El Pleno del Consejo de Seguridad Nuclear ha rechazado el proyecto de fábrica de uranio que la minera Berkeley planeaba levantar en Retortillo (Salamanca). La fábrica de concentrados radioactivos estaba ligada a la mina de uranio a cielo abierto cuyos trabajos preparatorios habían ido avanzando mientras se obtenían todos los permisos de actividad. El pleno ha dado el visto bueno al informe técnico que veía deficiencias de seguridad en el proyecto.
El escollo principal, según ha informado el CSN, es la incertidumbre que genera el plan para almacenar los residuos radiactivos que ha presentado Berkeley. “Escasa fiabilidad y elevadas incertidumbres de los análisis de seguridad de la instalación radiactiva”, ha descrito el organismo, referidas, sobre todo, al “almacenamiento definitivo de residuos radiactivos de muy baja actividad, que forma parte de la instalación radiactiva de primera categoría”. Cuatro miembros del pleno han votado a favor de este informe y un quinto ha anunciado un voto particular discordante.
El proyecto de mina y fábrica de uranio en las dehesas salmantinas ha conllevado un proceso largo, polémico y lleno de paradas en los tribunales. El plan aunaba, por un lado, la extracción del mineral de uranio en una corta al aire libre y, por otro, la planta para obtener concentrados de ese uranio que suponen el primer paso para fabricar combustible nuclear. El Consejo considera que “la información aportada no permite acotar la capacidad efectiva de aislamiento de las barreras que BME [la minera] propone para envolver los residuos, y consecuentemente tampoco la capacidad de minimizar las concentraciones esperadas de radionúclidos en las potenciales zonas de descarga”. Es decir, subrayan que hay lagunas sobre cómo pretendía la empresa almacenar los restos de su actividad y, por lo tanto, evitar que la radiación afectara al medio ambiente.
Además, el organismo de seguridad da un tirón de orejas a la minera al indicar que sus análisis han detectado “numerosas deficiencias a lo largo de la evaluación, lo que ha requerido el mantenimiento de muchas reuniones técnicas con el titular, así como numerosas peticiones de información adicional, además de la elaboración de una gran cantidad de informes y notas de evaluación”.
El CSN llegó a denunciar presiones de la Junta de Castilla y León y de Berkeley para autorizar la mina de uranio en Salamanca: la primera explotación a cielo abierto de Europa. La empresa minera había emprendido en los últimos meses una campaña para instar al consejo a que resuelva el expediente de esa autorización en el municipio salmantino de Retortillo.
Berkeley, por su parte, ha anunciado su intención de recurrir en los tribunales la decisión del CSN. Con todo, tras la votación de este lunes, el informe es remitido al Ministerio de Transición Ecológica que es el competente para dar forma a la decisión administrativa final.
Los grupos ecologistas se felicitan
Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife, WWF y Amigos de La Tierra se habían movilizado conta la apertura de la instalación. Tras el anuncio del Consejo estos grupos y el Movimiento Ibérico Antinuclear se han felicitado por el aparente fin del proyecto: “Ha dado un gran paso al priorizar el medio ambiente y las personas sobre proyectos especulativos y que aumentan la contaminación radiactiva. Es un día histórico para la salud y el medio ambiente”, han expresado.
Las organizaciones habían reiterado que el proyecto conllevaba riesgos inaceptables. “La multinacional emplea argumentos de inversión económica como una oportunidad de futuro, vulnerando la seguridad, la salud y un futuro para los habitantes de la zona”, criticaron.
El pueblo de Retortillo, que no llega a los 200 habitantes, estaba dividido entre partidarios y detractores de la mina. El ambiente en esta localidad salmantina llevaba caldeado por lo menos diez años, desde que la empresa Berkeley Minera España, filial de la compañía australiana, mostrara interés en explotar comercialmente los yacimientos de uranio de la región