- Médicos Sin Fronteras proporciona apoyo a hospitales en ambos lados de la línea del frente y atención psicológica a la población de las zonas más castigadas.
Tras la llegada del invierno y a pesar del alto el fuego, los combates han continuado en las regiones de Donetsk y Luhansk en el este de Ucrania.
Médicos Sin Fronteras proporciona apoyo a hospitales en ambos lados de la línea del frente y atención psicológica a la población de las zonas más castigadas.
“Cuando mi hija oye una explosión me pregunta ¿es eso un cohete o una bomba? ¿Es esa una pregunta normal para una niña de cinco años?”
Galina, de 64 años, se encuentra delante de la casa destruida de su vecino en Debaltsevo, una localidad de Donetsk golpeada duramente por el conflicto. Mientras las personas con recursos se han marchado a Rusia o a otras zonas de Ucrania, muchos como Galina siguen viviendo con el constante temor de ser bombardeados. “Nos escondimos en el sótano desde donde oíamos las explosiones muy cerca. Las bombas cayeron en nuestra calle e incendiaron la casa que se encuentra frente a la mía. Los bomberos no pudieron llegar porque el bombardeo causó muchos otros incendios". Fotografía: Julie Rémy / MSF
Galina, de 64 años, se encuentra delante de la casa destruida de su vecino en Debaltsevo, una localidad de Donetsk golpeada duramente por el conflicto. Mientras las personas con recursos se han marchado a Rusia o a otras zonas de Ucrania, muchos como Galina siguen viviendo con el constante temor de ser bombardeados. “Nos escondimos en el sótano desde donde oíamos las explosiones muy cerca. Las bombas cayeron en nuestra calle e incendiaron la casa que se encuentra frente a la mía. Los bomberos no pudieron llegar porque el bombardeo causó muchos otros incendios". Fotografía: Julie Rémy / MSF
"Una de nuestras vecinas falleció en el bombardeo ", dice Galina. "Su propia hija fue testigo de su muerte cuando el proyectil alcanzó su vivienda. Justo en la vivienda vecina a la nuestra cayeron cinco proyectiles en su patio. En los patios quedan todavía bombas sin explotar. El ejército dice que no vendrán a desactivarlas hasta que la guerra haya terminado". Fotografía: Julie Rémy / MSF
"Una de nuestras vecinas falleció en el bombardeo ", dice Galina. "Su propia hija fue testigo de su muerte cuando el proyectil alcanzó su vivienda. Justo en la vivienda vecina a la nuestra cayeron cinco proyectiles en su patio. En los patios quedan todavía bombas sin explotar. El ejército dice que no vendrán a desactivarlas hasta que la guerra haya terminado". Fotografía: Julie Rémy / MSF
Los hospitales han sufrido daños o han resultado totalmente destruidos durante el conflicto, privando a la población de atención médica en el momento en que más lo necesitan. El hospital psiquiátrico de la imagen, situado a las afueras de Slavyansk, región de Donetsk, fue evacuado cuando se acercaron y se intensificaron los combates. Quedó totalmente destruido durante los enfrentamientos cuando una de las partes estableció en el edificio su base de operaciones. Fotografía: Julie Rémy / MSF
Los hospitales han sufrido daños o han resultado totalmente destruidos durante el conflicto, privando a la población de atención médica en el momento en que más lo necesitan. El hospital psiquiátrico de la imagen, situado a las afueras de Slavyansk, región de Donetsk, fue evacuado cuando se acercaron y se intensificaron los combates. Quedó totalmente destruido durante los enfrentamientos cuando una de las partes estableció en el edificio su base de operaciones. Fotografía: Julie Rémy / MSF
Las marcas de metralla en el edificio son visibles en todo el edificio. Aunque ya han pasado varios meses, el hospital permanece inutilizable. Fotografía: Julie Rémy / MSF
Las marcas de metralla en el edificio son visibles en todo el edificio. Aunque ya han pasado varios meses, el hospital permanece inutilizable. Fotografía: Julie Rémy / MSF
Este hospital situado a las afueras de Debaltsevo, cerca de línea del frente, también ha sido duramente bombardeado, pero el personal todavía consigue que siga funcionando. Tras ser evacuado el pasado 24 de julio, el personal regresó al hospital diez días después encontrando la mayoría de las ventanas reventadas. Dicen que todavía no van a repararlas. El vidrio es demasiado caro y saben que los bombardeos volverán. Fotografía: Julie Rémy / MSF
Este hospital situado a las afueras de Debaltsevo, cerca de línea del frente, también ha sido duramente bombardeado, pero el personal todavía consigue que siga funcionando. Tras ser evacuado el pasado 24 de julio, el personal regresó al hospital diez días después encontrando la mayoría de las ventanas reventadas. Dicen que todavía no van a repararlas. El vidrio es demasiado caro y saben que los bombardeos volverán. Fotografía: Julie Rémy / MSF
