La exigencia de Holanda y sus aliados de recortar el fondo anticrisis y aumentar el control mantiene bloqueada la cumbre
La exigencia de Holanda y sus aliados de recortar el fondo anticrisis y aumentar el control sobre de qué manera gastarlo mantiene bloqueada la cumbre de la recuperación. Después de trece horas de negociación, este sábado a las 23.15 se disolvía la cumbre tras la cena de los 27 hasta el domingo a mediodía, si bien el reinicio se está retrasando sin hora prevista.
A medianoche, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, después de disolver la cumbre, se reunió con el presidente francés, Emmanuel Macron; la canciller alemana, Angela Merkel; los cuatro autodenominados frugales –Holanda, Austria, Dinamarca, Suecia– y Finlandia –frugal añadida. “Después de varios intentos de compromiso, el presidente y el canciller abandonaron la reunión juntos”, han explicado fuentes diplomáticas francesas: “Durante dos días han realizado conjuntamente todas las consultas con sus socios en un espíritu de unidad y compromiso. En el espíritu de la iniciativa del 18 de mayo [una propuesta de 500.000 millones en transferencias], por tanto, no podían aceptar la falta de ambición europea: es decir, reducir las transferencias y subvenciones del plan de recuperación por debajo de los 400.000 millones de euros”.
“Ha habido movimientos en la dirección correcta”, decía el canciller austriaco, Sebastian Kurz, después de la reunión con Merkel y Macron: “Pero todavía queda un largo camino por recorrer mañana [por el domingo]”.
“Las deliberaciones están en una etapa importante”, reconocía una fuente diplomática alemana: “Todavía no se puede decir si habrá una solución mañana [por el domingo]. Pero vale la pena continuar el trabajo, porque hay una amplia disposición entre los Estados miembros para encontrar una solución”.
En efecto, este domingo a primera hora, Merkel y Macron eran claros a su llegada al edificio Europa donde se celebra el Consejo Europeo, en Bruselas, antes de reunirse los dos con el presidente del Consejo, Charles Michel; y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. “Debemos encontrar los compromisos adecuados en las próximas horas”, dijo: “Creo que todavía es posible, pero estos compromisos, y lo digo muy claramente, no se harán a expensas de la ambición europea”.
La canciller Merkel también ha avisado: “Todavía no puedo decir si se encontrará una solución. Hay mucha buena voluntad, pero también hay muchas posiciones divergentes. Es posible que hoy no haya acuerdo”. Y el primer ministro portugués, António Costa, ha dicho: “La probabilidad de un acuerdo es 50%-50%. Europa no puede engañar a la gente, hay un límite que no podemos cruzar”.
Países Bajos consiguió el sábado una propuesta que parecía satisfacer su deseo de control del dinero desembolsable a España e Italia –fundamentalmente–. ¿Cómo? El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ideó una fórmula, bautizada “súper freno de emergencia” que permitía a cualquier país activarlo cuando creyera que no se estaban cumpliendo las condiciones para recibir el dinero y elevar el caso a los ministros de Finanzas de la UE –Ecofin– o una cumbre de líderes. Es decir, no se cedía en que la aprobación de los planes de reforma de los países para recibir el dinero requiera de unanimidad en el consejo –reunión de los 27–, pero se le daba la capacidad de poderlo bloquear posteriormente. En un momento en el que el tiempo es crucial para las economías y sociedades del sur ante el avance de los rebrotes del coronavirus.
Sin embargo, Holanda avisaba: “”Este es un paquete y hay muchos más problemas por resolver. Las propuestas sobre gobernanza presentadas por Michel son un paso serio en la dirección correcta. Quedan muchos problemas abiertos y dependerá de las próximas 24 horas que podamos resolverlos“.
En efecto, al cabo de las horas, otro de los autodenominados frugales, Austria, se descolgaba con la exigencia de un tijeretazo considerable al fondo de recuperación de 750.000 millones. Una petición que secundaba el resto del club –Holanda, Dinamarca y Suecia– y que también era apoyada por Finlandia.
