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Los aficionados del fútbol alemán frenan las negociaciones para la entrada del fondo CVC como inversor en las 'Bundesligas'

El futbolista Marco Sailer celebra un gol con los aficionados del Darmstadt.

Aldo Mas

Berlín —
22 de febrero de 2024 23:04 h

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Llevaba ya tiempo pasando en el fútbol alemán. Las gradas eran tan protagonistas como futbolistas, árbitros y entrenadores. Desde las gradas, los aficionados se dedicaban a animar, pero también a protestar.

Se quejaban las gradas dejando imágenes como la que presentaba este jueves el diario Bild, el periódico más leído de Alemania: la imagen de Carl Klaus, portero del Hannover, con los brazos levantados y desaprobando que los hinchas lanzaran a su área muchas pelotas de tenis, lo que hacía imposible que continuara el duelo en el que su equipo, de la segunda división de la Bundesliga, acabó venciendo por 2-1 al Rostock a principios de este mes.

Ese partido se retrasó por culpa del incidente. No era la primera vez que ocurría algo así en el fútbol alemán. De un tiempo a esta parte se han visto en las gradas elocuentes pancartas que explican por qué entre los aficionados se ha levantado un frente de protesta. Mensajes como “Más fútbol, menos negocio”, “No queremos inversores”, “No a los inversores en la DFL” [siglas de Liga de Fútbol de Alemania, ndlr.], “No a la entrada de inversores en la DFL” o “A la mierda la DFL”.

El motivo de estas protestas radica en la tentativa de la actual dirección de la DFL de traer inversores al fútbol alemán. En concreto, había sobre la mesa unas negociaciones de la asociación que reúne a los 36 clubes de primera y segunda división –la “Bundesliga” y la “2. Bundesliga”– con el fondo británico-luxemburgués CVC Capital Partners. La firma que quería inyectar hasta 1.000 millones de euros para hacerse con el 8% de los derechos de televisión e imagen del fútbol profesional alemán durante 20 años.

El fondo CVC lleva varias temporadas apostando por las ligas de fútbol europeas. De hecho, LaLiga firmó un “acuerdo estratégico” en 2021 con el fondo de capital riesgo CVC para inyectar 2.700 millones de euros en la competición y los clubes. El “ambicioso plan de inversión” derivado de este “principio de acuerdo” permitirá “dotar a LaLiga y los clubes de recursos con el objetivo de continuar la transformación hacia una compañía global de entretenimento digital, fortaleciendo la competición y transformando la experiencia de los aficionados”, indicaron entonces en la organización de la máxima competición del fútbol español en un comunicado.

En la carrera por esos derechos también estaba hasta hace unos días el banco de inversiones estadounidense Blackstone. La entidad dejó la puja este mes. Así, hasta el miércoles parecía que CVC era la única opción que le quedaba a la DFL.

Sin embargo, ese día la opción que se impuso fue otra. Tal y como informaba en un comunicado el portavoz de la dirección de la DFL, Hans-Joachim Watzke, “a la vista de la evolución actual, no parece posible que el proceso continúe con éxito”. “En su reunión extraordinaria de hoy miércoles en Fráncfort, el Comité Ejecutivo de la DFL ha decidido no continuar con el proceso de conclusión de una asociación de comercialización”, se lee en el texto emitido por la asociación de clubes. Las negociaciones se han parado.

El pasado mes de febrero, tras una votación de los 36 clubes, 24 se pronunciaron a favor de que se iniciara el proceso para buscar a un inversor que inyectara fondos en la competición germana. Esa decisión contaba con los necesarios dos tercios de aprobación para lanzar unas negociaciones.

