La apuesta turca de BBVA se le atraganta en Bolsa entre dudas de los analistas
Lunes, 7 de la mañana. BBVA emite un comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en el que anuncia que tiene previsto lanzar una opa sobre el 50,15% de Garanti, el banco turco filial de la entidad española, que no posee hasta ahora. La operación llega por sorpresa a los analistas y expertos que siguen al banco, ya que apenas hace unos días, en la presentación de resultados de BBVA, el grupo negaba esta posibilidad. Tampoco los inversores vieron con buenos ojos este movimiento “audaz”, como ha señalado alguna gestora de fondos de inversión, y han castigado durante toda la semana a la compañía en Bolsa.
En concreto, en apenas cinco sesiones, BBVA cerró la semana con una caída del 12% en Bolsa, hasta dejar su valor bursátil en 36.000 millones de euros. Es decir, el banco, cuarta empresa con mayor capitalización de España, se ha dejado desde el anuncio de la operación casi 5.000 millones de euros. La entidad, que venía de ser en lo que va de año uno de los valores que más habían crecido en el IBEX 35, se convertía en protagonista por el lado opuesto.
Ni siquiera el encuentro con inversores, conocido como Investor Day, de este jueves sirvió para calmar las aguas con el anuncio del aumento del dividendo y una mejora de la captación de clientes y de la rentabilidad. Las casas de análisis y los bancos de inversión han reconocido su “sorpresa” por esta decisión que lleva a que BBVA esté más expuesta a un mercado, el turco, sobre el que existen dudas y que ya en el pasado ha provocado importantes castigos en Bolsa para el banco español.
Para entender esta operación hay que viajar al año pasado. El banco anuncia la venta de su filial de EEUU por 9.700 millones de euros. En pleno calor de fusiones en España —CaixaBank había anunciado la absorción de Bankia y Unicaja negociaba con Liberbank— se lanza a por Banco Sabadell. Sin embargo, la valoración que da a la entidad catalana no satisfizo a su cúpula y las negociaciones se rompieron sin acuerdo. BBVA quiere utilizar ese exceso de capital —como en el sector se llama a ese dinero que no está invertido— y anuncia, por un lado, un programa de recompra de acciones —una forma de pagar al accionista— de unos 3.500 millones de euros. El resto, guardado a la espera de encontrar una operación para crecer en los mercados donde ya está presente.
En las distintas conferencias con analistas o con la prensa, el banco evita avanzar operaciones, asegurando que tiene un departamento centrado en buscar opciones de “valor” para la entidad. Con esas, llega este lunes pasado el anuncio de la operación de Turquía. Para ello, prevé invertir 2.250 millones de euros para hacerse con las acciones que no controla de Garanti. Esto provoca, entre otras cuestiones, que el banco tenga una exposición del 68% a mercados emergentes, un “arma de doble filo”, como señalan algunos analistas, ya que son territorios con alto potencial de crecimiento, pero también con mayores potenciales desequilibrios que afecten a su negocio.
“Se está perdiendo la opción de colocar ese capital en países desarrollados”, señala Gonzalo Sánchez, director de inversiones de Gesconsult. “El inversor habría preferido que ese dinero fuera a esos otros mercados”, apunta respecto al castigo bursátil que ha recibido el banco durante toda la semana.
El problema no es Garanti, que es un “banco bueno” como apunta Sánchez, sino el mercado turco el que genera duras a los accionistas. De hecho, uno de los puntos fuertes que señalan los expertos que analizan habitualmente al banco es el dividendo que va a tener de este grupo. En situación normal, y como defiende la entidad, al ser un mercado menos bancarizado que otros en Europa, tiene potencial de crecimiento lo que se traduciría en “mayores retornos” que lo que le ofrece Europa, como plantea Diego Morín, analista de IG.
“La situación del país otomano crea dudas entre los inversores, sobre todo por su inestabilidad política y económica, algo que provocaría vaivenes en las acciones del banco”, apunta Morín. Esto provoca, como explica Sánchez de Gesconsult, que BBVA va a ser percibido como un banco “con más riesgo”, por esta exposición a Turquía. “Es impredecible”, incide sobre la situación de la economía y de las políticas monetarias aplicadas por el banco central. Esta misma semana una nueva bajada de tipos por parte del organismo supervisor turco ha provocado un desplome de la lira a mínimos históricos.
Los grandes bancos de inversión internacionales también han mostrado en sus informes distintas reticencias sobre la operación. Barclays, por ejemplo, señalaba que la opa sobre Garanti les había “sorprendido”, ya que al asumir esta exposición a Turquía, los inversores pueden comenzar a reclamar al banco mayores niveles de capital y advertían que aumentará los costes para la entidad. El banco de la City londinense recordaba que el valor de las acciones de BBVA en Garanti venían de desplomarse un 50% por el deterioro de la economía en Turquía.
Dependiendo de la lira
S&P, otro de los grandes bancos de inversión, reconocía el “potencial del mercado bancario turco y la rentabilidad sólida de Garanti”, lo que justificaría la operación. Sin embargo, “esto hace al grupo estructuralmente más expuesto a un mercado arriesgado, incluyendo más volatilidad en el perfil de ganancias de BBVA”. Pese a ello, calculaba que si se llega al 100% de las acciones de Garanti, el beneficio neto de BBVA el próximo año y el siguiente se podría incrementar en un 15%, siempre y cuando dependiendo de la evolución de la moneda turca. Goldman Sachs también ha advertido de los riesgos de una depreciación de la lira.
“La acogida de la operación ha sido mala”, resume Gonzalo Sánchez, de Gesconsult. Es, precisamente, la evolución de los tipos de cambio de la lira el principal riesgo para BBVA, muy vinculado a la situación no solo económica sino política del país. “Estás supeditado a lo que diga Erdogan”, enfatiza el analista. BBVA ha expresado en distintas ocasiones que cuenta con distintos seguros que amortiguan este impacto, pero esto no ha sido suficiente para calmar los riesgos que ven los analistas.
Actualmente, México es el principal mercado para BBVA en términos de beneficio. En concreto, el 43,5% de las ganancias del grupo salen del país latinoamericano. Le sigue España, que aporta un 29,4% del beneficio. En tercer lugar llega Turquía, que supone en torno al 14% del resultado de la entidad. En el caso de que BBVA obtuviera el 100% de las acciones de Garanti, el mercado turco aportaría el 24,6% del beneficio, frente al 25,8% de España y el 38% de México, según ha informado el propio banco.
En los recientes resultados del tercer trimestre, BBVA informó que sus operaciones en Turquía aportaban 583 millones de euros al beneficio, de los 1.181 millones de euros que obtuvo Garanti. Para este banco turco trabajan 21.600 trabajadores, frente a los algo más de 25.000 que BBVA tiene en España. Además cuenta con un millar de oficinas y 5.000 cajeros en el mercado turco.
“Garanti ha sido parte del grupo por los últimos 11 años. Durante este periodo, hemos observado la fortaleza de su modelo de negocio e indicadores financieros, incluso en entornos complejos”, defendía BBVA en la conferencia con analistas del pasado lunes para explicar la operación. Carlos Torres, sucesor de Francisco González como presidente del banco, defendió días después ante los inversores en el Investor Day la opa sobre Garanti, asegurando que ven “muchísimo valor” en Turquía, incluso con “previsiones macroeconómicas conservadoras”. “Somos inversores a largo plazo, vemos crecimiento aunque a corto haya volatilidad”, justificó ante las preguntas de la banca de inversión internacional.
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