-19 y que esto afectaba a las últimas representaciones de La Bohème, la célebre ópera de Puccini que estaba programada para los días 2, 3 y 4 de enero. La función del día 2 se canceló por falta de ensayo y preparación de los sustitutos, aunque el comunicado oficial refería a “la crisis sanitaria provocada por la COVID-19”, sin ofrecer más información.
Las del 3 y 4 salieron adelante con intérpretes de distintos cástings, pero con un coro mermado al que le faltaban el 30% de las voces: 17 de 52. La empresa a la que subcontrata el coro, Intermezzo, no reemplazó las bajas y el Real cambió a los solistas por otros nuevos un día antes de la representación. “Cualquiera que tenga un conocimiento de ópera va a notar la diferencia”, se lamentaron algunos de los trabajadores.
Gregorio Marañón, presidente del Teatro Real, considera que ha sido un “tema anecdótico” y “que las cosas se están haciendo sanitariamente bien” en su institución. “Ha quedado claro que no ha habido brote, porque brote es cuando hay un origen común de esos contagios. Aquí no lo ha habido, ha sido una coincidencia de casos”, ha respondido el máximo representante en el turno de preguntas.
Insisten en que son 25 contagios porque no cuentan a orquesta, coro ni otras secciones subcontratadas y porque son los que detectaron el día 3 de enero en su cribado de emergencia. El comité lleva reportando positivos desde el 22 de diciembre a la empresa, con copia a los delegados de Prevención Laboral, sin recibir respuesta. Fuentes sindicales de CGT han contabilizado un mínimo 90 casos en las últimas semanas. Por su parte, según fuentes del coro, la Consejería de Sanidad les confirmó a principios de enero que los contagios ascendían a 60.
Hasta el momento de las preguntas, ni Marañón ni su director general, Ignacio García-Belenguer, o su director artístico, Joan Matabosch, habían mencionado los contagios en la rueda de prensa. Sin embargo, el presidente sí había destacado su “riguroso” protocolo contra la COVID-19 y al comité médico asesor del Teatro Real, formado por cinco sanitarios y encabezado por Santiago Moreno, jefe de enfermedades infecciosas del Hospital Ramón y Cajal.
Este último ha grabado un vídeo, que se ha emitido en la sala de prensa, en el que señala que “la mayor parte de los casos han ocurrido fuera de la institución y no hubo transmisión dentro”. Moreno repite que son 25 positivos entre 450 (un número que, en cambio, sí incluye a coro, orquesta y subcontratas). “El Teatro Real se ha esmerado en elaborar unos protocolos contra la COVID-19 que garantizan la seguridad, tanto para los trabajadores como para el público. Un conjunto de medidas que muchos querríamos en nuestros lugares de trabajo –hospitales– y que no es posible”, ha subrayado.
Los profesionales contactados por este diario critican que el Teatro Real y su subcontrata –en este caso la encargada del coro– “jugasen” con la salud de los trabajadores durante los días 3 y 4. “Está clarísimo que no deberían celebrarse las funciones”, manifestó un cantante del coro a este diario. “Están mezclando burbujas y se están saltando su propio protocolo de no combinar elencos”, aseguró.
Por su parte, el director artístico, Joan Matabosch, ha destacado este miércoles la valentía del Real al suspender la función del 2 y seguir con las dos sucesivas: “Todo el mundo nos envidia por haber tenido las agallas de tirar para adelante”, recalca. Asegura que todos los intérpretes se subieron al escenario en las condiciones sanitarias y artísticas para ofrecer “un producto excepcional”. “El público así lo percibió”, ha dicho también Marañón, pues la ocupación de las funciones de La Bohème alcanzó de media el 98,6%.
Sin cambios en el protocolo COVID
Gregorio Marañón ha informado de que en este último año se han realizado 11.500 pruebas diagnósticas por valor de 700.000 euros y que se hacen “de media cada tres días”. “Dudo que haya una sola institución en España que pueda decir lo mismo”, ha afirmado el presidente. La mayoría de casos encontrados son asintomáticos, pero requieren una cuarentena mínima de siete días que pueden comprometer, como ha pasado, algunas representaciones.
