Bayer se vanagloria del aumento de ventas de su herbicida con glifosato Roundup en plena oleada de demandas por su efecto cancerígeno
El grupo químico y farmacéutico Bayer se vanagloria en sus resultados correspondientes al primer trimestre de 2019 del incremento en ventas de su herbicida Roundup, que contiene glifosato, gracias “principalmente a un crecimiento sustancial en la región de América Latina debido a precios y volúmenes de venta más altos”, aunque en el mismo documento admite como uno de sus principales riesgos las múltiples demandas que sufre en Estados Unidos ya que este herbicida podría causar cáncer.
La compañía alemana señala que en EEUU la facturación de los herbicidas ha caído, sin embargo, lo achaca “a la mayor presión competitiva de los productos genéricos y los cambios relacionados con el clima”. Durante los primeros tres meses de este año, la división de herbicidas de Bayer ha alcanzado unas ventas de 1.373 millones de euros, un 71% más que en el mismo periodo del año anterior.
Este departamento está incluido en la división de Crop Sciences (Ciencias de la cosecha), en la que además de herbicidas se incluyen productos como fungicidas, insecticidas y semillas, que ha subido sus ventas un 125,2% hasta los 6.444 millones de euros en el primer trimestre de 2019.
Bayer entró de lleno en el negocio de los herbicidas tras la compra de Monsanto en junio de 2018 por 63.000 millones de dólares (unos 55.501 millones de euros). La empresa alemana anunció este jueves un beneficio neto de 1.241 millones de euros en el primer trimestre de 2019, con una caída del 36,5% en comparación con el mismo periodo del año anterior, que la firma ha justificado por los costes de integrar a Monsanto.
Desde la absorción de Monsanto, la filial de herbicidas se ha convertido en una pesadilla legal para la compañía alemana. El pasado marzo, un jurado de Estados Unidos dictaminó que el glifosato presente en el herbicida Roundup fue un “factor sustancial” en el origen de un cáncer detectado en un hombre que usó dicho producto. Por este juicio, Bayer fue condenado a indemnizar con 5 millones de dólares además de pagar otros 75 millones en daños punitivos al demandante, que alegó que el uso de Roundup le causó un linfoma no Hodgkin.
La respuesta de la compañía entonces fue: “Estamos decepcionados con la decisión inicial del jurado, pero seguimos creyendo firmemente que la ciencia confirma que los herbicidas a base de glifosato no causan cáncer”, además de anunciar que buscarían “una revisión de la corte de primera instancia y apelar, si es necesario”.
Tras esta sentencia, la compañía se enfrenta a una denuncia múltiple en el Distrito Norte de California, de 13.400 demandantes, que reclaman la compañía por daños y perjuicios asegurando que el glifosato del herbicida Roundup les ha causado linfoma no Hodgkin y mieloma múltiple. Además, tienen otro causas por los mismos motivos en marcha en la corte estatal de California y otros cuatro juicios pendientes de que les pongan fecha en Missouri y Montana para el resto de 2019.
En el primer trimestre de este año, Bayer admite que ha dedicado 51 millones de euros a litigios, de los que 13 millones se han pagado en acuerdos de reconciliación sin tener que llegar a los tribunales.