Se cumple una semana desde que comenzaran en distintos puntos del centro de la Península las nevadas provocadas por Filomena y todavía muchas calles y edificios están afectados por los restos de nieve convertidos ya en hielo por la ola de frío que asola a distintas Comunidades estos días. Las estampas que ha dejado el temporal van desde tejados de pabellones caídos, tuberías congeladas, coches abollados por las ramas de los árboles o contusiones de distinto tipo por los resbalones en la calle. Es por ello que las aseguradoras han tenido que reforzar sus sistemas para comenzar a recibir miles de incidencias y reclamaciones a causa de los efectos de la nevada histórica.
Sin embargo, todavía es pronto para que las empresas de seguros hayan realizado estimaciones del coste económico que esto va a suponer por el aumento de la siniestralidad. Distintas aseguradoras consultadas por este medio coinciden en señalar que se tardarán semanas o incluso más de un mes en conocer el conjunto de actuaciones necesarias puesto que algunas de las incidencias todavía no han sido detectadas por los propios clientes. Al estar la movilidad reducida por la pandemia y por el hielo que sigue presente en las calles, las empresas todavía esperan que se realicen más reclamaciones en los próximos días.
A ello se une que cada una de las incidencias abiertas tienen que ser comprobadas por los peritos de las aseguradoras y las complicadas comunicaciones están retrasando en muchos casos estos exámenes. “Es prematuro ofrecer una valoración económica; estamos inmersos en ese proceso, prevemos que el número de siniestros derivados de Filomena siga aumentando conforme desaparezcan sus efectos”, señalan desde Generali. Además, se está a la espera de los efectos que pueda tener el deshielo, que podrían provocar nuevas incidencias.
Los grandes daños provocados por las inclemencias climatológicas, especialmente las inundaciones o los incendios, suelen estar cubiertas por el Consorcio de Compensación de Seguros. Se trata de un organismo dependiente del Ministerio de Asuntos Económicos aunque financiado con aportaciones de las aseguradoras privadas, ideado para cubrir los daños en sucesos como los citados. Para que sirva de referencia, el Consorcio asumió 100 millones de euros de costes por los daños provocados por Gloria hace un año. Las situaciones que cubre el Consorcio van desde un atentado a catástrofes como inundaciones extraordinarias, terremotos, maremotos, erupciones volcánicas, tempestad ciclónica atípica y caída de cuerpos siderales y aerolitos. Pero no en nevadas. Es decir, el Consorcio no entrará en cubrir gastos provocados por la nieve de Filomena, dejándolo en manos de las aseguradoras.
Así lo confirmó a comienzos de semana el propio Consorcio en un comunicado. “Ni los daños a las personas, ni los daños materiales ni la pérdida de ingresos o lucro cesante que produzcan las nevadas pueden ser indemnizados por el Consorcio”, subrayó el organismo. “Los afectados deberán dirigirse a su entidad aseguradora, que podrá atender su reclamación si la cobertura está incluida en el contrato de seguro suscrito por el afectado”, señalaba la nota. Eso sí, el Consorcio entrará a indemnizar “en los casos en los que el temporal se haya manifestado, como ha ocurrido en algunos lugares, en forma de inundación, de embate de mar o de tempestad de viento con rachas que superen 120 km/h”. Además, aunque el Consorcio no cubra los daños de la nieve o su posterior conversión en hielo, sí entrará si se producen daños por inundaciones provocadas por el deshielo.
Por tanto, la pelota está en el tejado de las aseguradoras privadas. Eso sí, estas, como es lógico, no cubrirán cualquier gasto que se haya producido por la intensa nevada que se produjo el fin de semana pasado. Únicamente lo hará en aquellos casos en los que la póliza que tuviera contratada el afectado incluyera protección ante una inclemencia como la nieve. Es por ello que en el sector se está recomendando a los usuarios leer los contratos que tienen firmados y consultar si los productos contratados le permitirán cubrir los daños provocados por la nevada.
Las aseguradoras no se atreven por el momento a hacer previsiones del coste que pueda tener Filomena en su balance, aunque algunas sí han avanzado algunas actuaciones que tuvieron durante los primeros días. Por ejemplo, Mapfre, una de las más grandes del país, aseguró este viernes que durante la primera semana 225.000 llamadas a sus centralitas y ha registrado más de 16.000 incidencias de clientes en toda España relacionadas con la borrasca, el 75% de ellas en hogares y comunidades de vecinos.
