¿Ricos más ricos y pobres más pobres? Nuestra sociedad está llena de brechas que incrementan las diferencias entre unos y otros. (Des)igualdad es un canal de información sobre la desigualdad. Un espacio colectivo de reflexión, análisis y testimonio directo sobre sus causas, soluciones y cómo se manifiesta en la vida de las personas. Escriben Teresa Cavero y Jaime Atienza, entre otros.
Jenny Torres: contra la emergencia permanente
Jenny Torres habla con pasión de su trabajo, en el que la defensa de los derechos de las mujeres ocupa también una gran parte de su actividad, ya que son ellas quienes más padecen los problemas derivados de carecer de una vivienda digna.“Ser avanzadora es una responsabilidad importante, porque las mujeres tenemos que demostrar dos veces lo que somos”
Su trabajo se desarrolla en el ámbito de una crisis permanente que tiene muchos más años de vida que ella misma. “En mi país existe un déficit habitacional muy grande, que se complica enormemente al estar ubicado en una zona que padece también muchos fenómenos hidrológicos. Por eso las poblaciones que viven en viviendas con déficit habitacional, están en riesgo constante.” explica. Eso se traduce en que, durante los últimos 70 años, según las cifras que maneja su organización, han sido afectadas más 4 millones de personas, especialmente las que viven e sectores empobrecidos.
“En el caso especifico de la zona en la que trabajamos, que es la capital del país, más o menos un 30% de la población vive a orillas de los ríos Osama e Isabela y entre ellos hay muchos que padecen situaciones de pobreza. Estas personas son las que más sufren de derrumbes e inundaciones cuando hay tormentas o huracán y tienen que ser desplazados. Hay muchas muertes que podrían evitarse si hubiese una intervención real y directa en el hábitat de esa zona” “ se lamenta Jenny.
En Ciudad Alternativa trabajan en diferentes ámbitos. Uno de ellos se centra en colaborar con las organizaciones sociales, fortaleciendo los derechos y creando conciencia de que las mujeres tienen derecho a reivindicarlos.
Desgraciadamente, no tienen más remedio que focalizar algunas de sus acciones en el trabajo a corto plazo: cada vez que ocurre una situación de crisis. Así por ejemplo, señala, “hay que trabajar con la población, identificar situaciones de mucho riesgo e incluso realizar alguna intervención específica. También hacemos investigaciones y análisis presupuestarios y proveemos de herramientas a los movimientos para que puedan fundamentar sus exigencias al Gobierno”. En este sentido se enmarcan sus gestiones para que en su país se implante una ley que dé preferencia a la realización del derecho a la vivienda en todas las zonas empobrecidas, sobre todo las que están en condición de riesgo ante cualquier fenómeno natural.
“ Pedimos un aumento de inversión en vivienda porque, a pesar de la situación tan compleja que padecemos, la inversión del Gobierno en los últimos 5 años ha sido menos del 0,05 % del Producto Interior Bruto. Y pedimos también que haya un plan decenal de vivienda, que pueda construir una política integral y que privilegie la atención a los asentamientos humanos empobrecidos, pero que atienda también todas las otras áreas que complementa la vivienda, por eso lo llamamos un plan nacional de vivienda y hábitat” concluye Jenny.
Quienes más sufren las carencias de las viviendas dignas son las mujeres. “El rol que nos han concedido a las mujeres, el rol reproductor, el rol de mantener todas las cosas en su sitio, nos afecta mucho en condiciones de vivienda adversas. Por ejemplo, si hay escasez de agua, son las que tienen que buscarla; son también ellas las que tienen que limpiar casas con suelo de tierra.. Y también padecen otro tipo de problemas, como el carecer de sanitarios o tenerlos compartidos en condiciones que limitan la intimidad de la mujer y eso da lugar a situaciones que pueden llegar a la violación, por eso tienen que tener mucho cuidado. Muchas veces incluso tienen que salir fuera, al aire libre..”
