La representante de Acnur en España, Francesca Friz Prguda, ha insistido en el Congreso de los Diputados en que nuestro el Gobierno en funciones “puede y debe dar un paso adelante y asumir su mayor compromiso con los refugiados”, para lo que “es imprescindible que mejore su sistema de asilo, abra vías legales y seguras y cumpla con los compromisos de acogida”. En esta línea exige al Ejecutivo de Rajoy que cumpla en su frontera lo que exige en Bruselas: “Lo que tanto pidieron cuando insistieron en que las peticiones se gestionaran de forma individualizada para que no hubiera expulsiones colectivas, es algo perfectamente aplicable también a Ceuta y Melilla”, ha advertido.
En su intervención en Parlamento ante la Comisión Mixta para la Unión Europea, Friz Prguda ha pedido a los distintos grupos que “no dejen de preocuparse” por la situación de las personas refugiadas, y les ha recordado que España “tiene todas las condiciones necesarias para aumentar sus cifras de acogida” ante la crisis migratoria más grave desde la Segunda Guerra Mundial.
Entre las principales sugerencias emitidas destacan la necesidad de que España permita que se abran vías legales y seguras de acceso para la llegada de refugiados a través de sistemas de reubicación y reasentamiento, la concesión de visados humanitarios, la flexibilización de los criterios de reunificación familiar o la facilitación de un proceso de asilo eficaz, de calidad y, sobre todo, ágil en los casos en los que exista riesgo de persecución evidente.
“La semana pasada recibíamos a una familia de refugiados iraquíes que pidieron asilo en España hace dos años. Aún no han recibido respuesta. No pueden juntarse con sus familiares”, explica Friz. Nuestro país ha acogido únicamente a 18 refugiados de los 16.000 acordados en el compromiso inicial, en contraste con los 25.000 refugiados sirios que ha reubicado Canadá en apenas tres meses. Este ejemplo, utilizado por la representante de Acnur durante su comparecencia, ha servido para ilustrar lo que considera una “falta evidente de voluntad política”.
Críticas al acuerdo UE-Turquía
Desde el pasado 20 de marzo, en base a lo pactado en el acuerdo entre la Unión Europea y Turquía, todos los migrantes y refugiados que llegan a las islas griegas son detenidos para ser expulsados a Turquía, desde donde se reasentará en Europa a un sirio por cada sirio expulsado desde Grecia. Este proceso, conocido como “1x1”, también ha sido criticado por la representante de Acnur en España, que lo ha calificado de “indigno” y ha mencionado su “preocupación por la manera en la que se implementará”.
Acnur ya expresó su rechazo explícito a las detenciones colectivas llevadas a cabo en los antiguos “hotspots”, que desde la entrada en vigor del acuerdo se convirtieron en centros de detención de refugiados y migrantes, entre los que también hay niños. Además, su representante ha asegurado que el pacto no garantizará el cese de llegadas de refugiados a Europa ni la intervención en su huida de mafias de traficantes de seres humanos. “Mientras que la persecución y los conflictos continúen en sus países de origen, las personas seguirán llegando, y ni las fronteras, ni el acuerdo entre la UE y Turquía evitarán que continúen necesitando protección y que sigan buscándola con otras rutas. A Italia desde Libia, o a Ceuta y Melilla desde Marruecos, a las costas andaluzas o a las Canarias”, explica.
El apoyo de España a este acuerdo en Bruselas se fraguó después de que el Congreso acordase negarse a cualquier pacto que incluyese expulsiones colectivas. Bruselas especificó que las solicitudes de asilo se estudiarían de manera individual, pero la saturación de los trámites es ya evidente: “El 80% de las personas detenidas ha solicitado asilo y el plazo de dos semanas de respuesta no se está cumpliendo, porque Grecia solo está teniendo capacidad y medios para gestionar unas 50 al día”, ha asegurado Friz Prguda.
“Las expulsiones colectivas están prohibidas, y punto”
La crítica que ha emitido la representante de Acnur a las expulsiones masivas y a la pobre evaluación de las solicitudes de asilo no se ha limitado a lo que sucede en territorio griego. Al hilo de la pregunta del grupo parlamentario de Podemos sobre la legalidad de lo que sucede en nuestra frontera sur, Friz Prguda incidía en que “lo que tanto pidieron el presidente en funciones y el ministro de exteriores en la víspera del acuerdo turco-europeo, cuando insistieron en que las peticiones se gestionaran de forma individualizada para que no hubiera expulsiones colectivas, es algo perfectamente aplicable también a Ceuta y Melilla. Las expulsiones colectivas están prohibidas, y punto”.
Friz ha insistido en que “no es necesario que los migrantes esperen semanas o meses a que se analice su solicitud de asilo en España”, en un intento por explicar que nuestro país debe poner su legislación en línea con las directivas europeas. Esta labor, asegura, tiene que empezar por los Centros de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) que “no cumplen con los estándares de acogida europa”. “Muchos de los refugiados con los que hemos hablado nos han dicho que querían quedarse en España, pero que no saben lo que les espera en un país que les ha retenido en un centro así durante meses”, cuenta.
Voluntad de ayudar ignorada
La sociedad española tiene voluntad de ayudar, ha insistido la representante de Acnur en nuestro país al recordar que somos el mayor donante privado de Acnur, habiendo incrementado notablemente nuestras aportaciones en los últimos años, a pesar de la crisis económica. “Esto demuestra que la sociedad española se ha mostrado solidaria y dispuesta a acoger a los refugiados”, afirma.
En los últimos años se han multiplicado las ofertas de entidades públicas y privadas, de Ayuntamientos, Comunidades Autónomas y grupos sociales para ayudar en la acogida de refugiados, pese a que la mayoría han acabado sin desarrollarse en la práctica. Friz considera que esta vía “podría ser muy adecuada para España por su carácter extremadamente solidario” y ha pedido al Gobierno que implemente la apertura de este tipo de programas para permitir que se lleven a cabo.
Un ejemplo claro es el de las becas académicas de aprendizaje, cuyo planteamiento está completamente definido y listo para llevarse a cabo, pero permanece paralizado. El programa fue creado con el objetivo de proporcionar un mecanismo para que los refugiados puedan construir sus estudios en nuestro país, resolviendo “uno de los problemas de la brecha que se ha abierto en sus vidas”. “Tenemos a 500 universidades de España dispuestas, el acuerdo está ahí, listo para que se aplique, y no se mueve. Como esta, hay muchas cosas que se pueden hacer para mejorar la vida de estas personas y no se están haciendo. Es el momento de ponerse a trabajar para responder a esta crisis como nos pide la sociedad española, que no deja de expresar su apertura para ofrecer lo que tiene”.