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Una grabación revela cómo la Guardia Civil ofrece papeles a inmigrantes a cambio de información

Gabriela Sánchez / Laura Olías / Juan Luis Sánchez

“Si me ayudas, te puedo dar las llaves de Europa”, le dice un guardia civil a un ciudadano subsahariano interrogado en Melilla en una grabación a la que ha accedido eldiario.es. Los audios revelan cómo un agente reconoce que se trata de una práctica habitual: amenazar con la expulsión, presionar con la esperanza de obtener papeles, para que los inmigrantes digan los nombres de las personas que han podido ayudarles o extorsionarles en su intento de llegar a España. El guardia civil, con 7 años de experiencia en esta tarea, según explica él mismo durante el interrogatorio, ha “ayudado a pasar a España” y a otras “muchas cosas” a quienes “le ayudan”. El Instituto Armado en la ciudad autónoma ha declinado hacer declaraciones al respecto a eldiario.es.

Después de permanecer durante nueve meses bloqueado en la ciudad autónoma, el juez ha dictaminado su trasladado al CIE de Barcelona para ser expulsado, según Prodein.

Según documentación a la que ha tenido acceso eldiario.es, las autoridades tenían programado el traslado de Taffou Nyame Renaud a la Península junto a su hermano mayor el pasado 30 de junio. Aunque su hermano logró salir de Melilla, este permaneció en la ciudad autónoma. Fuentes cercanas al afectado aseguran que preguntó a todas las partes implicadas: dirección del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), Policía Nacional y Guardia Civil. Nadie le explicó de forma clara el motivo de la paralización del salvoconducto que le permitiría cruzar el Estrecho, aseguran.

En este contexto se produce el interrogatorio. El inmigrante asegura que fue conducido a una sala subterránea de la Comandancia de la Guardia Civil de Melilla. Durante la conversación, el mismo agente del Instituto Armado destaca su amplia experiencia en temas de extranjería y su conocimiento acerca de las personas que habitan en los montes próximos a Melilla. “Los conozco a todos en el monte”, indica en referencia al Gurugú.

“A los que me cuentan la verdad les ayudo a obtener el laissez-passer (salvoconducto humanitario que permite viajar de Melilla a España). A los que me cuentan toda la verdad, les he ayudado a pasar a España. Les he ayudado a muchas cosas”, afirma el agente en la grabación.

El inmigrante se niega, pero el agente insiste. “Yo no te voy a pagar. Yo puedo ayudarte a muchas cosas”.

—¿Como qué?

—¿Como qué? Las llaves de Europa.

Entonces, el subsahariano pregunta si se refiere al documento que permite cruzar de Melilla a la Península a un inmigrante en situación irregular. “Yo puedo conseguirlo”, responde el ciudadano subsahariano (dado que, por lo general, se realizan traslados casi todas las semanas a través de esta vía). El agente puntualiza: “Tú vas a conseguir un laissez-passer. Tú no vas a conseguir la residencia”.

El subsahariano, negándose a colaborar, se muestra confiado en sus propios planes para conseguir la residencia una vez le dejen cruzar a la Península. El agente trata de frenar sus expectativas y explica un supuesto cambio de la forma de proceder del Gobierno a la hora de conceder los papeles. “Ahora, ha bloqueado los papeles para los extranjeros. Hay menos gente que intenta conseguir los papeles. Los papeles, la residencia. No el laissez-passer”, puntualiza el guardia civil.

El miembro del Instituto Armado le recuerda las circunstancias en la que se encuentran los inmigrantes en situación irregular: “Ahora, tú tienes dos posibilidades. Si el Gobierno puede deportarte, te deporta. Si el Gobierno no puede deportarte, te dan el papel de laissez-passer, solo para moverte por aquí”. El ciudadano subsahariano responde: “No puedo volver a mi país”.

