Alejandro Landaluce es el director general de Cejuego, la patronal que representa al 60% de este sector, y en especial, a las empresas con establecimientos físicos como bingos, casinos o las casas de apuestas que han inundado media España en los últimos años. Es muy crítico con el “mucho más restrictivo” nuevo borrador de regulación de publicidad del juego online que ha remitido a la Comisión Europea el Ministerio de Consumo, por entender que discrimina a los operadores privados. Quiere replicar al director general del Juego, Mikel Arana, que en su primera entrevista desde que fue nombrado, concedida a elDiario.es, justificó el trato diferenciado para el llamado juego público (Loterías y la ONCE) en que estas entidades no tienen ánimo de lucro.
Landaluce rechaza el argumento de Arana de que la prohibición de la publicidad durante el estado de alarma propició un descenso de las apuestas, que atribuye a la suspensión de las competiciones deportivas. Y argumenta que la ONCE, que va a poder seguir anunciándose, “no es una ONG”. La entrevista, por gajes de la tecnología, se realiza a caballo entre la videoconferencia y el teléfono.
El nuevo director del Juego justifica el endurecimiento de la regulación de la publicidad de las apuestas por la mayor “alarma social”. ¿Qué le parece?
No es cierto. El anterior borrador del 24 de febrero ya hablaba en la memoria justificativa de la “creciente sensibilidad social” y la posible “banalización de los riesgos” vinculados al juego. Esa alarma social ya existía entonces y antes. El 15 de marzo empieza el estado de alarma y el 31 de marzo prohíben la publicidad. Son solo 15 días en los que se dan cuenta de que hay mucha publicidad en televisión.
Consumo también dice que el juego online no aumentó durante el confinamiento gracias a esa prohibición de la publicidad.
¿Cómo va a crecer? Si las apuestas deportivas, que son el 50% del juego online, están cerradas, es lógico que el juego online no crezca. No había NBA, ni Champions League, ni Roland Garros, ni Liga. No había deporte en ningún lugar del mundo. Por eso durante la pandemia no ha crecido el juego online. No por una prohibición de la publicidad. No se puede quitar ese dato de la ecuación, es importantísimo. Aunque evidentemente la publicidad pueda tener alguna relación. Esas dos justificaciones que utilizaba Mikel Arana sobre la necesidad de un decreto mucho más restrictivo se caen por su propio peso.
Cuando habla de esa “alarma social”, el Gobierno también se refiere al consenso político, inusual en estos tiempos, sobre la necesidad de atar en corto al sector. Se ha visto en las comparecencias del ministro Alberto Garzón en Congreso y Senado.
Pero la alarma social que principalmente estaba en la calle, y que es lo que generó que los políticos se pusieran a hablar de esto, ya existía no en enero o en febrero, sino bastante antes. Nosotros siempre hemos defendido que se necesitaba y se necesita un decreto de regulación de la publicidad de ámbito estatal. Pero no este.
Consumo justifica que se dé un trato diferente al denominado juego público (Loterías y la ONCE) en que no tienen ánimo de lucro.
En este borrador y en el anterior se hablaba de atajar la banalización del juego desde el punto de vista de los menores, con esa publicidad que te puede decir que puedes hacerte millonario, porque hay que proteger al menor y a las personas jóvenes, en una franja de edad que va desde los 18 hasta los 21 años, que todavía no tienen demasiado claros estos conceptos. Y estamos de acuerdo en eso. Pero el ánimo de lucro es otro tema diferente. Una cosa es que las quinielas las desarrolle el Estado y las apuestas el sector privado. Pero el concepto de juego es el mismo. Estamos hablando de un tema ideológico. Ya no es un debate de juego problemático o de protección de menores.
Otra justificación que expuso Arana es que en el juego público predomina el juego diferido y no hay una recompensa inmediata.
