El Gobierno nipón amenazó hoy con retirar los contratos concedidos a las principales compañías constructoras de la línea ferroviaria de levitación magnética “maglev”, ante el escándalo creciente que sacude a este multimillonario proyecto.
El caso, que se destapó el pasado diciembre, afecta a las cuatro grandes compañías de industria e infraestructuras a las que se asignaron la mayoría de licitaciones para las obras, y que según cree la fiscalía nipona, se habrían puesto de acuerdo para repartirse dichos contratos.
El escándalo supone un varapalo para un ambicioso proyecto en el que Japón tiene depositadas grandes esperanzas, con vistas a revitalizar su industria y a volver a situarse en la vanguardia mundial de la tecnología ferroviaria, como ya hiciera el país asiático en los años 60 con su tren de alta velocidad Shinkansen.
El ministro nipón de Territorio, Infraestructura, Transporte y Turismo, Keiichi Ishii, declaró hoy a los medios que está considerando retirar las licitaciones a las cuatro compañías ante estas sospechas, lo que podría afectar a los plazos fijados para el proyecto de casi 70.000 millones de euros.
Las autoridades detuvieron el pasado viernes a dos altos ejecutivos de las corporaciones Taisei y Kajima por presuntamente vulnerar las leyes antimonopolio, mientras que directivos de las otras dos empresas implicadas, Obayashi y Shimizu, habrían admitido cargos similares.
La fiscalía del distrito de Tokio tiene previsto presentar cargos contra las cuatro empresas, así como contra los directivos implicados, señalaron fuentes judiciales a la agencia local Kyodo.
La primera línea del tren de súper alta velocidad “maglev” conectará Tokio con Nagoya (centro), se comenzó a construir en 2014 y está previsto que comience a operar en 2027.
Esta primera fase del proyecto cuenta con un presupuesto de 9 billones de yenes (unos 66.600 millones de euros), de los cuales el Gobierno aporta una tercera parte, y posteriormente se ampliará a Osaka (oeste) y a otras ciudades del archipiélago nipón.
El “maglev” será capaz de recorrer el trayecto entre Tokio y Nagoya de 286 kilómetros en unos 40 minutos, en lugar de los 88 actuales que tarda el actual servicio del Shinkansen.
Los “maglev” funcionan a través de un sistema de levitación magnética que usa motores lineales instalados cerca de los raíles.
El campo magnético permite que el tren se eleve hasta 10 centímetros por encima de los raíles, lo que elimina el contacto y deja al aire como único elemento de rozamiento, favoreciendo así la velocidad.