Sin embargo, ha habido polémica a cuenta de esa votación porque, entre otras cosas, Martin Kind, representante del Hannover, “habría votado a favor de los planes de los inversores en contra de las instrucciones del club”, según han explicado en el semanario deportivo alemán especializado en fútbol Kicker. “No está claro cómo decidió Kind en la votación, que no fue pública, pero en Hannover se da por hecho que votó 'sí' y, por tanto, infringió las instrucciones”, plantean en Kicker. No es casualidad que el Heinz von Heiden Arena, el estadio del Hannover, haya sido escenario de numerosas protestas.

“Un buen día para el fútbol alemán”

Precisamente en esa ciudad del oeste alemán se ha reaccionado con alivio ante la decisión de la DFL de parar toda negociación sobre los derechos televisivos y de imagen de las ligas alemanas. Al diario Bild, el presidente del Hannover, Robin Krakau, señalaba a cuenta de la decisión de la DFL que se había hecho lo correcto. “En vista de la confusa situación de las últimas semanas, ésta es la única decisión correcta”, decía Krakau.

Más satisfacción han mostrado en la plataforma 'Unsere Kurve', asociación que aúna esfuerzos de grupo de hinchas desde 2020 y que reivindica tener detrás a casi un millón de personas. Su portavoz, Thomas Kessen, vivía la decisión de la DFL de esta semana como un éxito de las protestas. “Las amplias, muy pacíficas y creativas protestas fueron al final la clave de este éxito”, decía Kessen en unas declaraciones que recogía la prensa generalista del país. En su organización consideraron un “buen día para el fútbol alemán” la jornada de la decisión de la DFL.

Al igual que Kessen y su 'Unsere Kurve', otros clubes también han dado su visto bueno a la decisión de parar las negociaciones. Por ejemplo, el Stuttgart, club que actualmente ocupa la tercera posición de la Bundesliga con 46 puntos. El equipo de la capital del Land de Baden-Wurtemberg sólo está por detrás del Bayer Leverkusen que entrena el español Xabi Alonso y del Bayern de Múnich.

¿Tiene el fútbol alemán un problema por falta de atractivo?

Alemania, que se considera –con razón– una “nación de fútbol”, ha estado en vilo cada fin de semana. Cuando abrían sus puertas los estadios, se sabía que las protestas en las gradas podían derivar en incidentes como el de las pelotas de tenis del Heinz von Heiden Arena. Según ha explicado a la radio pública Deutschlandfunk el politólogo Jürgen Mittag, profesor de Política Deportiva en la Escuela Técnica de Deporte de la ciudad de Colonia (oeste germano), la liga y los aficionados organizados en 'Unsere Kurve' están librando un “pulso”. “Este pulso ha existido siempre en el pasado, de forma a veces más y a veces menos intensa”, según Mittag. Ahora, parece que el conflicto está en una fase intensa.

Los aficionados que han dirigido las protestas quieren que la DFL vuelva a votar sobre una eventual entrada de un inversor, pero de forma “abierta y transparente”. En su momento fueron desechadas en las instancias ligueras de Alemania otras soluciones para hacer de la Bundesliga y la 2 Bundesliga competiciones más “atractivas” gracias a una inyección de dinero. Por ejemplo, la petición de un crédito de hasta 700 millones a pagar en varios años. De momento, las protestas han parado toda negociación, aunque los clubes serán convocados la semana próxima para reunirse de nuevo, según apuntan desde la DFL.

El palmarés de la Bundesliga no da lugar a incertidumbre cuando se trata de adivinar la identidad del ganador. El Bayern de Múnich, el club más laureado del fútbol germano, se ha llevado los últimos once títulos de liga de forma consecutiva. El último título liguero que no acabó en las vitrinas de los de Múnich (sur germano) fue el campeonato de 2012, que fue para el Borussia Dortmund. Este año, tal vez porque la excepción confirma la regla, el Bayer Leverkusen parece haber puesto la directa camino del título. El equipo de Xabi Alonso va líder en la clasificación, con 58 puntos. Le sigue el Bayern de Múnich, segundo con una puntuación de 50. Este viernes comienza la 23ª jornada del campeonato liguero, que cuenta con 34 fechas.

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