El Fondo Monetario Internacional (FMI) cree que se debe racionalizar el gasto en España, en el que observa algunas deficiencias. Entre otras cuestiones, el organismo con sede en Washington aconseja “introducir copagos en servicios públicos de salud, con excepciones o compensaciones para los más vulnerables”. También en este ámbito, pide “mejorar los procedimientos de adquisición” de productos farmacéuticos, cuyo gasto creció un 9,5% en 2015, recuerdan.
El pasado diciembre, cuando el organismo presentó un adelanto de este informe, la jefa de la misión del FMI para España, Andrea Schaechter, matizó que que se trataría más de acabar con ineficiencias que de hacer nuevos recortes y admitió que a futuro es muy posible que el gasto en sanidad deba aumentar por el envejecimiento de la población y las innovaciones tecnológicas.
Asimismo, el FMI requiere que se refuerce la exigencia de una verificación de búsqueda activa de empleo y la participación en programas de activación a la hora de cobrar un subsidio.
También del lado del gasto piden un “mejor enfoque” de los subsidios a la contratación. En concreto, sugieren racionalizar varios de estos incentivos con el objetivo de rebajar la carga fiscal en los ciudadanos con ingresos más bajos. La idea sería dar un apoyo más efectivo a la creación de empleo para aquellos que tienen más dificultades para entrar en el mercado laboral.
En todo caso, el informe anual sobre la situación económica en España insiste en que dónde ven más margen para reducir los problemas fiscales es elevando los ingresos, para lo cual sugieren una subida del IVA y de los impuestos medioambientales. El organismo que preside Christine Lagarde recuerda que la recaudación por el principal impuesto indirecto está por debajo de la media de la UE, y sólo un 60% de los productos de consumo pagan el IVA en el tipo general (21%), comparado con el 70% en Francia y el 80% en Alemania. El resto se encuentran gravados por los tipos reducido (10%) o súperreducido (4%). El organismo cree que se debe explorar una eliminación gradual de las exenciones.
Con la actual situación política en España, para el FMI está claro que “las prioridades para el nuevo Gobierno en minoría”, que tomó posesión con un retraso de diez meses, son “preservar los logros de sus anteriores reformas” y alcanzar los objetivos de estabilidad presupuestaria pactados con la Unión Europea. Estos objetivos suponen una rebaja del déficit hasta el 3,1% del PIB en 2017, lo que ven plausible.
Ratifica las previsiones de crecimiento
Además, el fondo ratifica sus últimas previsiones de crecimiento para la economía española (2,3% en 2017 y 2,1% en 2018), aunque advierte de que hay riesgos “a la baja” para estas perspectivas, principalmente por el impacto potencial de factores externos. Así, el organismo calcula que la incertidumbre por el “brexit” podría restar alrededor de tres décimas al crecimiento de España hasta 2018 por su impacto sobre la confianza y el comercio. Mientras, el efecto derivado de las medidas de estímulo esperadas en EEUU podría compensar el relativo empeoramiento de las condiciones de financiación.
A este respecto, la jefa de la misión del FMI para España ha señalado en rueda de prensa que la institución no ha cuantificado el potencial impacto sobre economías como México de las medidas recientemente anunciadas por el nuevo presidente de EEUU, Donald Trump, por lo que todavía no puede estimarse su impacto para la economía española, informa Europa Press.
“La ralentización de la demanda externa pesaría generalmente sobre el canal comercial, mientras las condiciones de mayor debilidad en Latinoamérica se transmitirían principalmente a través de canales financieros, incluyendo la potencial reducción de los beneficios de la banca española”, apunta el FMI.
Además, según el organismo la moderación salarial alentada por la reforma laboral de 2012 evitó la pérdida de casi otro millón de empleos, una cifra prácticamente equivalente a la de los puestos de trabajo generados por la economía española entre 2014 y 2015. Por eso, subrayan la necesidad de no dar marcha atrás en las medidas ya aplicadas y perseverar en la corrección de desequilibrios como la dualidad del mercado de trabajo y las altas tasas de desempleo, principalmente entre jóvenes y parados de larga duración.