El trabajo en casa la casa se duplica en estas condiciones de déficit habitacional, por eso el papel de la mujer en la lucha es importante. Aunque el movimiento Ciudad Alternativa no está centrado específicamente de defensa de los derechos de las mujeres, las que forman parte de él intentan que los documentos se construyan con perspectiva de género. “Hemos hecho un análisis especial para el caso de las niñas, porque son ellas las más sacrificadas, no sólo con el cuidado de los niños pequeños, de las personas con discapacidad , de los abuelos, sino porque son también las que se ocupan de actividades como por ejemplo cargar agua. Hemos evidenciado esa situación y nos ha dado buenos resultados porque contamos en el movimiento con varias lideresas, no solamente mujeres, sino mujeres negras que son las más pobres, las más excluidas y están tomando un rol bastante importante como portavoces en la campaña. Además, como ellas tienen la vivencia, lo explican muy bien, y añaden la exposición técnica del problema. Son las mejores portavoces, nadie puede hacerlo mejor porque lo viven en lo cotidiano y lo han aprendido a nivel técnico”.
Al preguntarle a Jenny qué representa para ellas ser una Avanzadora, una lideresa, responde, sin dudarlo que “es una responsabilidad importante, porque las mujeres tenemos que demostrar dos veces lo que somos. Muchas veces tenemos que arrebatar lo que nos corresponde y reivindicar cosas que hemos hecho, que les quieren adjudicar a los hombres. Por eso tengo una responsabilidad fuerte porque, cuando hablo en una reunión, no solamente lo hago en nombre de una situación de desigualdad o de pobreza, sino también llevo conmigo la representación de otras mujeres y eso me obliga a tener que hacerlo súper bien, para que nadie venga con la excusa de que algo salió mal porque lo hizo una mujer”
Y también, recalca la importancia de saber que no está sola, que cuenta con el apoyo de sus compañeras. “Nos apoyamos, nos defendemos, nos completamos las ideas y, poquito a poquito, el liderazgo femenino dentro del movimiento es cada vez más fuerte y más representativo”.
Jenny está especialmente satisfecha de los resultados en su lucha contra la violencia de las mujeres en el ámbito de los desalojos. “”En Republica Dominicana- explica- quienes organizan los desalojos averiguan quien estará presente en la vivienda en ese momento. Cuando son desalojos colectivos es un poco más difícil, pero cuando son desalojos mas pequeños, de tres, cuatro casas, aprovechan momentos en los que esté la mujer sola (su pareja haya ido a trabajar o estén fuera los hombres del barrio). En esos barrios empobrecidos hay una solidaridad muy fuerte y si hay un desalojo tienen que enfrentarse a todo el barrio. Por eso, en desalojos en los que estaban las mujeres solas con hijos, se ha producido incluso abuso policial. Eso lo podemos considerar violencia contra la mujer porque se ha hecho expresamente. Ellos sabían que al llegar las mujeres estarían solas, ha habido incluso fuerza física y mujeres hospitalizadas por ese caso“. El movimiento Ciudad Alternativa vigila estas situaciones de riesgo para defender la violencia ejercida contra estas mujeres.
“Muchas veces actuamos defendiendo lo que yo pienso y creo que lo importante es actuar de acuerdo con lo que pensamos todas. Creo que esa es una clave que nos ayuda a dar pequeños pasos para que al menos esa lucha internamente se lleve en paz”, concluye.
Jenny Torres habla con pasión de su trabajo, en el que la defensa de los derechos de las mujeres ocupa también una gran parte de su actividad, ya que son ellas quienes más padecen los problemas derivados de carecer de una vivienda digna.“Ser avanzadora es una responsabilidad importante, porque las mujeres tenemos que demostrar dos veces lo que somos”
Su trabajo se desarrolla en el ámbito de una crisis permanente que tiene muchos más años de vida que ella misma. “En mi país existe un déficit habitacional muy grande, que se complica enormemente al estar ubicado en una zona que padece también muchos fenómenos hidrológicos. Por eso las poblaciones que viven en viviendas con déficit habitacional, están en riesgo constante.” explica. Eso se traduce en que, durante los últimos 70 años, según las cifras que maneja su organización, han sido afectadas más 4 millones de personas, especialmente las que viven e sectores empobrecidos.