Cientos de ganaderos de las regiones del oeste de Francia se concentran a partir de hoy ante la sede de Lactalis en la ciudad de Laval, convocados por los grandes sindicatos agrarios, para protestar por el bajo precio de la leche que reciben del líder mundial del sector.
La manifestación, organizada por la Federación Nacional de Explotadores Agrícolas (FNSEA) y por Jóvenes Agricultores (JA), tiene voluntad de convertirse en un bloqueo duradero para reclamar una mayor remuneración, ya que la actual no les permite cubrir costos de producción y Lactalis paga menos que otras empresas.
Lactalis abona 256 euros por cada 1.000 litros y eso supone en torno a un 10 % menos que en 2015, cuando ya se había producido una caída del 10 % respecto al ejercicio precedente, según el secretario general de la FNSEA, Dominique Barrau, que considera que la política de precios de la empresa incita “a los otros industriales a tirar sus precios a la baja y a pagar lo menos posible”.
El portavoz de la empresa, Michel Nalet, precisó hoy, en declaraciones a la emisora “France Info”, que ése es un precio que “se ha decidido únicamente en este periodo estival” y señaló que no quiere decir que continuará a ese nivel.
Frente al argumento de los sindicatos que le reprochan que pague por la leche menos que otras empresas (Agrial, Danone o Isigny Sainte Mère abonan en torno a 270 euros por cada 1.000 litros o incluso más), Nalet aseguró que hay cooperativas que tienen precios netamente inferiores.
También hizo notar que en Francia los ganaderos reciben alrededor del 15-20 % más que en Alemania.
Tras el malestar de los ganaderos está la concatenación de varios elementos que han hundido el precio de la leche en Europa en los dos últimos años: el embargo decretado por Rusia a mediados de 2014, la caída de las importaciones por parte de China y el fin de las cuotas lecheras en la UE desde el 1 de abril de 2015 que ha propiciado una carrera para incrementar la producción.
Lactalis recoge más del 20 % de la leche producida en Francia, en particular en el oeste del país, donde se concentra el grueso de sus 17.000 proveedores.
La compañía tiene en Francia una plantilla de 15.500 empleados repartidos en 63 instalaciones industriales. En todo el mundo, cuenta con 229 plantas y con 75.000 trabajadores, y su facturación ronda los 17.000 millones de euros.