Italia “no protegió el derecho a la vida” de más de 200 personas que iban a bordo de una embarcación que naufragó en el mar Mediterráneo en 2013, según ha indicado el Comité de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El Comité apunta que, como resultado del retraso en la actuación, murieron más de 200 migrantes, entre ellos 60 menores. La decisión publicada este miércoles por el organismo parte de una queja conjunta presentada por tres ciudadanos sirios y un ciudadano palestino que sobrevivieron a la tragedia, pero perdieron a sus familias.
El Comité dice que Italia “no respondió con rapidez a varias llamadas de socorro del barco que se hundía, en el que viajaban más de 400 adultos y niños”. Además, especifica que “tampoco explicó el retraso en el envío de su buque de la marina, el ITS Libra, que se encontraba a solo una hora de la zona”.
Llamadas desesperadas durante horas
Según la reconstrucción de los hechos del Comité, la embarcación salió pasada la medianoche del 10 de octubre de 2013 de Zuwarah, un puerto pesquero de Libia, y la numerosa tripulación eran en su mayoría personas que escapaban de Siria. Zarparon sobre la 1 de la madrugada. Unas horas más tarde, la embarcación se empezó a inundar después de recibir los disparos de un barco de bandera bereber en aguas internacionales, cuando se encontraba a 113 kilómetros al sur de la isla italiana de Lampedusa y a 218 kilómetros al sur de Malta.
Uno de los ocupantes llamó al número italiano para emergencias en el mar, diciendo que se estaban hundiendo y enviando las coordenadas del barco. Volvió a llamar varias veces en las horas siguientes y, pasadas las 13, le notificaron que, como se encontraban en la zona de búsqueda y salvamento de Malta, las autoridades italianas habían remitido su llamada de socorro a las autoridades maltesas. A pesar de la emergencia, solo les transmitieron el número de teléfono del Centro de Coordinación de Rescate de Malta.
Los ocupantes llamaron repetidamente, cada vez más desesperados, entre las 13 y las 15 horas de la tarde, a las autoridades maltesas. Cuando una patrullera maltesa llegó al lugar más de dos horas después, a las 17:50, la embarcación ya había zozobrado. En respuesta a la petición urgente de Malta, Italia ordenó finalmente a su buque de la marina ITS Libra, que se encontraba en las inmediaciones, que acudiera al rescate pasadas las 18:00 horas.
El Comité pide una investigación de los hechos
“El derecho internacional del mar exige a los Estados parte que tomen medidas para proteger la vida de todas las personas que se encuentren en una situación de peligro en el mar”, dice en un comunicado Hélène Tigroudja, integrante del Comité.
Según explica, se trata de un caso complejo: el naufragio ocurrió en aguas internacionales dentro de la zona de búsqueda y rescate de Malta, pero la ubicación más cerca de Italia y de uno de sus buques militares.
“El retraso de Italia tuvo un impacto directo en la pérdida de cientos de vidas”, dice Tigroudja. “Si las autoridades italianas hubieran enviado inmediatamente su buque de guerra y sus barcos guardacostas tras las llamadas de socorro, el rescate habría llegado al barco como muy tarde dos horas antes de que se hundiera”.
El órgano de Naciones Unidas urge a Italia a llevar a cabo una investigación independiente y oportuna para procesar a los responsables. Además, continúan, tanto Italia como los demás países implicados en la tragedia, “deben ofrecer una reparación efectiva a quienes perdieron a sus familias” en el naufragio. El Comité rechazó una demanda paralela presentada contra Malta porque los demandantes no entablaron acciones legales ante los tribunales malteses, que es uno de los requisitos, antes de presentar su caso ante el órgano.