Después, comienza a formular preguntas personales al joven. Sus respuestas son interpretadas con desconfianza y el agente le advierte que comprobará sus palabras. “Si tú me mientes solo en una cosa, nos vamos a ver por aquí durante mucho tiempo”. Cuando el guardia civil pasa a preguntarle sobre personas concretas en su experiencia en el monte Gurugú, el inmigrante no responde. Rechaza su propuesta. “No te puedo dar información. No soy policía, no soy guardia civil... Solo soy un 'moreno'. No es mi trabajo”, afirma. “Yo creo que tú eres inteligente. O que crees que lo eres”, matiza el miembro del Instituto Armado.

El artículo 59 de Ley de Extranjería establece la autorización provisional de residencia para extranjeros que se encuentren irregularmente en España que sean “testigos de un acto de tráfico ilícito de seres humanos, inmigración ilegal, explotación laboral o de tráfico ilícito de mano de obra o de explotación en la prostitución abusando de su situación de necesidad”.

Si una persona se acoge a esta vía, podría “quedar exento de responsabilidad administrativa y no será expulsado si denuncia a los autores o cooperadores de dicho tráfico, o coopera y colabora con las autoridades competentes, proporcionando datos esenciales o testificando, en su caso, en el proceso correspondiente contra aquellos autores”. En todo caso, la paralización del proceso de expulsión es aprobada en última instancia por el delegado del Gobierno en la ciudad autónoma, según la legislación.

A lo largo de la grabación, sin embargo, el agente de Melilla no explica al interrogado que la “propuesta” que menciona esté enmarcada en una vía establecida por la normativa española, lo que podría despertar la desconfianza del ciudadano subsahariano.

Bloqueo en Melilla

Renaud llegó a España a través del salto de la valla de Melilla que tuvo lugar el 28 de mayo y en el que lograron acceder cerca de 400 personas. Desde entonces ha permanecido bloqueado en la ciudad autónoma a pesar de que en varias ocasiones, afirman fuentes humanitarias, su nombre estaba incluido en la lista de personas que deben recoger sus billetes. Sin embargo, denuncian, cuando se acercaba el momento del embarque, su viaje era cancelado sin aportar explicación alguna. La ONG local Prodein calcula que el plazo medio de permanencia en el CETI de Melilla en la actualidad ronda los tres o cuatro meses. El caso del camerunés duplica estos tiempos.

Según denuncia Prodein, recientemente Renaud llegó a subirse al barco para acceder a la Península. “La policía le había metido en la lista de los traslados y le había proporcionado los billetes pero, cuando estaba en el ferry, nos cuenta que aparecieron unos policías y le bajaron sin darle explicación”, explica José Palazón, director de la organización. Y otra vez vuelta a empezar.

La información oficial acerca de los traslados de inmigrantes en situación irregular de Ceuta y Melilla a la Península es muy difusa. Se desconocen los criterios empleados por el Gobierno a la hora de decidir qué personas pueden obtener el salvoconducto que permite cruzar el Estrecho y en qué circunstancias. Este periódico ha preguntado sobre este asunto en diferentes ocasiones al Ministerio del Interior, a la Policía Nacional y al Ministerio de Empleo (del que dependen los Centros de Estancia Temporal de Inmigrantes) y por el momento no han aportado una respuesta concreta. Tampoco aclaran la institución que tiene la competencia de decidir qué personas son enviadas a los Centros de Internamiento para Extranjeros (CIE) y quiénes son acogidos en programas humanitarios de ONG.

Denuncias de Europa sobre la opacidad en los traslados

Tras su visita a Melilla, el comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Nils Muiznieks, denunció la opacidad que rodea a los traslados de inmigrantes desde la ciudad autónoma a la Península y solicitó al Gobierno la determinación de criterios y plazos específicos y transparentes. De esta forma, defendió, los internos de los Centros de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) podrían saber “a qué atenerse y el tiempo que tendrán que permanecer” en este lugar.

“Durante mi visita a Melilla hice muchas preguntas sobre cómo se organizan los traslados pero obtuve diferentes respuestas. Hace falta transparencia y claridad sobre las personas que trasladan y en qué momento”, advirtió Nils Muiznieks.

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