Pero una apuesta deportiva es juego diferido: yo puedo jugar hoy para la final de la Champions o el partido del domingo, rara vez es para ya; mientras que un 'rasca' de la ONCE es totalmente instantáneo. Toda esa justificación de que el juego público es bueno y el privado es malo no tiene ningún sustento. El juego malo es el ilegal. Y el bueno, el legal; ya sea de autoridad estatal o de autoridad privada. Es una discusión totalmente diferente. Ya no estamos hablando de protección de menores o juego problemático, que es lo que sustenta esta norma junto con la alarma social o la banalización del juego. Cuando juegas a la Bonoloto o al Euromillones, te están diciendo que te puedes hacer millonario. Anunciar a las diez de la mañana un Euromillones o un rasca que te va a cambiar tu vida, te va a permitir dejar tu trabajo porque te vas a hacer millonario, en un cierto horario y para chavales de 8, 12 o 15 años, es igual de poco aconsejable que se anuncie, no sé, un bingo electrónico. Es una banalización del juego. No podemos justificar un endurecimiento de la publicidad si el 50% de los que la hacen, Selae y la ONCE, tienen anuncios con mensajes que van al sentimiento, a que la vida te sonríe y buscan millonarios. Son mensajes que no tienen nada que ver con que haya o no ánimo de lucro.
Pero el decreto regula el contenido de los anuncios de Loterías y la ONCE. Van a poder seguir anunciándose pero sin hacer alusión al juego.
Si vas a regular el contenido, hazlo para lo público y lo privado. No tiene justificación que se distinga entre ambos por la ausencia de ánimo de lucro. El menor de edad no lo va a hacer.
Dicen que estas restricciones van a incentivar el juego ilegal.
Cualquier actividad económica tiene que cumplir unas normas. La Policía y el Estado están encima, hay seguridad jurídica para clientes y empresarios, impuestos para el Estado... Cuando accedes a una web de juego legal hay una interacción de la Administración con el jugador, te saltan pantallas que avisan si llevas mucho tiempo jugando... El juego ilegal, al no tener las mismas exigencias, no tiene que pagar impuestos ni cumplir una serie de requisitos. Puede ofertar mejores precios que el legal. Y es mucho más complejo de controlar. Si quitas la publicidad del juego legal, estás equiparando ambos. Ante el anonimato de unos y otros, el cliente va a elegir el que mejor oferta económica le dé. Está claro.
El anterior decreto introdujo una excepción, ahora eliminada, para permitir a las casas de apuestas anunciarse durante las retransmisiones deportivas a partir de las 20. Lo criticó hasta la CNMC, que muy ideológica en principio no es.
Cuando hablo de debate ideológico, me refiero a que este es más un debate conceptual o filosófico. Pensar que es mejor que el juego sea todo público y no privado es un concepto que se puede debatir, como decir que toda la educación debe ser pública. Lo que no puede ser es que por no tener ánimo de lucro puedan anunciarse a cualquier hora.
Con la prohibición de los patrocinios deportivos a las casas de apuestas, ¿hay riesgo de que se pida responsabilidad patrimonial al Estado por contratos que estén en vigor?
Eso a mí no me compete. Pero si la Lotería del Estado puede patrocinar el ADO olímpico, no entiendo que una empresa de juego privada no pueda patrocinar a un equipo de rugby femenino. Se trata de dar a todos el mismo tratamiento, independientemente de ese ánimo de lucro. Porque además, la ONCE no es una ONG, solo hay que ver los sueldos que tienen las personas que están en la ONCE, ver Ilunion [su división empresarial], etcétera. Y Loterías evidentemente es la empresa más rentable del Estado, entran impuestos. Pero en el juego privado hay también 1.200 millones en impuestos. Al final, discernir entre público y privado para que te puedas publicitar no tiene sentido. Aunque en otros aspectos tengan un tratamiento diferente. Ellos por ejemplo no pagan impuestos, algo que a mí como ciudadano me parece correcto.
¿Qué vías legales se plantean para evitar que salga adelante este decreto?
Hay muchas vías posibles, tenemos tiempo y las estamos analizando y viendo por dónde podemos ir. Evidentemente va a haber mucha gente muy afectada directamente que va a llevar el liderazgo en ese tipo de reclamaciones, ya sean equipos de fútbol o la liga. Vamos a ver cómo viene de Europa y eso nos dará una pista.
¿Cómo se está comportando el mercado del juego con la nueva normalidad?
Muy poco a poco, con prudencia. La gente va recuperando sus hábitos de forma dispar y mucho más lentamente en zonas que dependen mucho del turismo, como Baleares, Canarias o Costa del Sol. Otras zonas más urbanas poco a poco se van recuperando. Estamos como todos los sectores de España, con una recuperación muy paulatina y débil y con muchas incertidumbres. El ocio no es una necesidad primaria y lógicamente la gente está con mucha prudencia.