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Duro Felguera: aparecen posibles salvadores para un rescate cuando la cuenta atrás se termina

“Esperar”. Todo indica que es lo único que le queda ahora mismo a Duro Felguera (DF). Han pasado más de tres meses desde que la compañía asturiana solicitase el rescate (100 millones de euros) para empresas estratégicas, gestionado por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). Pero aún no han obtenido respuesta.

“Cumplimos todos los requisitos para acceder a la ayuda”, afirmaba ante la Junta General de Accionistas, celebrada el 29 de octubre, el CEO, José María Orihuela. El Fondo tiene hasta finales de febrero para responder a la solicitud, pero DF no tiene tanto tiempo. “La situación es extrema”, confirman fuentes de la empresa, “este mes si no hay solución puede que no se puedan pagar nóminas y que se entre en concurso de acreedores”.

En medio de esta cuenta atrás, aparecía una luz a final del túnel cuando las acciones de Duro Felguera se disparaban más de un 10% en la sesión bursátil del jueves. La razón: la compañía comunicaba que había recibido propuestas de cuatro potenciales inversores privados durante el proceso de captación puesto en marcha por la compañía y dirigido por Alantra. DF no ha confirmado la identidad de estos inversores, aunque sí que están estudiando sus propuestas.

Sin embargo, fuentes de la multinacional asturiana también confirman que sin el apoyo de la SEPI es muy difícil que entren inversores y que se concedan los avales bancarios. Si no llega la ayuda del capital público, ¿hay un plan b? “Ya estamos en el plan Z” sostienen trabajadores de Duro Felguera. “No queda otra posibilidad”.

El apoyo de la banca

“No contamos con línea de avales para desarrollar nuestra política comercial, lo que ha que ha bloqueado la contratación de grandes proyectos”, explicaba a los accionistas Orihuela. La compañía de infraestructuras arrastra una crisis desde 2018 que la pandemia ha disparado y puesto a DF contra las cuerdas justo cuando empezaba a recuperarse.

En el primer semestre de este año Duro Felguera registró pérdidas por valor de 113,9 millones de euros, frente al beneficio de 820.000 euros obtenido en el mismo periodo del ejercicio anterior. La compañía ha realizado unas provisiones de 100,8 millones de euros por el aumento de plazos de proyectos en curso y la resolución del contrato de Jebel-Ali, entre otros, motivados por la pandemia.

El grupo industrial asturiano afronta una frágil situación en la cual la banca se niega a concederle los avales para poder continuar con su actividad comercial y afrontar nuevos proyectos. “Esta compañía necesita el apoyo de la banca para poder reinventarse”, afirma el CEO. Además, Santander, BBVA, Banco Cooperativo Español, Sabadell, Bankia, CaixaBank y Liberbank son acreedores de la deuda de 95 millones de Duro Felguera.

El “renacimiento” de DF pasa por un Plan de Viabilidad cimentado sobre el Fondo de Apoyo a la Solvencia para Empresas Estratégicas. Su “último recurso”, según Orihuela. Sus bases: “el crecimiento sostenible de su negocio tradicional y la decidida incorporación al desarrollo de energías renovables y sistemas inteligentes”, en palabras del consejero delegado.

El 28 de agosto Duro Felguera solicitó un rescate y la entrada de la sociedad pública en el capital por valor de 100 millones de euros, que se dividirá en un préstamo participativo de 70 millones y una ampliación de capital suscrita por SEPI de 30 millones. “Hemos hecho un gran esfuerzo para cumplir con las exigencias de las entidades financieras. Estamos seguros de que ese apoyo puede tener sus frutos a corto plazo, siempre y cuando se confirme la autorización de la ayuda pública temporal”, concluye Orihuela.

Posibles inversores

“El apoyo de un inversor público es fundamental para garantizar estabilidad a los inversores privados”, afirmaba la presidenta del Consejo de Administración, Rosa Isabel Aza, en la Junta de Accionistas.

Primero, que se acepte el rescate y entre la SEPI en el capital de DF. Segundo; que las garantías del Fondo faciliten la concesión de avales bancarios y renegociación de la deuda; tercero, la entrada de un socio industrial, que seguramente escogería la SEPI y por último la entrada de inversores privados.

Esas son las previsiones de Duro Felguera para afrontar la crisis. Sin embargo, esta semana ha confirmado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que está estudiando ya las “ofertas no vinculantes” que ha recibido de cuatro potenciales inversores para entrar en su capital y rescatarla. Todo indica que se han cambiado las reglas del juego.

La entrada de inversores serviría para devolver el crédito participativo y para reducir la participación de capital público en el accionariado de Duro Felguera, que vale en bolsa tras la subida miércoles 73 millones de euros. DF no desvela la identidad de los cuatro candidatos, que supondrían el punto final al proceso de búsqueda de socios iniciado por la sociedad asesorada Alantra. Sin embargo, Blas Herrero, presidente del grupo audiovisual Kiss Media y Jesús Martín Buezas, dueño de la empresa de energías renovables Capital Energy, son los dos nombres que se han asociado a este proceso. Según fuentes de la compañía, una oferta de Buezas contaría con el apoyo de buena parte del Consejo de Administración, en ese camino hacia nuevos proyectos de energías verdes. En cambio, la propuesta de Blas Herrero, ajeno al sector industrial, generaría mayor rechazo y desconfianza.

Plan de Viabilidad

“Estamos convencidos de que el plan de viabilidad dará frutos en un plazo razonable de tiempo. Necesitamos el apoyo de la administración y de la banca para que esta empresa tenga el tiempo necesario para relanzarse”, sostiene la presidenta, Rosa Isabel Aza. Según el Comité de Dirección, este nuevo plan contempla una recuperación progresiva del ritmo de contratación, sujeto a la disponibilidad de líneas de avales, hasta alcanzar 700 millones de euros en 2025.

¿Cómo se va a conseguir? “Recuperando nuestro negocio tradicional. Creciendo en renovables y sistemas inteligentes. Y limitando el riesgo en proyectos EPC”, según ha expresado José María Orihuela. “Los ingresos aumentarán desde 161 millones de euros en 2020 hasta 622 millones en el año 2025”, añadía el CEO en su discurso ante la junta de accionistas. Todo dependerá de que se confirme el rescate de la SEPI.