¿Ricos más ricos y pobres más pobres? Nuestra sociedad está llena de brechas que incrementan las diferencias entre unos y otros. (Des)igualdad es un canal de información sobre la desigualdad. Un espacio colectivo de reflexión, análisis y testimonio directo sobre sus causas, soluciones y cómo se manifiesta en la vida de las personas. Escriben Teresa Cavero y Jaime Atienza, entre otros.
De Panamá a las Bahamas
No evocamos un exótico crucero. Hablamos de casos recientes de filtración de documentos a gran escala relacionados con la evasión y elusión fiscales. La última centrada en las Bahamas, apenas unos meses después de los papeles de Panamá. El Consorcio Independiente de Periodistas Internacionales (ICIJ) ha hecho públicos recientemente más de un millón de documentos de sociedades offshore basadas las Bahamas, uno de los más famosos paraísos fiscales. Al parecer, ya hay algunos políticos que han tenido responsabilidad en el Gobierno británico y en la Comisión Europea que podrían estar implicados, y es sólo el principio.
Ambos casos, además de una 'conexión caribeña', comparten su capacidad para arrojar luz sobre el hermético mundo de las llamadas sociedades offshore. Sociedades creadas fuera del país de residencia, en territorios donde la tributación es muy baja y la transparencia casi inexistente, con el fin de evitar pagar impuestos. Este tipo de sociedades han ido creciendo exponencialmente en los últimos 15 años y permiten que miles de millones vuelen de los países donde deberían contribuir a pagar la educación, la sanidad, las infraestructuras o la protección social.
La mala noticia es que todo esto demuestra lo instauradas que están estas dañinas prácticas de evasión y elusión fiscales entre grandes empresas y patrimonios a escala internacional. La buena, es que en la era digital y con los avances en la conciencia de la ciudadanía, la impunidad fiscal de los que más tienen va a ser cada día más complicada. Con motivo de la reunión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, la Directora Ejecutiva de Oxfam Internacional, Winnie Byayima, declaraba unas semanas atrás que 'se han acabado los días de gloria para los paraísos fiscales'. Ante la Asamblea, el Presidente Obama manifestaba que una sociedad en la que el 1% tiene tanto como el restante 99% no puede ser estable. Totalmente de acuerdo.
Los números duelen. Pensemos en los 170.000 millones de dólares que cada año pierden los países en desarrollo por la elusión y evasión fiscal de grandes multinacionales y grandes patrimonios y luego imaginemos las escuelas, los hospitales, los pagos de pensiones que se podrían hacer realidad con ese dinero. Con esa cifa se podría pagar la sanidad a 4 millones de niños o emplear a los profesores necesarios para llevar a todos los niños africanos a la escuela.
La elusión y la evasión fiscal, pues, profundizan la desigualdad y atentan contra los derechos de las personas. Podríamos hablar de que los territorios como las Bahamas se convierten en verdaderos infiernos fiscales para el resto de países que ven como allí se queman buena parte de sus potenciales ingresos públicos por culpa de la evasión y la eluasión fiscal.
Es evidente que necesitamos reducir la desigualdad extrema en el mundo, y para ello uno de los caminos es luchar globalmente contra la evasión y elusión fiscal. Y no se trata sólo de actuar en América Latina y África. No hace falta más que mirar a los datos en España para ver que esto es un problema global. España es el país de la OCDE en el que más ha crecido la desigualdad desde el inicio de la crisis, tan solo por detrás de Chipre, y casi 10 veces más que el promedio europeo. Incluso 14 veces más que en Grecia.
Una de las propuestas más interesantes para atajar esta situación es el establecimiento de un órgano intergubernamental en materia fiscal bajo el paraguas de Naciones Unidas que asegure unas reglas justas para todos. una minoría deje de enriquecerse a costa del resto, y abogando por la desaparición de los paraísos fiscales a través de campañas globales como Iguales (denominada Even it up! en inglés).
Así en la reciente reunión del G77, el grupo de países en desarrollo, han surgido numerosas voces que apuestan por la necesidad de acabar con los paraísos fiscales y por un espacio más justo y democrático para reformar el sistema fiscal global. Más de 300.000 personas han exigido con sus firmas la desaparición de los paraísos fiscales. La petición se orienta a detener la elusión y la evasión fiscal, para que ese dinero pueda ser invertido en la mejora de los servicios sociales básicos y en el bienestar de la ciudadanía. muchas personas más sigan actuando.
Para que acabemos con los infiernos fiscales y podamos crear paraísos sociales.
No evocamos un exótico crucero. Hablamos de casos recientes de filtración de documentos a gran escala relacionados con la evasión y elusión fiscales. La última centrada en las Bahamas, apenas unos meses después de los papeles de Panamá. El Consorcio Independiente de Periodistas Internacionales (ICIJ) ha hecho públicos recientemente más de un millón de documentos de sociedades offshore basadas las Bahamas, uno de los más famosos paraísos fiscales. Al parecer, ya hay algunos políticos que han tenido responsabilidad en el Gobierno británico y en la Comisión Europea que podrían estar implicados, y es sólo el principio.
Ambos casos, además de una 'conexión caribeña', comparten su capacidad para arrojar luz sobre el hermético mundo de las llamadas sociedades offshore. Sociedades creadas fuera del país de residencia, en territorios donde la tributación es muy baja y la transparencia casi inexistente, con el fin de evitar pagar impuestos. Este tipo de sociedades han ido creciendo exponencialmente en los últimos 15 años y permiten que miles de millones vuelen de los países donde deberían contribuir a pagar la educación, la sanidad, las infraestructuras o la protección social.