La banca española continúa con la venta de los activos inmobiliarios problemáticos para reducir su exposición al ladrillo. El último en anunciar un movimiento en este sentido ha sido Banco Sabadell, quien ha anunciado este jueves la venta de una cartera de activos al fondo Cerberus, con un valor bruto contable de 9.100 millones de euros.
En concreto, la entidad catalana ha traspasado en la operación dos cartera, con nombres Challenger y Colliseum, que suman un valor neto de 3.900 millones de euros. Sabadell asegura en un comunicado al regulador del mercado, la CNMV, que este acuerdo le permite desprenderse de “la práctica totalidad de su exposición inmobiliaria”.
La entidad y el fondo crearán “una o varias” nuevas sociedades que estarán participadas en un 80% por Cerberus y un 20% por parte de Sabadell. Por su lado, el banco catalán mantendrá el 100% de la participación en su inmobiliaria Solvia, que realizará servicios para las nuevas sociedades que se creen conjuntas entre ambos accionistas.
Sabadell remarca en su comunicado que esta operación le permitirá desconsolidar todos estos activos inmobiliarios de su balance, una vez que se apruebe definitivamente el acuerdo. Además, señala que le permite mejorar su rentabilidad y un impacto positivo en los ratios de capital.
Sabadell se une de esta manera a BBVA, CaixaBank y Santander que en los últimos meses han realizado operaciones similares para aligerar la presencia de activos tóxicos en sus balances ligados al ladrillo, tanto en activos adjudicados (procedentes de créditos impagados) así como préstamos dudosos, especialmente con empresas inmobiliarias.