Fomento desoye a sus inspectores y permite navegar a un ferry con deficiencias de seguridad
En plena Operación Paso del Estrecho y contra el criterio de dos inspectores de Seguridad marítima, el Ministerio de Fomento ha permitido seguir navegando al ferry que cubre la ruta Málaga-Melilla, de la naviera Baleària, tras sendas inspecciones realizadas entre los pasados 26 de julio y 1 de agosto. En ellas, los técnicos reflejaron graves deficiencias de seguridad en el buque, cuya detención recomendaron, según la documentación a la que ha tenido acceso eldiario.es
En una primera inspección, los técnicos alertaron a la cúpula del ministerio de “riesgo grave e inminente para la seguridad” del pasaje y posteriormente apreciaron motivos para la “detención” de la embarcación, que, advirtieron, “permanece navegando con deficiencias a corregir antes de la salida”.
El 27 de julio, tras una primera inspección en el puerto de Melilla, el coordinador de Seguridad e Inspección Marítima en la Capitanía Marítima de Almería y un inspector de Seguridad Marítima advirtieron de lo siguiente al Subdirector General de Seguridad, Contaminación e Inspección Marítima del ministerio: “Los inspectores que suscriben este escrito consideran que el buque inspeccionado no reúne las suficientes condiciones de seguridad para seguir realizando el transporte de pasajeros por lo que consideran que el buque ha de ser detenido al objeto de proceder a realizar las reparaciones y auditorías pertinentes”.
Preguntada por este asunto, Bàlearia señala que las deficiencias detectadas en lo que la empresa califica de “inspección rutinaria del ferry Dénia Ciutat Creativa”, el barco inspeccionado, con bandera chipriota, “nunca fueron motivo de detención”. “Fueron subsanadas y comprobadas a satisfacción de la inspección y siempre bajo la supervisión de la sociedad de clasificación del buque que actúa en nombre de la bandera”. “Para Baleària la seguridad a bordo es prioritaria y por ello cumple con las normativas y leyes que le sean aplicables”, concluye.
El escrito de los técnicos advertía de “deficiencias que consideramos un riesgo grave e inminente para la seguridad de la vida humana en la mar”: “dos secciones inoperativas” de los detectores de incendios, que no funcionaban “ya que si se habilitaban daban una señal fija de alarma”; defectos en “por lo menos” 82 rociadores contraincendios; “falta de estanqueidad en la rampa de acceso al bodeguín”, dado que al activar los rociadores (drenchers) “el agua ingresa en gran cantidad”; problemas en el alumbrado suplementario en zonas comunes y pasillos del pasaje; y dificultades en el arriado de los botes, que se producía “en un tiempo muy superior” al establecido en el Convenio internacional para la seguridad de la vida humana en el mar, “lo cual indica una clara falta de familiarización con el manejo de los botes salvavidas”.
El escrito de los técnicos reconocía que, bajo el criterio de la supervisión de la sociedad de clasificación del buque (chipriota), solo había dos deficiencias de las cinco que justificaban una detención (Drencher y detención de incendios). Pero “según nuestro criterio profesional, las deficiencias cubiertas por el informe del Estado de bandera no pueden ser subsanables” sino que “han de ser rectificadas antes de la salida”.
En esa primera inspección “se pidió parar el generador de emergencia para probar el funcionamiento de la fuente transitoria de energía, compuesta por baterías para la comprobación del alumbrado suplementario del que han de disponer los buques”. Sin embargo, “una vez que se nos dijo que las baterías estaban desconectadas nos dimos cuenta que aparatos como el aire acondicionado seguían en funcionamiento por lo cual no se había hecho la caída de planta requerida”, relatan los inspectores.
Mensaje del subdirector
Los técnicos, según su escrito, recibieron en esa primera inspección una “llamada del Inspector sustituto del Capitán Marítimo de Melilla diciendo que el Capitán Marítimo se había puesto en contacto con el subdirector General el cual le había comunicado que el buque bajo ningún concepto se iba a detener” y que “no debería haber sido inspeccionado durante el transcurso de la Operación Paso del Estrecho”.
Dicha operación, que transcurre entre el 15 de junio y el 15 de septiembre, supone el mayor movimiento de personas en Europa en tan corto espacio de tiempo. Para la campaña de este año, Protección Civil esperaba el desplazamiento de más de 3 millones de personas en total.
El 1 de agosto, los dos técnicos realizan de nuevo en Melilla una segunda “re-inspección” de cuatro horas y media de duración. En el escrito que remiten ese día al subdirector de Inspección Marítima explican: “Pudimos constatar que permanecen sin solventar las siguientes deficiencias que pueden considerarse como motivo de detención” del ferry: dos secciones del sistema de detección de incendios seguían “inoperativas”; el alumbrado suplementario era “deficiente” y “había 72 rociadores en mal estado” en el sistema de extinción de incendios del garaje del ferry.
Su criterio no se siguió. Según explicaron este jueves fuentes del Ministerio de Fomento, tras pedir aclaraciones la subdirección adjunta, el 2 de agosto el capitán marítimo de Almería decide, contra el criterio de sus subordinados (los dos inspectores), que “tras la inspección del 1 de agosto no se justifica que el barco se tenga que parar”. En un primer momento, el ministerio aseguró que en esa reinspección “se comprobó que todas las deficiencias estaban subsanadas”.
La última revisión que consta en la web de la Agencia Europea de Seguridad Marítima (AESM) data del 26 de julio y da cuenta de 13 deficiencias, lo que indica que el buque no ha vuelto a ser inspeccionado. Según la web especializada Marinetraffic, el Dénia Ciutat Creativa ha seguido cubriendo diariamente desde entonces el trayecto Málaga-Melilla, de siete horas de duración.
Construido en 1992, el barco tiene capacidad para transportar a 399 personas y 430 vehículos, según la web de su propietaria. Baleària tiene como accionista (42,5%) al Grupo Matutes, del multimillonario, excomisario europeo y exministro del PP Abel Matutes. Su presidente y máximo accionista es Adolfo Utor, conocido como “el naviero rojo”. Hijo y nieto de republicanos, en los años 90 fue concejal del PSOE en Denia y, antes de dedicarse de lleno a sus negocios, llegó a ser secretario comarcal del PSPV, al que lleva décadas vinculado el ministro de Fomento, José Luis Ábalos.