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Europa se arriesga a un nuevo bochorno por el rechazo de Europa del Este al reparto de refugiados

Europa no quiere una imagen como la del pasado lunes: de fracaso. Tras la incapacidad de los estados miembros de distribuir a los 120.000 refugiados que propuso la Comisión, el Parlamento Europeo pidió que llegaran a un acuerdo en una votación de urgencia. Desde la Comisión y la presidencia del Consejo, en manos de Luxemburgo, confían en que este martes los ministros del Interior de la UE decidirán el reparto, aunque los estados que han bloqueado la decisión mantienen su negativa a las cuotas obligatorias de refugiados. La decisión se podía alcanzar por mayoría simple, pero sería una muestra de desunión que Europa prefiere evitar.

“Habrá algunas discusiones pero, al final, habrá un acuerdo sobre la reubicación de los 160.000” refugiados. Son las palabras del presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, sobre las reuniones de este martes de los ministros del Interior de la UE, a las 14.30 horas, y la de los jefes de Estado y de Gobierno del miércoles 23.

Sus palabras forman parte de una negociación que ha buscado hasta el último momento el 'sí' al reparto de 120.000 refugiados desde Italia, Grecia y Hungría, las zonas a las que más personas están llegando en los últimos meses. La previsión del encuentro de este martes de la presidencia luxemburguesa es la siguiente: “Se espera que se tome la decisión sobre la propuesta de la Comisión sobre la recolocación de emergencia de 120.000 solicitantes de protección internacional”.

El ministro de Exteriores luxemburgués, Jean Asselborn, se reunió este lunes con sus homólogos de Europa del Este reacios al acuerdo, pero no hubo grandes avances. República Checa, Eslovaquia, Hungría y Polonia mantuvieron su oposición a las cuotas. “Nuestro grupo (el denominado Grupo de Visegrado) no puede encontrar una solución y se trata de entender la situación y construir puentes”, reconoció el ministro de Exteriores checo, Lubomir Zaoralek.

República Checa defiende, incluso, que existen dudas de que el reparto obligatorio de refugiados que propone Bruselas sea legal.

Los países que se opusieron el pasado lunes al reparto son Hungría, República Checa, Letonia, Eslovaquia, Polonia y Rumanía. Ante una posible falta de acuerdo, los ministros de la UE podrían votar al final del encuentro y la decisión sería válida si alcanzan una mayoría simple. Esta opción ha sido durante todo este tiempo secundaria para la UE, ya que es una muestra explícita de desunión.

“Todos los reunidos estamos entregados a la idea de conseguir unanimidad”, indicó el ministro de Exteriores checo este lunes a pesar de que el bloque del Este no cede en el principal punto de discordia.

Tras la reunión de este lunes, el titular de Exteriores luxembugués afirmó que propondrá “algo que los 28 países puedan aceptar”. Alemania y Francia insisten en que todos participen en el reparto: “Para que no sean siempre los mismos países los que reciben a los refugiados”, apuntó el presidente francés este domingo.

Fuentes de la Comisión Europea consultadas por eldiario.es afirman que si algún países no quiere formar parte del reparto, piden que al menos “no bloqueen” la negociación. Lo que exigen es que no se rebaje la cifra ed 120.000 personas susceptibles del plan de emergencia.

Se refieren a Hungría, que sería una de las beneficiarias en el reparto de refugiados: se trasladaría de su territorio a 54.000 solicitantes de asilo a otros estados. Si no quieren participar en este plan, la Comisión podría reubicar a esas personas desde otros países, según fuentes consultadas por Efe.

Peligro de la continuidad de Schengen

Fuentes comunitarias han destacado esta semana que si la UE sigue sin dar una respuesta unida y coherente a la crisis de refugiados, se arriesga a que los países sigan tomando medidas aisladas para cortar el paso a los refugiados.

Las “medidas aisladas” son el cierre de fronteras, de autopistas y líneas ferroviarias por las que transitan los refugiados, la construcción de vallas y el traslado de solicitantes de asilo a las fronteras de países vecinos para que no entren en su territorio. Croacia (miembro de la UE, pero no parte del espacio Schengen) y Hungría son dos de los países que han reenviado a los refugiados a los estados con los que comparten frontera: Hungría, en el primer caso, y Austria, en el segundo.

Una de las cuestiones que preocupa a algunos estados es la amenaza a la libertad de circulación dentro del territorio Schengen. El presidente francés afirmó que, sin una política de control en las fronteras exteriores eficiente ni un acuerdo en el reparto, “los Estados van a restablecer de una u otra forma las fronteras nacionales”.

Alemania, Austria y Eslovenia ya han recurrido a la reintroducción temporal de controles fronterizos, una medida excepcional pero prevista en las normas de Schengen.

Consenso en el control de fronteras

El segundo encuentro, del miércoles 23 también en Bruselas, sentará a la mesa de una cena informal a los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión. A los líderes comunitarios se reserva una discusión más amplia sobre la política europea de migración y asilo, las medidas a corto y medio plazo para hacer frente a este fenómeno en la UE y sobre la necesidad de actuar sobre la raíz del problema, en especial la inestabilidad política en los países de origen de los refugiados.

Uno de los puntos que sí cuentan con el apoyo de todos los estados es aumentar el control fronterizo, especialmente en Grecia, por donde entra el mayor número de solicitantes de asilo desde Turquía. En Grecia, al igual que en Italia, la Comisión ha propuesto establecer puntos de registro –denominados 'hotspot'– para diferenciar a los refugiados de los migrantes que no se pueden acoger a la protección internacional.

Estos puntos, al igual que “el retorno efectivo” de los migrantes, son algunas de las cuestiones que también se tratarán en Bruselas. Entre los planes en los que ya hubo acuerdo el 14 de septimbre fue “un uso más eficiente del Sistema de Información Schegen con el objetivo de rechazar la entrada y permanencia de migrantes irregulares”.