El empleo recuperó por fin los niveles de trabajadores previos a la pandemia en verano, según la Encuesta de Población Activa que publica este jueves el INE. Gran empuje del mercado laboral entre julio y septiembre, que supuso que el empleo aumentara en 359.300 personas ocupadas hasta superar la cota de los 20 millones de trabajadores en el tercer trimestre del año. No se alcanzaba esta cifra desde antes de la crisis financiera, en 2008. Por su parte, el número de parados bajó en 127.100 personas y se situó en un total de 3.416.700 desempleados, por encima en este caso de los niveles previos a la COVID.
En el balance de las cifras más relevantes de la encuesta destaca el total de personas trabajadoras: en concreto, 20.031.000. Se supera así el dato más alto de empleo registrado prepandemia, de 19,97 millones de trabajadores en el cuarto trimestre de 2019.
Por otro lado, el descenso de personas desempleadas dejó la tasa de paro en el 14,57%, “lo que supone 69 centésimas menos que en el trimestre anterior”, informa el INE. Este dato se ve afectado por el descenso de parados, pero también por el incremento de la población activa (+232.200 personas en este trimestre). La tasa de paro, aunque se ha reducido mucho en lo que va de año, no es inferior al dato previo a la pandemia, que llegó a un suelo de 13,8%.
El verano generalmente es un buen periodo para el mercado laboral. Se crea empleo –aunque en su mayor parte temporal–, gracias sobre todo al empuje del turismo y la hostelería, y se reduce el paro. Desde que estalló la pandemia, que supuso una crisis laboral y económica repentina, las cifras del mercado de trabajo siempre se leen, además, en clave de recuperación del empleo perdido.
Si miramos qué ha ocurrido en el último año, desde verano de 2020, el empleo ha crecido en 854.100 personas (un 4,45%) en los doce últimos meses y el paro ha mermado en 306.200 personas, con un ritmo de reducción que casi duplica (-8,23%) el aumento de trabajadores. Por su parte, la población activa –personas en disposición de trabajar– se ha incrementado en 547.900 personas en el último año (+2,39%). La tasa de actividad se sitúa en el 59,14%, “la más alta en cinco años”, ha destacado hoy el Ministerio de Economía.
Este verano, por fin, se rebasaron las cifras de trabajadores previas a la irrupción del coronavirus en España, con diferencias y matices territoriales y sectoriales, pero perduran todavía heridas fruto de la pandemia. Aún hay más personas paradas que antes de esta crisis. En concreto, 224.800 desempleados más que en las cifras más bajas previas a la COVID, también del cierre de año de 2019. El número de parados era entonces de 3,19 millones de personas.
Tampoco hay que olvidar que dentro de los trabajadores se encuentran todavía personas en ERTE, el mecanismo de hibernación del empleo que ha protegido miles de puestos de trabajado durante la pandemia y evitado un enorme auge de la desigualdad, según un reciente estudio. El INE estima en su encuesta una media 108.600 personas en ERTE en el tercer trimestre.
Un verano de fuerte recuperación
¿Cómo de intensa fue la creación de empleo el pasado verano? Muy fuerte. Se trata del segundo mejor dato de empleo de un tercer trimestre, a excepción del post confinamiento, cuando la economía y el empleo emergieron del parón obligado para frenar el virus. El Ministerio de Economía ha destacado en rueda de prensa esta mañana que el dato duplica la media de creación de empleo en este periodo de los años de recuperación previos a la COVID, de unos 180.000 trabajadores más.
El incremento de personas ocupadas entre julio y septiembre se debe sobre todo al sector privado (314.800 trabajadores más y 44.500 ocupados más en el sector público). Por sexo, no se observan grandes diferencias, con un aumento de 185.400 mujeres ocupadas y de 173.900 trabajadores.
Por sectores, como es habitual hubo una intensa creación de empleo en los Servicios, con 377.200 personas ocupadas más, un incremento del 2,54%. La industria también registró un empuje importante, con 63.000 trabajadores más (2,4%). La construcción, en cambio, redujo sus trabajadores, con 31.200 personas ocupadas menos (-2,4%). Lo mismo pasó con la agricultura, algo frecuente en esta actividad en época estival. El empleo en el sector primario se contrajo en 49.600 trabajadores (-6%), pero el sector es de los que presenta una creación de empleo más intensa en el último año.
Temporalidad del 26%
Los asalariados aumentaron este trimestre en 409.100, hasta llegar a los 16,9 millones de personas, mientras que el número de autónomos bajó en 49.600 y situó el total de trabajadores por cuenta propia en 3,1 millones. El grueso del aumento de asalariados este verano tenía contrato temporal (264.200), como es habitual en periodo estival. Pero es destacable que se sumaron 145.000 con contrato indefinido en el tercer trimestre, un dato muy elevado respecto a años anteriores, exceptuando 2020, un ejercicio muy extraordinario.
El balance de la tasa de temporalidad, cuántos empleados tienen contratos temporales respecto al total, queda así en un 26%. El dato es inferior al previo a la pandemia –26,7% en el tercer trimestre de 2019–, pero está escalando de la mano de la recuperación. Los sindicatos CCOO y UGT han reclamado precisamente poner coto a la temporalidad en sus valoraciones de la EPA, que consideran una pieza clave para reducir la precariedad en la reforma laboral que va a acometer el Gobierno este año y que ha generado una crisis interna en la última semana.
Para conocer bien el problema de la temporalidad excesiva conviene detenerse en el dato de los empleadores. El sector públi es que genera mayor temporalidad en los últimos años y, en esta crisis ha vuelto a suceder debido al gran aumento de personal que se ha necesitado en muchos servicios públicos. Especialmente, en sanidad. Así, la tasa de temporalidad en el sector público se situó en verano en el 31,6%, muy por encima del dato prepandemia, del 27,8%. Por su parte, en el sector privado el índice de trabajadores temporales alcanzó el 24,6%, mientras que en verano de 2019 era superior (26,4%).
Si echamos un ojo a cómo ha ido el verano en las distintas Comunidades Autónomas, el empleo creció en la mayoría. Los mayores aumentos del trimestre se dieron en Baleares (47.900, +8,5%) y Canarias (50.000 trabajadores, +6%), regiones con un importante peso del turismo. Al contrario, la ocupación descendió en La Rioja (–2.100, -1,5%) y Andalucía (-7.200, -0,23%). En el último año el empleo ha crecido en todas las Comunidades, con los mayores incrementos en Castilla-La Mancha (65.900, +8,24%), Canarias (+7,2%) y Extremadura (6,9%). Aquí, se puede consultar qué Comunidades han recuperado sus niveles de empleo previos a la pandemia y cuáles no.
Respecto al paro por Comunidades, las mayores bajadas trimestrales del paro se dieron en Baleares (–28.400, -28,3%), Castilla y León (–27.600, -19,8%) y Aragón (-2.200, -17,7%). Y los mayores incrementos en Murcia (13.800, +14,1%), La Rioja (5,19%) y Navarra (4,9%). En el último año, los descensos del desempleo más abultados se produjeron en Aragón (-25,92%), Castilla y León (-19,5%) y Baleares (-17,96%). Más preocupante es este dato: el paro aumentó en el último año en Navarra (11%), La Rioja (10%) y se mantiene casi igual en Canarias (0,76%).