¿Ricos más ricos y pobres más pobres? Nuestra sociedad está llena de brechas que incrementan las diferencias entre unos y otros. (Des)igualdad es un canal de información sobre la desigualdad. Un espacio colectivo de reflexión, análisis y testimonio directo sobre sus causas, soluciones y cómo se manifiesta en la vida de las personas. Escriben Teresa Cavero y Jaime Atienza, entre otros.
El efectivo efecto del dinero en el cambio climático
Entre 2010 y 2015 el número de milmillonarios de la lista Forbes con intereses en el sector de los combustibles fósiles pasó de 54 a 88. En esos mismos cinco años el conjunto de sus fortunas personales se incrementó en un 50%, pasando de más de 200.000 millones de dólares a más de 300.000 millones. (Ver informe Oxfam La desigualdad extrema en las emisiones de carbono).
Claro que para esta élite, conseguir la captura política de quienes deciden cumbre tras cumbre adoptar acuerdos no vinculantes en cuanto a emisiones y en cuanto a aportación de fondos para hacer frente a sus consecuencias, también tiene un coste. Un coste por otra parte complicado de conocer con exactitud.
El sector de los combustibles fósiles reveló una inversión de 120.000 euros al día en llevar a cabo actividades de lobby dirigidas a la UE en Bruselas. Teniendo en cuenta que este sector, al igual que otros, no se caracteriza por su transparencia a la hora de proporcionar información financiera, ¿de cuánto dinero estamos hablando exactamente?
Por otra parte, que Trump en su campaña electoral plantease eliminar la Agencia de Protección del Medio Ambiente porque entorpece con sus regulaciones el buen funcionamiento de las empresas, es solo la evidencia más torpe de una estrategia que desea que nada cambie.
Y nuestro gobierno, ¿qué opina al respecto? Aparte de tener históricamente un papel nulo en estas conferencias, asumamos que la política exterior no es nuestro fuerte, pues hace lo que el resto, es decir asumir compromisos ridículos que además incumple, bien sea en emisiones -somos el tercer país de la UE que más las aumentó- como en la aportación de dinero al Fondo para el Clima, que a día de hoy ni siquiera alcanza el 1% de lo comprometido. Pero, ¡qué podemos hacer! Sólo es un gobierno ante un problema de dimensiones enormes.
Puede que de nuevo la respuesta esté en los números. Que en un país como Burkina Faso en el que el 80% de su población vive de la agricultura y la ganadería, que el clima sea impredecible supone no tener alimentos - si además eres mujer, lo tendrás bastante más complicado porque el cambio climático también segmenta por género-.
Pero Burkina queda muy lejos. Que en Alemania y Francia las inundaciones del pasado mes de junio produjeran víctimas y un coste económico importante, tiene otra dimensión. Según el informe, «Climate change, impacts and vulnerability in Europe 2012“ ”En los últimos años, los episodios meteorológicos extremos, como las olas de calor, las inundaciones y las sequías han causado daños y costes crecientes en toda Europa“. En un mundo de desigualdad extrema, también encontramos una Europa desigual en la que las consecuencias son muy diferentes según donde vivas.
Puede que los números empiecen a no salir, y que los millones de euros invertidos en ejercer presión se queden cortos. Y si afrontar las consecuencias para las personas, seas del país que seas, no es tan relevante, puede que el coste de pagar los efectos de un clima extremo sí lo sea. O tal vez, hacer las cuentas sobre el número de refugiados climáticos, de personas que forzadas por causas ambientales deciden abandonar sus países y buscar una oportunidad, sea también determinante.
Empieza la cumbre de Marrakech, la COP22, una cumbre que se prevé poco relevante tras la mediática Cumbre de París. La pregunta es, ¿alguien está haciendo ya estos cálculos?
Entre 2010 y 2015 el número de milmillonarios de la lista Forbes con intereses en el sector de los combustibles fósiles pasó de 54 a 88. En esos mismos cinco años el conjunto de sus fortunas personales se incrementó en un 50%, pasando de más de 200.000 millones de dólares a más de 300.000 millones. (Ver informe Oxfam La desigualdad extrema en las emisiones de carbono).
Claro que para esta élite, conseguir la captura política de quienes deciden cumbre tras cumbre adoptar acuerdos no vinculantes en cuanto a emisiones y en cuanto a aportación de fondos para hacer frente a sus consecuencias, también tiene un coste. Un coste por otra parte complicado de conocer con exactitud.