Otra de las entidades que ha dado datos ha sido Axa, que en los tres días posteriores a la nevada registró un 50% más de incidencias que en el mismo periodo del año pasado. La siniestralidad en el hogar y los comercios creció un 60%. Otra aseguradora, Generali, recibió más de 5.500 llamadas por incidentes en carretera y 13.300 por siniestros en el hogar solo durante el pasado fin de semana. Mutua Madrileña recibió más de 10.500 incidencias en el fin de semana y avanzó que esperaba muchas más durante los siguientes días.
Los sucesos en automóviles son los que protagonizan buena parte de las incidencias provocadas por el temporal. Así lo explica la correduría de seguros Marsh, señalando que la caída de una rama de árbol o la salida de carretera son los casos más comunes. Solo en caso de que el cliente tenga un seguro que cubra riesgos podrán ser indemnizados, mientras que a aquellos con un seguro a terceros solo les cubrirá el traslado al taller. Otros daños comunes por este temporal han sido los hundimientos de tejados por el peso de la nieve, daños ocasionados por las heladas en las tuberías o las pérdidas de ingresos en el caso del comercio y la hostelería. Las aseguradoras recomiendan consultar cada póliza para saber si incluyen este tipo de desperfectos.
Respecto a los daños que ha provocado en la economía, las primeras estimaciones han sido muy dispares. Este jueves BBVA Research apuntaba a la pérdida de una décima del PIB nacional provocada por la borrasca. Más contenidas eran las previsiones de Mapfre Economics, que esta semana aseguraba que “no estimamos un impacto importante en la economía y menos en un contexto en el que ya íbamos a estar con una actividad limitada respecto al mismo periodo del año anterior” debido a la pandemia.
Pese a esta lectura, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, ha estimado en casi 1.400 millones las pérdidas solo en la capital (900 millones de pérdida de consumo y 400 millones por daños materiales). Por poner en contexto esta estimación respecto a algunas de las últimas grandes incidencias meteorológicas en España, la DANA de septiembre de 2019 provocó 69.000 siniestros en todo el país y 495 millones de euros y la tormenta Gloria hace un año, se estimó entre 76 y 100 millones de euros. Fuera del país, grandes catástrofes como el terremoto de Indonesia en 2018 acabó con unos daños cifrados por el Banco Mundial en 458 millones de euros.
El seguro agrario sí cubre las nevadas
Fuera de la ciudad, el campo también se ha visto muy afectado por las fuertes nevadas del pasado fin de semana. Agroseguro, el pool de aseguradoras agrarias y financiada en parte por el Estado para cubrir los daños por inclemencias meteorológicas, emitió esta semana un comunicado asegurando que los datos provocados por Filomena “están cubiertos por el sistema español de Seguros Agrarios Combinados”. En este caso, a diferencia del Consorcio de Compensación de Seguros, los siniestros provocados por la nevada, así como el viento, sí están recogidos. Esto incluye los derrumbes de instalaciones o el daño sufrido por el granado debido a las bajas temperaturas.
Agroseguro señalaba que la nieve puede tener efectos positivos en el campo por el aporte de agua y consideraba que los siniestros por las nevadas “no serán generalizados”, aunque sí se mostró preocupada por los “graves daños por las fuertes heladas” de los últimos días. Los cultivos que se prevén más afectados son aquellos de producción invernal, como alcachofa, brócoli, coliflor, espinaca y lechuga), las hortalizas cultivadas bajo invernadero, los cítricos y el olivar, aunque todavía no puede conocerse con exactitud su alcance.
Las zonas con mayor previsión de afecciones son Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Aragón, Cataluña, Navarra, La Rioja y el sureste peninsular (Región de Murcia y Almería). El ministro de Agricultura, Luis Planas, se mostró este viernes confiado en que este sistema de seguros agrarios permita dar respuesta a las pérdidas de los agricultores y ganaderos. Aseguró que “la buena noticia” es que la cobertura de las pólizas, que disponen de una “excelente” ley de 1978, permitirá “dar respuesta” a las pérdidas “en base a las declaraciones” de daño que elaboren los propietarios.
En cualquier caso, desde el sector asegurador se señala que no se debe confundir el proceso de las indemnizaciones de un seguro y la declaración de zona catastrófica, como están pidiendo algunos ayuntamientos madrileños como la propia capital. Lo primero hace referencia a la movilización de dinero privado de las aseguradoras hacia sus clientes, que ya contaban con un seguro contratado. Por su parte, la declaración de zona catastrófica supone movilizar subvenciones y ayudas públicas hacia zonas afectadas por catástrofes e inclemencias climatológicas. Por tanto, ambos procedimientos van por separado y de manera independiente.