La falta de entendimiento ha hecho romper los lazos entre los representantes sindicales de dos históricos sectores industriales de Asturias: el carbón y el metal, hasta el punto de que el sindicato SOMA-UGT se ha extinguido tras 106 años de historia. De momento no hay acuerdo para cumplir con el mandato federal de UGT de fusionar al gran sindicato asturiano de la minería.
Gijón acogió este fin de semana el que debía ser el congreso fundacional de la nueva organización UGT-FICA con la que la central trata de reorganizar sus federaciones y aglutinar varios sectores (industria, agricultura) en línea con lo que se ha hecho en los dos grandes sindicatos españoles por toda España. Esta reestructuración llevaba a la inevitable fusión del metal con el carbón. Una unión que quedó dinamitada por la ausencia de los representantes de SOMA (los mineros) en el Congreso. Con este plantón, los representantes de SOMA no admitían de facto los términos de la fusión.
Ahora SOMA amenaza con abandonar la Unión de Trabajadores y constituirse en un nuevo sindicato sectorial al margen de histórica central española.
Las discrepancias que han llevado a la ruptura se centraron en tres pilares básicamente. En el nombre del sindicato, donde el SOMA reclamaba una presencia destacada para sus siglas; escollo que podría haber sido salvable según comentan algunos afiliados del SOMA. En la sede, que los mineros intentaban trasladar desde Oviedo a la localidad de Sama de Langreo, algo a priori sin mucho sentido, por la centralidad propia de la actividad de la organización que aglutina a muchos sectores industriales pero para lo que también se planteó una posible cesión. Fue la constitución de la nueva directiva y especialmente la designación de la secretaría, que el sector minero quería hacer suya, lo que hizo saltar el acuerdo por los aires. Según fuentes conocedoras del proceso, los representantes del metal se negaron en banda, al ser su número de afiliados mucho más numeroso que los del SOMA (9.000 frente a 12.000).
Antes de dar por por finiquitada la ruptura José Luis Alperi, el líder de los mineros asturianos, ha iniciado conversaciones con Pepe Álvarez, secretario general de UGT lo que, según sus palabras: “abre una vía de negociación y de diálogo”. En sus declaraciones se vislumbra un matiz de entendimiento muy diferente a los hechos del fin de semana. Alperi se reafirma que el Congreso regional debería haberse aplazado para “buscar puntos de consenso”.
Álvarez se reunirá ahora con el nuevo líder de la UGT-FICA, Jenaro Martínez, del sector metal para seguir cosiendo el roto en el sindicalismo asturiano El principal objetivo encima de la mesa es tratar de integrar y darle visibilidad y protagonismo minero.
Hasta el momento, el SOMA ha contado con el respaldo en bloque de sus afiliados, pero habrá que ver qué pasos se dan sobre decisiones futuras. Por el momento, si siguen con su propósito de abandonar la UGT y convertirse en una organización independiente que aglutine, no solo a los afiliados de la minería, sino a otros sectores productivos, los afiliados tendrán primero que darse de baja en UGT.
Daños colaterales con el PSOE asturiano
La crisis abierta en Asturias tras la negativa del SOMA a integrarse en FICA, no sólo afectaría a una mera representación sectorial de los trabajadores, sino que también tienen tintes políticos que trascienden del panorama regional al nacional. La UGT, en el reciente proceso de primarias del PSOE nacional, apoyó a la candidata andaluza, Susana Díaz, y el SOMA, al candidato ganador, Pedro Sánchez. Cabe también destacar que este enfrentamiento sindical, deja en una situación comprometida al nuevo secretario general del Federación Socialista Asturiana, Adrián Barbón, gran valedor, tanto su persona, como el sindicato minero, a la candidatura de Sánchez para la ejecutiva nacional. En este aspecto, a nivel regional y dentro del PSOE la discrepancia fue mayúscula. El gobierno regional, encabezado por el socialista Javier Fernández, quien presidió la gestora durante un tiempo, tras la renuncia de Sánchez, fue partidario de la candidata andaluza, que confluyó en un choque de candidatos a la FSA, del que salió victorioso el candidato sanchista. Un PSOE, con bicefalia en sus órganos directivos después de muchos años y tensa calma hasta las próximas elecciones. Javier Fernández ya anunció que no se va a volver a presentar.
El resultado una situación un tanto incómoda para todos, incluso para la dirección general de la UGT, afín al PSOE, y que celebrará su Comité federal en unos días, con una crisis regional más encima de la mesa, además del desafía soberanista en Cataluña.
Momento crítico para el carbón y para el SOMA
Esta falta de entendimiento también llega en un momento industrial muy crítico para Asturias. Encima de la mesa, con choque socialista entre PSOE nacional y regional, está la continuidad del plan del Carbón. El marco regulatorio contempla ayudas a la producción del carbón y al cierre de las explotaciones mineras hasta 2018, con respaldo del PSOE nacional. Un acuerdo muy negativo para la viabilidad de este sector, prioritario para la esta región durante décadas, y que ahora se trata de alargar hasta el 2022. De cualquier forma, el carbón es el pasado. Asturias tiene actualmente activos tres pozos mineros del medio centenar que alcanzó en su gran momento, en las décadas de los 60 y 70, cuando daba trabajo a 28.000 mineros. Hoy no alcanza los 1.500, contando ingenieros, directivos, oficinistas y vigilantes, así que mineros ya casi no quedan. Dentro de un año todos estarán cerrados. Los pozos, minas y trenes del carbón se abren a los visitantes, como reclamo turístico, para que conozcan el duro trabajo que durante años tuvieron los mineros.
De igual forma, la negociación de futuros planes del carbón y de la minería también queda en el aire con la absorción del SOMA por parte de FICA-UGT. Un nuevo varapalo para este sindicato que no goza de mucha popularidad después de conocerse los sobrecostes de la residencia geriátrica y spa de Felechosa, perteneciente al Montepío y Mutualidad de la Minería Asturiana. Por esto casos están siendo investigados varios de sus dirigentes, entre ellos el ex líder sindical del SOMA, José Ángel Fernández Villa, por presuntos delitos de blanqueo de capitales, falsedad de documento oficial, fraude de subvenciones, tráfico de influencias, delito societario por apropiación indebida, prevaricación y cohecho, entre otros. Hay quien opina, que esta cuestión ha pesado mucho a la hora de otorgar cargos directivos a representantes del SOMA en el nuevo ente sindical, además de la falta de fuerza de los representantes mineros, fruto de la coyuntura de cierre futuro a la que será sometida el sector, entre otros aspectos.