La Agencia Europea de Cooperación de Reguladores Energéticos (ACER), el supervisor europeo de la energía, y el Consejo de Reguladores Europeos de la Energía (CEER) han puesto cifras al dramático encarecimiento del precio de la electricidad que soportan desde hace años los hogares en España. Un informe conjunto de ambos organismos publicado el miércoles recoge que los consumidores domésticos españoles han sufrido la mayor subida de la luz en Europa en la última década: un 66,8% entre 2008 y 2018.
El estudio, difundido mientras la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), miembro del CEER, ultima estos días la aprobación de una serie de circulares para intentar abaratar la factura energética de los hogares, ofrece datos comparativos de la evolución de los precios de la luz y el gas en Europa en los últimos diez años a partir de las estadísticas de Eurostat.
España no sale bien parada. Según el estudio, la subida de la luz registrada para un usuario doméstico español desde 2008 (año en el que el precio del barril de petróleo Brent batió su máximo histórico de 149 dólares) es 38 puntos superior a la media de la UE, donde la subida fue del 28,2%. Ese 66,8% de España solo es comparable al de países del Este como Estonia (+66,2%) o Letonia (64,9%). Y está muy por encima del alza soportada por los domésticos en Portugal (50,9%), que desde 2007 tiene su mercado mayorista de electricidad integrado con España a través del Mibel.
En 2018, ejercicio en el que empeoraron dos de los cuatro indicadores que utiliza el Gobierno para medir el problema de la pobreza energética, los hogares españoles pagaron por la electricidad una media de 24,3 céntimos de euro por kilovatio hora (kWh), un 16,8% más que la media de la UE, según el estudio.
España se mantiene como el quinto país con la luz más cara de toda Europa, ya muy cerca de Irlanda y por detrás de Bélgica, Alemania y Dinamarca, todos ellos con un PIB per cápita muy superior. En 2018, los hogares españoles sufrieron una subida de la factura de la luz del 8,7%, la quinta mayor del continente. La media de la UE fue del 1,9%.
El estudio refleja que, a escala europea, el descenso de precios en los mercados mayoristas entre 2012 y 2018 no ha tenido como resultado un abaratamiento de la factura doméstica por el mayor peso de otras partidas ajenas a la energía. Los datos de ACER y el CEER muestran que los apoyos a las energías limpias suponen el 14% de la factura de un usuario doméstico en España (un punto por encima de la media de la UE). El coste de la energía pesa un 44% (la media comunitaria es del 37%); los pagos a las redes (transporte y distribución) suponen el 21% (25% en Europa) y los impuestos, otro 21% (25% en la UE).
Para los industriales, el precio medio de la electricidad en España es, según el informe, el octavo más caro del continente y un 3,9% superior a la media europea. En la última década, la industria española ha soportado la sexta mayor subida entre los 29 países europeos que analiza el estudio: de un 22,9%. Un incremento muy inferior al sufrido por los domésticos, pero que supera con creces la media de la UE en el periodo (1,4%). En 2018, la factura de los industriales subió en España un 13%. Fue la quinta mayor subida en Europa. La media en la UE fue del 2,2%.
Tercera mayor subida en gas
Respecto a los precios del gas, y a pesar de que en 2018 la factura de los hogares apenas subió en España un 0,5% (en la UE el alza media fue del 3,5%), España también arrastra un encarecimiento para los domésticos en la última década del 25,4%, solo por detrás de Francia (29,9%) y Croacia (32,4%) y casi el triple que en la UE en esos diez años (9,1%).
Los consumidores industriales en España, según ACER y el CEER, pagan la octava factura de gas más cara de la UE, aunque esta es solo un 3,4% superior a la media comunitaria. En la UE, los precios del gas para los industriales han caído en la última década un 19%, mientras en España han subido un 2,4%. El año pasado, crecieron en Europa un 13,4%. En España lo hicieron un 14,9%.