Bruselas mejora las previsiones de crecimiento para España hasta el 6,2%
Bruselas vuelve a mejorar las previsiones de crecimiento para España en 2021. Si en mayo aumentó tres décimas, del 5,6% al 5,9%, ahora vuelve a subir otras tantas, hasta el 6,2%, y se acerca ya a las previsiones del Gobierno para el presente año: un 6,5% de crecimiento después de haber cerrado 2020 con una caída del PIB del 10,8% por la crisis sanitaria, económica y social de la pandemia del coronavirus. Así, España se consolida como uno de los países que más crecerá en este año en la Unión Europea, por detrás de Rumanía (7,4%), Irlanda (7,2%) y Hungría (6,3%).
En cuanto a 2022, la Comisión Europea, rebaja en sus previsiones de verano los pronósticos que hizo en primavera. Si hace dos meses calculaba un crecimiento del PIB del 6,8% el año próximo, ahora lo rebaja hasta el 6,3%, como el país que más crece en la UE (por delante de Francia y Letonia, con un 6%) por encima de lo previsto por el Banco de España, que calculaba un alza del PIB en 2022, del 5,8%.
En relación con la media de la UE, Bruselas prevé que el PIB de la UE crezca un 4,8% este año (frente al 4,2% previsto en mayo) y un 4,5% en 2021 (ligeramente superior al 4,4% anunciado en primavera).
“La incertidumbre y los riesgos que rodean las perspectivas de crecimiento son elevados, pero se mantienen equilibrados”, afirma el Ejecutivo comunitario: “Los riesgos de la aparición y propagación de variantes de la COVID-19 subrayan la importancia de acelerar aún más el ritmo de las campañas de vacunación. Los riesgos económicos tienen que ver con la respuesta de los hogares y las empresas a los cambios en las restricciones frente al coronavirus”.
La Comisión Europea confía en que los 27 Estados miembros vuelvan a los niveles precrisis antes de que acabe 2022, aunque el ritmo de recuperación “siga siendo muy desigual”. Entre los Estados miembros más grandes, Bruselas prevé que Polonia haya vuelto a los niveles anteriores a la crisis en el segundo trimestre de 2021; Alemania y los Países Bajos, en el tercer trimestre de 2021; mientras que España e Italia lo harán un año después, en el tercer trimestre de 2022.
“Estas previsiones se basan en el supuesto de que las restricciones se flexibilizarán aún más en la segunda mitad del año y que seguirán siendo marginales hacia finales de 2021 y en 2022”, ha explicado el comisario europeo de Finanzas, Paolo Gentiloni: “Sin embargo, la incertidumbre en torno a las perspectivas seguirá siendo elevada mientras la pandemia siga amenazando la economía. Los riesgos están asociados con la variante Delta, que parece ser más transmisible y representa un peligro para aquellos que aún no están completamente vacunados. La situación fuera de la UE también sigue siendo motivo de preocupación. Si la vacunación no avanza lo suficientemente rápido en todas partes, la recuperación podría ralentizarse”.
Gentiloni también ha señalado el “riesgo de una crisis empresarial duradera y su impacto en los mercados laborales y financieros. Además, una retirada prematura de las medidas de apoyo, contra la que seguimos advirtiendo, podría frenar la expansión. Y una recuperación más desigual entre los Estados miembros podría debilitar la eficacia de la coordinación de medidas y provocar fragmentación. Esto podría distorsionar el funcionamiento del mercado interior y debilitar la recuperación”.
Golpe de Filomena
Bruselas incluye en sus previsiones los efectos del temporal de enero en España. Según sus cálculos, el PIB real en España se redujo un 0,4% en el primer trimestre de este año “por las restricciones frente a la COVID-19 y las perturbaciones meteorológicas (tormenta Filomena)”.
