La portada de mañana
Acceder
España tiene más de un millón de viviendas en manos de grandes propietarios
La Confederación lanzó un ultimátum para aprobar parte del proyecto del Poyo
OPINIÓN | Aldama, bomba de racimo, por Antón Losada

Indocumentados por nacer bajo el control del ISIS

Hana tiene siete hijos. Huyó a un campo de desplazados desde Hawija en 2017 cuando el Gobierno iraquí retomó el control de la ciudad, uno de los últimos bastiones del ISIS en Irak. Cuenta que unos agentes le confiscaron su documentación después de llegar al campamento. Su marido se había unido al grupo terrorista y murió durante un ataque aéreo junto a su hijo mayor, según su testimonio, recogido por el Consejo Noruego para los Refugiados (NRC).

Los tres hijos de Hana que nacieron bajo el dominio del ISIS no poseen certificados de nacimiento y, por tanto, no pueden obtener sus documentos de identidad. Tampoco puede probar que su hija pequeña, que tiene asma, es su hija, por lo que le da miedo llevarla al hospital. La mujer ha tratado de divorciarse formalmente de su marido para conseguir su documentación y la de sus hijos, pero rechazaron ayudarla “por las acusaciones de afiliación” al ISIS. “Mi marido tomó el camino equivocado. Destruyó nuestras vidas, y mis hijos y yo lo sufrimos”, dice Hana.

El suyo es uno de los casos documentados en un informe reciente de la organización humanitaria. Según el estudio, se estima que 45.000 niños desplazados en los campamentos iraquíes carecen actualmente de certificados de nacimiento expedidos por el Estado u otros documentos que prueben a nivel legal su identidad más de un año después de que las autoridades declararan la victoria contra el ISIS en el país.

Como consecuencia de la falta de esta documentación, a muchos de ellos se les niega el acceso a los derechos más básicos como la educación o la atención sanitaria, documenta la ONG, con sede en Oslo. Estas restricciones también afectan a la población adulta.

Documentación confiscada, perdida o no válida

Son varias las razones por las que estos menores y sus familias no tienen “papeles”. Miles de ellos, como los hijos de Hana, nacieron en zonas dominadas por el grupo terrorista. En su mayoría, los niños con problemas de documentación tienen menos de cinco años. Por un lado, según explica la organización, los combatientes del ISIS solían confiscar a la gente sus documentos emitidos por el Estado, como los DNI o las tarjetas de nacionalidad.

Por otro, el grupo armado creó “su versión de la burocracia estatal” y llevaba su propio registro de nacimientos o matrimonios. Los documentos expedidos por el ISIS, sin embargo, no son válidos a ojos del Gobierno iraquí, recalca la organización. “Estar en posesión de ellos hoy en día, incluso, pone a los civiles iraquíes en riesgo de acoso y detención por parte de las fuerzas de seguridad”, apunta el informe.

Asimismo, la organización documenta que las fuerzas de seguridad iraquíes y agentes de inteligencia también han confiscado “arbitrariamente” la documentación a muchas familias desplazadas que huían de áreas controladas por el ISIS, cuando llegaban a los campos o ya estaban residiendo en ellos, “condenándolas a vivir confinadas sin nada que probara su identidad”.

De acuerdo con el NRC, los agentes iraquíes se basan para ello en la “percepción” de que son seguidores del grupo terrorista. No obstante, los motivos para pensar así “suelen ser arbitrarios”: desde el hecho de que la familia haya vivido en una zona (o pertenezca a una tribu) que era un bastión de apoyo al ISIS hasta haber huido tarde de un área ocupada.

También hay desplazados que perdieron sus documentos mientras escapaban de los combates. Es el caso de Nada, que vive ahora en un campo cerca de Mosul. Según su testimonio, extravió su documentación, incluyendo su certificado de matrimonio, y la de cinco de sus hijos, mientras huían de los ataques. “Como resultado, es difícil para ellos moverse del campamento. Los únicos servicios gubernamentales disponibles en el campo, incluida la escolarización y la asistencia a los hogares encabezados por mujeres, son inaccesibles para Nada y sus hijos”, afirma la ONG.