Con la llegada del invierno y las precarias condiciones del hospital, los pacientes necesitan urgentemente mantas y ropa de abrigo para poder mantener el calor. Los equipos de MSF han distribuido 15.000 mantas a éste y otros hospitales de la zona, así como a otras personas que viven en condiciones precarias en Donetsk y Luhansk. Fotografía: Julie Rémy / MSF
Con la llegada del invierno y las precarias condiciones del hospital, los pacientes necesitan urgentemente mantas y ropa de abrigo para poder mantener el calor. Los equipos de MSF han distribuido 15.000 mantas a éste y otros hospitales de la zona, así como a otras personas que viven en condiciones precarias en Donetsk y Luhansk. Fotografía: Julie Rémy / MSF
El Dr. Ganich es cirujano en el Hospital Civil Svitlodarsk en Donetsk, uno de los hospitales que reciben apoyo de MSF: "Cuando el bombardeo comenzó, nosotros, los médicos, estábamos muy preocupados porque teníamos que tratar a pacientes con heridas de guerra provocadas por balas o metralla. Nunca antes nos habíamos enfrentado a este tipo de lesiones. Lo más difícil ha sido tratar a personas con heridas graves, especialmente a los niños. No hemos podido salvarlos a todos". Fotografía: Julie Rémy / MSF
El Dr. Ganich es cirujano en el Hospital Civil Svitlodarsk en Donetsk, uno de los hospitales que reciben apoyo de MSF: "Cuando el bombardeo comenzó, nosotros, los médicos, estábamos muy preocupados porque teníamos que tratar a pacientes con heridas de guerra provocadas por balas o metralla. Nunca antes nos habíamos enfrentado a este tipo de lesiones. Lo más difícil ha sido tratar a personas con heridas graves, especialmente a los niños. No hemos podido salvarlos a todos". Fotografía: Julie Rémy / MSF
Psicólogos de MSF proporcionan atención psicológica para ayudar a las personas a lidiar con el miedo, la ansiedad y las pesadillas. Alexander, de 57 años, resultó herido cuando un proyectil cayó en su patio. Tuvieron que amputarle una pierna y ahora está recibiendo asesoramiento para tratar de lidiar con el trauma. "Por un lado, me gustaría volver a tener mi pierna, pero por otro, soy un hombre feliz porque sigo pudiendo ver y oír. Cuando llegué, era un caso perdido. Pero ahora, tres semanas después de que ocurriera incluso sonrío”. Fotografía: Julie Rémy / MSF
Psicólogos de MSF proporcionan atención psicológica para ayudar a las personas a lidiar con el miedo, la ansiedad y las pesadillas. Alexander, de 57 años, resultó herido cuando un proyectil cayó en su patio. Tuvieron que amputarle una pierna y ahora está recibiendo asesoramiento para tratar de lidiar con el trauma. "Por un lado, me gustaría volver a tener mi pierna, pero por otro, soy un hombre feliz porque sigo pudiendo ver y oír. Cuando llegué, era un caso perdido. Pero ahora, tres semanas después de que ocurriera incluso sonrío”. Fotografía: Julie Rémy / MSF
Ilya, 14 años, tiene parálisis cerebral. Ilya ha estado viviendo con sus padres en este centro en Svyatogorsk desde julio. Dejaron su casa en la ciudad de Donetsk antes de que los combates subieran de intensidad ya que no podían bajar a Ilya a un sótano cuando empezaban los bombardeos. Ilya está muy preocupado por sus parientes que permanencen aún en Donetsk. Fotografía: Corinne Baker / MSF
Ilya, 14 años, tiene parálisis cerebral. Ilya ha estado viviendo con sus padres en este centro en Svyatogorsk desde julio. Dejaron su casa en la ciudad de Donetsk antes de que los combates subieran de intensidad ya que no podían bajar a Ilya a un sótano cuando empezaban los bombardeos. Ilya está muy preocupado por sus parientes que permanencen aún en Donetsk. Fotografía: Corinne Baker / MSF
Desde agosto, los equipos de MSF han proporcionado 750 consultas individuales y 60 consultas en grupo a las personas afectadas por el conflicto. Svetlana resultó herida y su marido murió cuando un proyectil cayó junto a su patio en Debaltsevo el 3 de septiembre. Durante los últimos dos meses ha estado viviendo con su hija de 5 años en el Hospital Civil Svitlodarsk."Tengo demasiado miedo como para volver a Debaltsevo. ¿Dónde iría? Todavía hay bombardeos. Si tuviera algo de dinero me marcharía de aquí". Fotografía: Julie Rémy / MSF
Desde agosto, los equipos de MSF han proporcionado 750 consultas individuales y 60 consultas en grupo a las personas afectadas por el conflicto. Svetlana resultó herida y su marido murió cuando un proyectil cayó junto a su patio en Debaltsevo el 3 de septiembre. Durante los últimos dos meses ha estado viviendo con su hija de 5 años en el Hospital Civil Svitlodarsk."Tengo demasiado miedo como para volver a Debaltsevo. ¿Dónde iría? Todavía hay bombardeos. Si tuviera algo de dinero me marcharía de aquí". Fotografía: Julie Rémy / MSF
"Oigo explosiones cuando no las hay”, dice Svetlana. "Cuando mi hija oye una explosión me pregunta ¿es eso un cohete o una bomba? ¿Es esa una pregunta normal para una niña de cinco años? Aún no le dicho que su padre ha muerto. Le digo que está lejos salvando vidas". Fotografía: Julie Rémy / MSF