Michel en su propuesta del sábado mantenía el monto total del fondo de recuperación de 750.000 millones, pero cambiaba su naturaleza: en lugar de haber 500.000 millones en transferencias y 250.000 en préstamos, había 450.000 en trasferencias y 300.000 en préstamos (60%-40%). Los 450.000 millones en trasferencias ya quedaban por debajo de los 500.000 de la propuesta francoalemana y aún más lejos de los 1,5 billones de la propuesta española al principio de la crisis. Y de la propuesta que el propio Michel había hecho previa a la cumbre.
Lo que sí hacía Michel era reducir la parte del fondo destinada a reforzar los programas del Marco Financiero Plurianual –el presupuesto plurianual de la UE 2021-2027, que gestiona la Comisión Europea– para aumentar la parte de préstamos y transferencias vinculada a los programas nacionales en 15.000 millones, de 310.000 a 325.000 millones. Pues bien, esta cifra, esos 325.000 millones, es la que los frugales quieren dejar en 155.000 millones: esto supondría pasar del monto global de 500.000 millones en transferencias a 330.000 millones.
En la propuesta de Michel se aumentaba también en 50.000 millones la parte de los préstamos –que los frugales también quieren recortar– y junto con esos 15.000 de transferencias, el fondo de resiliencia y recuperación pasaba de 560.000 a 625.000 millones. Es decir, el presidente del Consejo intenta compensar la reducción de transferencias aumentando el dinero gestionado por los Gobiernos en detrimento de la Comisión Europea.
Pero la propuesta de Michel duró lo que duró el sábado. Y este domingo está llamado a presentar otra que, a la vista de cómo ha ido cediendo ante los frugales, puede ir encaminada a recortar el volumen del fondo, de 750.000 millones, seguir disminuyendo la parte de transferencias –ahora en 450.000– y aumentar las compensaciones económicas –cheques, rebates– a los contribuyentes netos –frugales y Alemania, ahora cifradas en 46.000 millones para el presupuesto 2021-2027–.
Hasta tal punto los líderes de la UE llevan 48 horas casi sin avanzar, que el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, ha publicado un vídeo a media tarde revelador: “Estamos chocando duramente con Países Bajos y otros frugales. Las negociaciones están siendo más complicadas de lo previsto. Estamos estancados. No comparten la necesidad de una respuesta ambiciosa, especialmente con respecto a los subsidios, pero también cuestionando en parte los préstamos. Estamos tratando de involucrar a todos en esta perspectiva europea, todos deben comprender que no solo Italia se beneficia, no solo España, Portugal y los otros países más afectados, sino toda Europa en una economía integrada”.
“En líneas generales”, decía una fuente diplomática, “todavía tenemos a Mark Rutte aislado sobre la cuestión de la unanimidad, pero parece dispuesto a estudiar nuevos mecanismos de control. En cuanto al tamaño del plan de estímulo, los frugales siguen siendo muy hostiles a las transferencias y seguimos luchando para mantener un volumen significativo de subsidios y una cantidad global de 750.000 millones de euros”.
Fuentes españolas intentan transmitir tranquilidad: “Lo que se está negociando es histórico. Se trata de un fondo de recuperación en el que la Comisión Europea va a ir a obtener dinero en los mercados financieros y luego se va a desembolsar entre todos. Es histórico y es muy importante. Es un paquete muy importante. Somos optimistas. Hay algunos que se resisten porque les parece algo que va mucho más allá de lo que ellos podrían haber pensado. En eso estamos. Pero hace unos días los frugales se negaban al fondo, a que la Comisión Europea emitiera la deuda en los mercados y que hubiera transferencias”.
“Lo que estamos insistiendo desde el principio”, prosiguen las fuentes diplomática españolas, “es que esto es un fondo para toda Europa. No es sólo para los países que van a recibir más. Tienen que recibir más los países más afectados por la pandemia –España, Italia, Francia–, donde la pandemia ha golpeado más fuertemente. Pero eso no significa que esto no beneficie a todos. El mercado interior puede sufrir mucho si al final este fondo de recuperación no se pone en marcha. Eso es lo que el presidente ha venido insistiendo durante todas estas semanas anteriores”.
De momento, la negociación, que requiere unanimidad, sigue bloqueada por la exigencia de Holanda y sus aliados de recortar el fondo anticrisis y aumentar su control sobre los desembolsos.
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