La Comisión Europea, el Parlamento Europeo y el Consejo de 28 países miembros han alcanzado en la madrugada de este jueves un acuerdo para elevar al 32% el objetivo de renovables en el consumo final de energía para el año 2030 vetar el denominado impuesto al sol para los consumidores domésticos.
La nueva meta de renovables consensuada por el denominado trílogo formado entre la Comisión, el Parlamento y los gobiernos está a mitad de camino entre el 27% que proponían los Estados europeos y el 35% que reclamó la Eurocámara el pasado mes de enero. Actualmente, este porcentaje en Europa ronda el 17%.
España, que con Mariano Rajoy en La Moncloa se había posicionado en el bloque de países menos ambiciosos en materia de renovables, como Polonia o Rumanía, viró el rumbo el pasado lunes, con la llegada de la nueva ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, que en su estreno en el Consejo de ministros europeos de energía, defendió alcanzar al menos un objetivo del 34%.
El acuerdo ha sido calificado por el comisario europeo de Energía y Cambio Climático, el español Miguel Arias Cañete, como “una victoria duramente trabajada en nuestros esfuerzos para desbloquear el verdadero potencial de la transición energética en Europa”, mientras que se trata de un compromiso “decente pero agridulce” para el eurodiputado de Equo Florent Marcellesí.
Agridulce, según este político ecologista, porque, en su opinión, “no cumple con el Acuerdo climático de París” y fija la fecha de caducidad para el aceite de palma en el transporte 2030. Y “decente”, según Marcellesí, porque con él Europa habrá “matado el impuesto el sol”.
Frente a la pretensión de algunos países, liderados por Alemania, de gravar con un peaje por acceso a la red a prácticamente todas las instalaciones de autoconsumo eléctrico (incluso las de menor tamaño), el acuerdo, según avanza Euractiv, deja exentas a las plantas con hasta 25 kilovatios (kW) de potencia, lo que supone vetar estos cargos para las instalaciones destinadas al consumo doméstico.
Este compromiso está en línea con el objetivo del nuevo Gobierno español de eliminar “rapidísimamente” estas cargas en las que España fue pionera, al aplicar un “peaje de respaldo” a partir de los 10 kW que, no obstante, no llegó aplicarse porque el Ejecutivo del PP no aprobó el desarrollo reglamentario correspondiente.
El “ambicioso” acuerdo, en expresión de la Comisión Europea, permitirá a la UE, según Bruselas, cumplir los compromisos de reducción de emisiones del Acuerdo de París de 2015 e incluye la posibilidad de revisar al alza los objetivos en el año 2023.
Según la Comisión, contribuirá “a la prioridad política expresada por el presidente Juncker en 2014 de convertir a la Unión Europea en el líder mundial en renovables”.