No obstante, al coro al completo, formado por medio centenar de cantantes y donde se suma el mayor número de contagios, no les hicieron pruebas desde el 23 de agosto hasta el 23 de diciembre. Las representaciones de La Bohème habían comenzado 11 días antes. Pero tanto Marañón como su director general se desentienden de estos contagios –28, según la delegación sindical–.
“El coro, aunque es titular, no pertenece al Teatro Real, es una empresa externa. Los indicios que tenemos es que los contagios nunca se produjeron en el Teatro Real, sino en un concierto externo unos días antes de Navidad. No porque los protocolos del Real no funcionasen”, ha justificado Ignacio García-Belenguer. Además, piensa que la información de que no se hicieron pruebas a los cantantes en cuatro meses “no es cierta, correcta o rigurosa”. “Quiero verificarlo, pero tengo la duda razonable. Y de ser así, estoy convencido de que tiene una justificación”, ha respondido el director general.
La Comunidad de Madrid y el comité médico coinciden en que ya quisieran ellos que en los hospitales o incluso en las residencias existiesen protocolos COVID tan rigurosos
En cuanto a los contagios de los trabajadores, asegura que no se han producido de forma correlativa y que no han tenido contacto entre ellos. Cualquier positivo es reportado de inmediato a la Comunidad de Madrid, con quienes dic tener una relación “estrechísima, porque son patronos de esta casa”. “La Comunidad de Madrid y el comité médico coinciden en que el tratamiento del COVID en el Teatro Real es excepcional, y que ya quisieran ellos que en los hospitales o incluso en las residencias existiesen protocolos tan rigurosos”, ha añadido García-Belenguer.
Ante la pregunta de si se plantean reformular las medidas para que no ocurra lo mismo que en La Bohème –un coro mermado, suplentes sin tiempo para ensayar y las grandes figuras del primer cast desapareciendo de las funciones– Matabosch ha contestado que no. “El Teatro Real no va a cambiar la manera de proceder. Vamos a aplicar el protocolo y a tomar medidas para que las funciones sigan adelante. ¿Cómo vamos a hacer esto? Pues la verdad es que no tengo ni idea, hay que buscar covers y a gente que pueda salir en un momento dado”, ha reconocido.
Todo el mundo nos envidia por haber tenido las agallas de tirar para adelante
El director artístico también ha señalado que “solo hubo un caso sintomático, un cantante. Todos los demás se han enterado de que eran positivos porque les hemos hecho la prueba. Ese mismo día, había un tenor haciendo un do de pecho apoteósico”, recuerda. Prevé que “el protocolo médico en un futuro próximo cambiará de chip, porque hay muchos más casos pero son en general bastante inofensivos”, ha dicho el directivo. Mientras tanto, asegura que “si hay que cancelar funciones, no será el fin del mundo”.
El Teatro Real ha sido una de las instituciones culturales que mayor tiempo se ha mantenido abierta durante la pandemia. Tan solo echaron el cierre los cuatro primeros meses de 2020. El rey Felipe VI llegó a decir que mantenerlo abierto era “una liberación” para los trabajadores del Real, pero también le ha reportado críticas por no respetarse las distancias de seguridad y por la ocultación de una veintena de contagios entre el equipo artístico en marzo de 2021.
Fuentes sindicales exigen que haya más “honestidad” por parte del Teatro Real de cara al público y transparencia sobre su situación sanitaria de cara a los trabajadores: “Hay personas dejándose mucho dinero en un palco y que merecen saber qué ópera van a ver y con qué cambios”, demandan. También critican que el Real se niegue a contabilizar los positivos del coro y la orquesta como casos propios, pero en cambio sí cuente a sus profesionales entre los 450 miembros de la plantilla para defender que solo se han contagiado 25 de 450.