Barreras al acceso a los servicios públicos y estigma

Como Nada, la población indocumentada se enfrenta a varias barreras a la hora de acceder a servicios públicos. Por ejemplo, cuando matriculan a sus hijos en las escuelas iraquíes. A pesar de que el Ministerio de Educación publicó una directiva para permitir la escolarización de los niños que no poseen documentación, la organización calcula que casi una de cada cinco familias que viven fuera de los campamentos con niños indocumentados se enfrentan a dificultades para inscribir a sus hijos en la escuela. “A menudo no se permite presentarse a exámenes u obtener certificados de graduación sin documentación”, sostiene la ONG.

También se topan con dificultades cuando requieren asistencia médica, a pesar de que, oficialmente, no necesitan estar identificados. No obstante, los funcionarios médicos a veces lo exigen para los procedimientos más graves o les afecta cuando necesitan viajar a otra ciudad para recibir atención sanitaria especializada. La libertad de movimiento de la población que no cuenta con documentos también está restringida, ya que se arriesgan a ser “arrestados o detenidos de forma arbitraria” en los puntos de control. En Hawija, la ONG documenta que las autoridades locales han informado de que los recién nacidos no pueden ser vacunados sin una partida de nacimiento válida.

Las trabas afectan en especial a las mujeres iraquíes cuyos maridos fallecieron o desaparecieron en los combates, de acuerdo con el informe, ya que deben pasar por un proceso “largo y complejo” para poder probar las circunstancias de su muerte y obtener la documentación.

El estigma pesa sobre quienes cuentan con familiares que tienen vínculos o simpatizan con el grupo terrorista. “Para los niños de familias que son acusadas de afiliación al ISIS por las fuerzas de seguridad del Estado o los vecinos en sus lugares de origen, obtener la documentación se vuelve casi imposible, lo que resulta en el castigo colectivo de miles de menores inocentes”, critica el NRC.

A menudo, no poseer documentación despierta la sospecha de tener lazos con el grupo armado, lo que aumenta la estigmatización. Fatima volvió a su lugar de origen para recoger los archivos con el objetivo de hacerle un nuevo DNI a su hijo y alguien había escrito en ellos: “Hijo del Daesh”.

“Los niños indocumentados corren el riesgo de permanecer en los márgenes de la sociedad si este problema no se aborda de inmediato. Esto socava seriamente las perspectivas de futuro de los esfuerzos de reconciliación ”, apunta Jan Egeland, Secretario General del Consejo Noruego para los Refugiados. “Instamos al Gobierno a garantizar que los niños indocumentados tengan derecho a existir como cualquier otro ciudadano iraquí”.

De acuerdo con la organización, los procedimientos para conseguir la documentación son actualmente más largos y complejos que antes de 2014. Las oficinas encargadas de ello son “escasas y carecen de recursos suficientes”. Antes de la guerra contra el ISIS, sacarse o renovarse un DNI costaba menos de una semana. Ahora, según la experiencia de los equipos jurídicos del NRC, obtener o recuperar la documentación de los nacidos bajo el dominio cuesta entre seis meses y dos años.

La organización advierte de que si no se soluciona con rapidez, muchos niños corren el riesgo de convertirse en apátridas. Desde 2016, ha brindado apoyo a casi 8.000 niños que no contaban con documentación. Al mes, la entidad recibe una media de 170 casos en todo el país difíciles de resolver, o bien porque los padres no están documentados, o bien porque se considera que simpatizan con el ISIS.

“Negarles documentos de identidad o servicios a las familias con hijos nacidos bajo el dominio del ISIS es una forma de castigo colectivo y una violación de la ley iraquí y de la Constitución”, que consagra el derecho a la nacionalidad de toda persona nacida de padre o madre iraquí, sentencia el informe.

--

Nota: Los nombres de las personas entrevistadas han sido cambiados por NRC para proteger su privacidad.