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Partido Demócrata y Movimiento Cinco Estrellas estudian unirse para formar gobierno en Italia
El antisistema Movimiento Cinco Estrellas (M5S) y el Partido Demócrata (PD, centroizquierda) sondean ya la posibilidad de formar un Gobierno en Italia, tras la dimisión este martes del primer ministro en funciones, Giuseppe Conte, y la crisis abierta por la ultraderechista Liga.
Así lo ha confirmado este miércoles el exministro de Desarrollo Económico y miembro del PD, Carlo Calenda, en un mensaje en su perfil de Twitter, que en los últimos días había apostado por la celebración de elecciones y no apoyar un Ejecutivo con el M5S.
“Hasta hoy he defendido una línea política decidida en la dirección (del PD). Hoy la línea ha cambiado. Mi opinión es conocida y seguiré siendo fiel a ella, pero no hablaré más hasta la conclusión de la negociación con el M5S, para no perjudicar la unidad del partido en un momento delicado”, ha publicado.
Su postura favorable a las urnas era compartida recientemente por la dirección nacional, pero el ex primer ministro Matteo Renzi, que no ocupa ya ningún puesto de responsabilidad, pero sigue controlando el partido porque la mayoría de los parlamentarios fueron elegidos cuando aún era el secretario general del PD, insiste desde hace semanas en que el país no puede ir a comicios.
El PD y el Cinco Estrellas pueden unirse, ya que tienen apoyos suficientes para gobernar, y frenar así las ansias del líder de la Liga y ya ministro del Interior en funciones, Matteo Salvini, de celebrar comicios, consciente de que los sondeos le otorgan la mayoría absoluta en coalición con los conservadores de Forza Italia, de Silvio Berlusconi, y la ultraconservadora Hermanos de Italia.
Pero para que el PD y el M5S puedan acabar uniéndose deben aún fijar posturas comunes en asuntos de interés general.
El secretario general del PD, Nicola Zingaretti, ha afirmado este miércoles en una entrevista con la cadena de televisión La7 que, si se alían, deben formar un gabinete marcadamente diferente al anterior, en cuanto a programa y a nombres, por lo que no podrá estar encabezado por Conte.
“Un cambio significa que no podemos entrar en un Gobierno de nuevo dirigido por Conte, pues este ha sido un Ejecutivo contra el que hemos luchado”, ha subrayado.
El partido de centroizquierda ha planteado una lista con cinco puntos esenciales que incluyen un cambio en la gestión del fenómeno migratorio, “basado en los principios de solidaridad, legalidad, seguridad y primacía absoluta de los derechos humanos” y que la relación de Italia con Bruselas sea de respeto y lealtad a la pertenencia a la Unión Europea (UE).
También quieren un nuevo programa económico y social, más inversiones en desarrollo y sostenibilidad medioambiental y el pleno reconocimiento a las instituciones democráticas, a la Constitución y al papel central que desempeña el Parlamento en Italia.
El PD ha considerado que, si se dan estas condiciones, se podrá formar un Gobierno que dure en el tiempo y que, entre los objetivos inmediatos, tenga el de elaborar unos Presupuestos Generales para 2020 que potencien el crecimiento y eviten el aumento del impuesto sobre el valor añadido (IVA) a partir del 1 de enero.
Por su parte, el líder de la Liga aprovechó para criticar una posible alianza entre el M5S y el PD y volvió a pedir elecciones porque “cualquier Gobierno que nazca (sin pasar ahora por las urnas) irá en contra” de su formación.
El Cinco Estrellas, que obtuvo casi un 33% en las generales del pasado año, se ha limitado a recordar en una nota que es el mayor grupo parlamentario actualmente y, por ello, analizará todas las opciones posibles, antes de comunicar sus conclusiones el jueves, tras ser escuchado por el presidente de la República.
El jefe de Estado de Italia, Sergio Mattarella, ha iniciado este miércoles las consultas para decidir si se puede formar un Gobierno o el país tiene que ir a elecciones, y ha recibido a los presidentes de la Cámara de los Diputados, Roberto Fico, y del Senado, Maria Elisabetta Aberti Castellati, y a representantes de grupos minoritarios.
Este jueves, hablará con Hermanos de Italia, grupo al que seguirán el PD, Forza Italia y la Liga, para acabar la agenda con el M5S, convocado para las 17.00 hora local (15.00 GMT).
El nuevo plan económico
La hipótesis de un Gobierno M5S-PD ha sido acogida con optimismo por los inversores y la Bolsa de Milán ha ganado este miércoles un 1,77%, mientras que la prima de riesgo, que mide el diferencial entre el bono italiano a diez años y el alemán del mismo plazo, ha cerrado en los 200 puntos básicos, frente a los 206 del martes.
Ambas formaciones comparten muchos puntos en materia económica, empezando por el salario mínimo, que en Italia no existe, pues son los contratos colectivos de cada profesión los que fijan la cantidad mínima.
Un salario mínimo de 9 euros brutos la hora para todos los empleados es la promesa del Cinco Estrellas, que el PD acoge favorablemente para las actividades que no estén cubiertas por sus contratos colectivos y siempre de acuerdo con los sindicatos.
La Liga se oponía y alegaba que tendría repercusiones para el mundo empresarial, al aumentar el coste de la mano de obra.
También coinciden en la necesidad de reducir la presión fiscal, pero no como quería la Liga, que apoyaba una drástica bajada de impuestos con una tasa única para todas las rentas al 15 %, una medida que el Cinco Estrellas creía que favorecería a las grandes empresas en detrimento de las clases bajas.
El PD y el M5S defienden las ayudas sociales para familias necesitadas y desempleados, no aumentar el impuesto sobre el valor añadido (IVA) y diseñar unos Presupuestos para 2020 que respeten los criterios de Bruselas.
Pero, si acaban uniéndose, deberán limar algunos puntos que les distancian, por ejemplo en la línea ferroviaria de alta velocidad que unirá Turín y Lyon y que está en plena construcción, pues el Cinco Estrellas lo considera un despilfarro y el PD una obra estratégica.
La tercera economía de la zona euro y uno de los países del G7 ha tenido 65 gobiernos en los últimos 70 años, una inestabilidad política que ha impedido la aprobación de reformas estructurales de calado y ha dejado al país incapaz de abandonar por completo la crisis económica global de 2008.
Su economía se estancó en el segundo trimestre del año, su deuda pública supera el 132% del producto interior bruto (PIB), y su tasa de paro está en el 9,7%, frente a la de otros países europeos como Francia, que ronda el 8,5%, o Alemania, el 5%.