Grecia pone fin al rescate ocho años y 200.000 millones de euros después
Grecia concluye hoy oficialmente su último programa de asistencia financiera con “éxito” según el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), organismo responsable de este plan de tres años que ha permitido el desembolso de 61.900 millones de euros a Atenas.
El MEDE calificó en un comunicado de “exitosa” la salida de Grecia del programa, por el cual se ha beneficiado de apoyo para abordar ajustes macroeconómicos y la recapitalización de su banca.
El organismo, con sede en Luxemburgo, recordó que no fue necesario el desembolso de los 24.100 millones de euros disponibles dentro del límite de 86.000 millones que contemplaba el programa.
Grecia pone así punto y final al paquete de asistencia financiera acordado por los miembros del MEDE en agosto de 2015.
El país ha recibido además 141.800 millones de euros en préstamos del Sistema Europeo de Supervisión Financiera (EFSF, en sus siglas en inglés, el fondo de rescate temporal establecido en 2010) entre 2012 y 2015.
El total desembolsado por ambos fondos de rescate ascendió a 203.770 millones de euros, un rescate “sin precedentes en la historia moderna” en palabras del MEDE, así como la madurez a largo plazo de los préstamos, de más de 30 años de media, y las “muy favorables” tasas de interés.
Entre 2010 y 2012, Atenas recibió 52.900 millones de euros en concepto de préstamos bilaterales bajo la llamada facilidad de prestamos a Grecia, por parte de los países del euro, recordó la institución.
“Hoy podemos terminar con seguridad el programa del MEDE sin más rescates a continuación, ya que por primera vez desde principios de 2010 Grecia puede mantenerse por sí mismo en pie”, afirmó en el comunicado el presidente del cuadro de gobernadores del MEDE, Mario Centeno.
Por su parte, el director gerente del MEDE, Klaus Regling, indicó que Grecia “es el quinto país tras Irlanda, España, Portugal y Chipre que sale de un programa del EFSF o el MEDE”.
“Queremos que Grecia sea otra historia de éxito, que sea un país próspero en el que confíen los inversores”, destacó. Agregó que “pronto” proporcionarán a Atenas más apoyo en referencia a las medidas de alivio de la deuda a medio plazo, ya acordadas a nivel político por los ministros de Finanzas del euro (Eurogrupo) en junio, que se incorporarán a los acuerdos de préstamos a Grecia y que se espera que sean aprobadas formalmente por la junta de directores del EFSF “este otoño”.
Según el MEDE, los programas de apoyo han permitido a Grecia ahorrar unos 12.000 millones de euros anuales en mantenimiento de la deuda, lo que supon un 6,7 % de su PIB cada año. Ese organismo aseguró que seguirá cooperando con las autoridades griegas para garantizar que pagarán lo acordado.
Por ello, el MEDE recibirá informes regulares de Atenas y se unirá a la Comisión Europea en sus misiones periódicas en el marco de la supervisión que llevará a cabo de las reformas del país.
Por su parte, el Fondo Monetario Internacional (FMI) desembolsó -en paralelo a los apoyos de la facilidad y del EFSF- un préstamo de 32.100 millones de euros a Grecia, del que unos 21.000 millones ya han sido devueltos.
El PIB se desploma más de un 25%
Grecia echa ahora a andar con más independencia económica y menor control de la troika. Sin embargo, la situación del país tras ocho años de rescate financiero dista notablemente de lo que era en 2009, antes de que estallara la crisis del país heleno. En este periodo, el Producto Interior Bruto (PIB) se ha desplomado más de un 25%, pasando de los 237.500 millones de 2009 a los 177.000 millones del año pasado, según datos de Eurstat.
Este recorte también se ha vivido, por tanto, en el PIB per cápita. En Grecia, esta magnitud fue el pasado año de 16.570 euros, un 22,5% menos que los niveles alcanzados en 2009, antes del derrumbe.
Pero el principal problema que tiene Grecia durante los próximos años, ya sin la inyección de dinero por parte del MEDE, es el de la deuda pública. Según Eurostat, la deuda pública griega supone más del 180% del PIB del país, siendo el Estado comunitario con un mayor pasivo. Si bien es cierto, este problema se arrastra en la economía helena desde antes del desplome en 2009, cuando el nivel se situaba por encima del 120%. A nivel comunitario las exigencias se encuentran en torno al 60% del PIB, un nivel que tampoco cumple España.
Otro de los duros impactos económicos que ha sufrido la economía griega en este periodo ha sido el desempleo. En 2009, cuando comenzaron las dudas sobre el futuro del país, el desempleo suponía un 9,6% de la población activa griega. Esta cota alcanzó el 27,5% en 2013, el peor momento para el país heleno. En 2017 cerró todavía por encima del 20%, un nivel que bajo el cual no se situará tampoco este año, según las estimaciones de Eurostat.
Cambio político
Estos ocho años en Grecia han sido también los de la crisis del modelo político del país y derrumbe de partidos clásicos. El principal ejemplo ha sido el Pasok, el partido socialdemócrata, que gobernaba con mayoría absoluta cuando se desencadenó la crisis económica y que en la actualidad es una fuerza minoritaria.
En el lado opuesto se situó Syriza. El partido de izquierdas nació con un fuerte discurso antiausteridad y en 2015 ascendió al poder, con Alexis Tsipras en cabeza. La fuerte presión comunitaria para emprender nuevos recortes y reformas estructurales acabaron provocando un cisma en el partido tras la dimisión del ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis.
El político se ha mostrado este lunes crítico en una entrevista con el diario alemán Bild con la situación del país tras el final del rescate. “La deuda no se ha reducido sino que se ha ampliado, el cambio es que ahora tenemos más tiempo para pagarla”, apunta. “El Estado está todavía roto, los ciudadanos son todavía más pobres, las compañías siguen quebrando y el PIB se ha desplomado”, añade. Además, critica claramente a Tsipras, a quien acusa de haber consentido el tercer rescate para Grecia.