La Comisión Europea, no obstante, afirma: “Tras la mejora de la situación sanitaria, el rápido avance de la campaña de vacunación y el levantamiento gradual de las restricciones, se espera que el PIB repunte un 2% en el segundo trimestre y un 3,1% en el tercer trimestre, y que crezca un 6,2% en 2021 y un 6,3% en 2022”.
Bruselas reconoce que “el crecimiento del PIB en el segundo y tercer trimestre será más rápido de lo previsto en la primavera”. Entre otros motivos, destaca “el ritmo acelerado de creación de empleo y de salida de trabajadores de los ERTE” en los sectores más afectados“.
Otros indicadores que “continúan mejorando de manera constante”, según Bruselas son “la confianza de las empresas y de los consumidores”, lo que sugiere “una consolidación de la recuperación en el segundo trimestre que se espera que continúe después, con la recuperación del consumo y la inversión en 2021 y 2022 después de una fuerte caída en 2020”.
“Mientras tanto, se espera que la implementación del Plan de Recuperación y Resiliencia fortalezca la inversión pública y privada y brinde un nuevo impulso a la recuperación económica, particularmente en 2022”, prevé la Comisión Europea.
Inflación, por encima del 2%
El Ejecutivo comunitario pronostica que la inflación promediará más del 2% interanual hasta principios de 2022, “debido al aumento de los precios de la energía y el repunte de los precios debido a la demanda reprimida con las restricciones”. Sin embargo, “la holgura en el mercado laboral debería evitar la persistencia de presiones sobre los precios. Después de subir al 2,1% en 2021, se espera que la inflación anual caiga al 1,4% en 2022”.
Las previsiones de verano de la Comisión Europea sólo se refieren al crecimiento y la inflación. Los indicadores presentados en mayo de deuda, déficit y paro, entre otros, serán actualizados en noviembre.
“Si bien la incertidumbre ha disminuido ligeramente”, dijo Bruselas entonces, “las perspectivas de la economía española aún están sujetas a un grado de incertidumbre mayor de lo habitual. Esto se debe a las incertidumbres vinculadas a la recuperación de las actividades relacionadas con el turismo, la respuesta de los agentes privados ante la potencial relajación de las medidas de contención, y la magnitud e impacto de las medidas públicas para contener el efecto de la pandemia y apoyar la recuperación, incluida la absorción real de los fondos de recuperación”.
Según el comisario de Finanzas europeo, Paolo Gentiloni, “la incertidumbre está vinculada con la aplicación del plan de recuperación y la retirada de los apoyos”.
En primavera, la Comisión Europea explicaba que “la caída del empleo empujó la tasa de paro al 15,5% en 2020, y se prevé que el desempleo aumente ligeramente en 2021 (15,7%) antes de caer en 2022 hasta el 14,4%”.
Como resultado de la crisis de la COVID-19 y la respuesta pública, “el déficit público se amplió en más de 8 puntos, hasta el 11% del PIB en 2020. También se produjeron algunos hechos singulares, en particular la reclasificación al sector Administraciones Públicas de la Sareb, que agregaron alrededor de 1 punto a la ratio de déficit y 3 puntos a la ratio de deuda en 2020”.
En 2021, se prevé que el déficit se reduzca a alrededor del 7,6% del PIB. Gracias a un mayor impacto en el crecimiento económico de los fondos europeos en 2022, Bruselas prevé que el déficit se reduzca al 5,2% del PIB en 2022.
“Las garantías públicas brindan un apoyo crucial”, decía Bruselas, “pero también constituyen un riesgo para las perspectivas fiscales. Debido al gran déficit público, la fuerte contracción del PIB y el impacto de la reclasificación de la Sareb, la ratio deuda/PIB de las administraciones públicas aumentó en casi 25 puntos, del 95,5% del PIB en 2019 al 120% en 2020. A medida que se reanude el crecimiento y se reduzca el déficit, se espera que la ratio de deuda se reduzca gradualmente a alrededor del 116,9% del PIB para fines de 2022”.
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