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Los Franco abordan la venta de una de sus empresas de aparcamientos en pleno reparto de la herencia del dictador

Francis Franco, en una imagen de archivo.

Antonio M. Vélez

La familia Franco ha abordado recientemente la venta de una de sus sociedades de explotación de aparcamientos, Estacionamientos Urme S.A., según se desprende de la convocatoria de la última junta de accionistas celebrada por la empresa el 22 de marzo.

En el punto sexto de esa asamblea se propuso a los accionistas “la venta del 100% de las acciones de la Sociedad y, en su caso, renuncia al derecho de adquisición preferente y autorización a la transmisión de las acciones”.

El punto cuarto recogía también la “proposición a los accionistas de la venta de determinados activos estratégicos de la Sociedad y, en su caso, adopción de los acuerdos de venta”. La convocatoria no se ha publicado en el Boletín Oficial del Registro Mercantil (BORME) ni en ningún medio de comunicación. Se ha difundido a través de la rudimentaria página web de esa empresa.

De materializarse, la venta de Urme se sumaría a otros activos a los que los herederos de Francisco Franco han colgado el cartel de ‘se vende’ en los últimos meses, tras la muerte a finales de 2017 de la única hija del dictador, Carmen Franco Polo, y en pleno proceso de liquidación y reparto de su herencia, un trámite que está liderando el primogénito de esta, Francisco Franco Martínez-Bordiu, también conocido como Francis Franco.

Entre esos activos a la venta están el Pazo de Meirás, por el que pretenden ingresar 8 millones de euros y cuya propiedad busca recuperar el Estado, o el edificio familiar de la calle Hermanos Bécquer de Madrid.

eldiario.es ha intentado, sin obtener respuesta, contactar con los Franco a través del despacho de abogados que se encarga de la llevanza de las cuentas de esta empresa, RCD, para conocer el resultado de esa asamblea y de esa posible desinversión.

Desde la celebración de esa junta de Estacionamientos Urme, en el Registro Mercantil no constan cambios en el consejo de administración de la sociedad, cuyo presidente es Francis Franco. Los activos de esta empresa dieron un salto cualitativo en diciembre de 2017, cuando, dos semanas antes del fallecimiento de Carmen Franco, Urme absorbió a otra de las empresas del clan, Proazca. Con ello, sus activos se cuadruplicaron hasta superar los 5 millones.

Buena parte de ellos son inmuebles cuyo valor contable (que no tiene por qué corresponder al de mercado) ascendía a cierre de 2018 a 4,27 millones, según las últimas cuentas de la empresa, recientemente depositadas en el Registro Mercantil y que eldiario.es ha consultado a través de la plataforma Insight View.

Medio millón en ingresos

Estacionamientos Urme declaró en 2018 beneficios de 127.667 euros tras registrar cerca de medio millón en concepto de “otros ingresos de explotación”. En los dos últimos años (desde que se hizo efectiva la fusión con Proazca), la empresa, que no tiene deudas, ha ingresado unos 845.000 euros y ha declarado 234.000 euros en beneficios.

Su actividad principal es el “alquiler de bienes inmobiliarios por cuenta propia”, un clásico en los negocios de los Franco, y su sede, como las de muchas otras empresas del clan, está en la calle Hermanos Bécquer de Madrid. Es una de las patas del entramado societario que manejan los herederos de Franco, cuya fortuna acumulada, herencia del ingente patrimonio acumulado por el dictador en vida, ha sido cifrada en unos 600 millones por investigadores como Mariano Sánchez Soler, autor del libro Los Franco S.A.

Una de las vías de negocio de la familia es la explotación de garajes en Madrid, como el que adquirió en marzo de 2002 otra de las empresas del clan, Oceans Eleven, en el número 359 de la calle Bravo Murillo a la firma Progamallo, vinculada al narcotraficante Marcial Dorado. Progamallo había comprado ese inmueble en 1998 por unos 2,3 millones de euros de “procedencia ilícita”, según dictaminó el Tribunal Supremo en febrero de 2016, y obtuvo de Oceans Eleven una contraprestación de 7,2 millones (más IVA). La compraventa se escrituró por menos de 5 millones, lo que permitió al narco gallego dejar de ingresar a Hacienda 794.133,37 euros por el Impuesto de Sociedades, según el Supremo.

Oceans Eleven era entonces 100% propiedad de otra empresa de los Franco, Centro de Agentes Unidos del Calzado Español, SL (Cauce SL), que el año pasado fue condenada por la Audiencia Nacional a pagar a Hacienda cerca de 2 millones de euros en concepto de cuota, sanción e intereses, por la transmisión en 2003 de un conjunto de oficinas y plazas de garaje a otra firma del clan “sin coste fiscal”, pese a que no tenía derecho a ello, según la sentencia.

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