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Rajoy y Felipe VI reciben al príncipe saudí para sellar la venta de cinco corbetas de Navantia

El Príncipe heredero de Arabia Saudí, Bin Salman Abdulaziz al Saud (c, arriba), a su llegada a la Base Aérea de Torrejón, Madrid, con motivo de su primera visita oficial a España.

Gabriela Sánchez

Una comitiva del Gobierno, con María Dolores de Cospedal a la cabeza, ha recibido este miércoles al príncipe de Arabia Saudí y su séquito en la base aérea de Torrejón de Ardoz. La gira mundial de Mohamed Bin Salmán hace parada en España con el objetivo principal de autorizar la firma de un contrato con Navantia para construir cinco corbetas por valor de 2.000 millones de euros. Mariano Rajoy y Felipe VI recibirán al heredero saudí este jueves para zanjar uno de los últimos trámites de la cuestionada operación.

A casi 6.000 kilómetros de distancia, la población yemení soporta un día más las profundas consecuencias humanitarias del embargo y los bombardeos aéreos de la coalición saudí. La posibilidad del uso de corbetas españolas en el conflicto de Yemen, donde la ONU ha documentado graves violaciones del derecho internacional humanitario por parte del grupo de países liderados por Arabia Saudí, empuja a varias ONG a exigir al Gobierno que “no autorice la exportación” de las fragatas y que cese la venta de armas al país del Golfo.

A través de la campaña Armas Bajo Control, Amnistía Internacional, FundiPau, Greenpeace y Oxfam Intermón llevan tres años alertando al Gobierno del “riesgo sustancial” que, a su juicio, supone la venta de armas a Arabia Saudí: el empleo de las corbetas “para llevar a cabo ataques militares directos contra la población civil, ataques indiscriminados o mantener el bloqueo aéreo y naval impuesto a Yemen por la coalición saudí”.

El Tratado sobre el Comercio de Armas, ratificado por España en 2014, prohíbe la venta de armas en el caso de que, en el momento de autorizar la operación, el Estado sepa que las armas “podrían utilizarse para cometer genocidio, crímenes de lesa humanidad, infracciones graves de los Convenios de Ginebra u otros crímenes de guerra”.

Para alertar de este peligro, miembros de las cinco ONG de la campaña han mantenido varias reuniones con representantes del Ministerio de Economía e Industria. “En diciembre, tuvimos un encuentro con el director general de Comercio Internacional de Inversiones y le planteamos el asunto, pero lo justifican alegando que Arabia Saudí no está sometida a ningún embargo internacional”, apunta Alberto Estévez, analista de comercio de armas de Amnistía Internacional. “Da igual que no exista un embargo de la ONU cuando este contrato incumple la legislación española e internacional”, apunta el experto.

Otro de los argumentos con los que el Ejecutivo defiende ante las ONG la legalidad de la venta se refiere, según Estévez, al supuesto compromiso del Ministerio de Defensa saudí de utilizar las corbetas dentro de las aguas jurisdiccionales del país. “El problema es que España no tiene un mecanismo de control que asegure que las armas se usen conforme a derecho internacional, ¿cómo van a monitorizarlo?”, discrepa el investigador de la campaña Armas Bajo Control.

Desvíos de armamento al conflicto de Yemen

Aunque el Gobierno parece confiar, el régimen saudí no siempre cumple su palabra. Informes de 2016 y 2017 publicados por el Balkan Investigative Reporting Network (BIRN) y el Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP) denunciaron la exportación de armas desde distintos países de Europa Central y Oriental a Arabia Saudí, Jordania, Emiratos Árabes Unidos y Turquía, que acabaron desviadas a grupos armados en Siria y Yemen.

Según el último informe del Centro Delàs de Estudios por la Paz, “hay indicios sobre el acceso por parte del grupo armado Al-Houthista a armas de origen español vendidas en décadas pasadas a Arabia Saudí”. Estas operaciones incluían lanzagranadas y granadas de mano fabricados por Instalaza, apuntan desde SIPRI. Riad también reconoció en 2016 el uso de bombas de racimo de fabricación británica en el marco de su campaña militar en Yemen, suministradas a finales de los 80 y prohibidas desde 2008.

“El cumplimiento de la legalidad no puede basarse en la confianza en la palabra del régimen saudí, que ha impulsado 15.000 bombardeos en los últimos años, de los que muchos son crímenes de guerra”, sostiene Estévez.

“La mayor crisis humanitaria actual”

El conflicto en Yemen ha provocado en el país “la mayor crisis humanitaria actual, superando a la siria” debido a los ataques de ambos bandos, explica Paula San Pedro, responsable de Incidencia Política de Acción Humanitaria en Oxfam Intermón. “Los ataques han afectado al 50% de las infraestructuras sanitarias y el 75% población depende de la ayuda humanitaria”.

Los hospitales se han convertido, según Médicos Sin Fronteras, “objetivo de guerra” en los bombardeos saudíes, lo que ha dejado muy debilitado al sistema nacional de salud. La inexistencia de infraestructuras de salud fuertes y la insuficiencia de agua potable dificultan el control de un brote de cólera “sin precedentes” que desde el año pasado ha afectado a más de un millón de personas en Yemen.

A las consecuencias de los bombardeos de ambos bandos se une el bloqueo de suministros saudí, que obstaculiza la entrada de ayuda humanitaria y gasolina. “Antes de la guerra, Yemen ya era el país más pobre de Oriente Medio, importaba el 90% de los productos, por lo que el transporte marítimo era una fuente de abastecimiento clave”, recuerda San Pedro.

“El bloqueo actual de los puertos marítimos supone que actualmente no llegue ni la mitad de ayuda humanitaria, ni los alimentos, ni el 20% de la gasolina que debería llegar”, añade la experta de Oxfam Intermón. Ante la escasez, los precios de productos básicos se han duplicado y la malnutrición afecta ya a cerca de 17 millones de personas, más del 60% de la población, según las cifras de la ONG.

Entre 2015 y junio de 2017, España ha exportado armas por valor de 728,5 millones de euros. La cifra es mil veces superior a la ayuda humanitaria enviada por el Gobierno español para paliar los efectos del conflicto en Yemen: 1,3 millones de euros a finales del año pasado.

“La ayuda es paupérrima, pero es necesario apelar a la coherencia entre las políticas de los diferentes ministerios. Mientras Exteriores hace un esfuerzo por aumentar los fondos para responder a la crisis, Industria autoriza una operación de venta de corbetas que podrían acabar en Yemen para colaborar en esa misma crisis. No tiene sentido”, concluye la responsable de incidencia de Oxfam Intermón.

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