La conciencia fiscal de los españoles se basa en ocasiones en datos falsos o percepciones subjetivas bastante alejadas de la realidad. Los porcentajes que ofrecen las encuestas del CIS indican un creciente malestar con lo que se paga con los impuestos, la idea de que varios servicios públicos fundamentales deberían recibir más fondos públicos y la creencia de que en España la presión fiscal es mayor que en los países europeos más prósperos. Varias de estas opiniones no se corresponden con la realidad. Décadas de campañas informativas del Ministerio de Hacienda no parecen haber sido muy eficaces ni haber surtido efecto.
La crisis económica de los últimos años ha influido en estas críticas, pero también un discurso ideológico que insiste desde hace tiempo en que la prioridad deber ser siempre bajar los impuestos.
Casi la mitad de los españoles (el 48,3%) cree que en España se pagan tantos impuestos o más como en otros países más avanzados de Europa. El porcentaje, reflejado en el barómetro de julio publicado esta semana por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), ha bajado respecto a hace un año (el 54% de la población lo creía así entonces), pero choca con la realidad de los datos.
Según el CIS, sólo el 18,5% de los españoles piensa que paga menos impuestos que otros países europeos más avanzados, la afirmación que más se corresponde con la realidad. Un 31,7% se declara incapaz de contestar a esa pregunta, pero son más, el 35,5% (3,4 puntos menos que hace un año), los que creen que en España se pagan más impuestos. Un 12,8% opina que la presión fiscal en España es parecida a la de otros países (hace un año lo creía así el 15,1% del total).
Como resume Ignacio Zubiri, catedrático de Hacienda Pública de la Universidad del País Vasco (UPV), en España “estamos en una zona media en tipos impositivos y baja en recaudación” en relación con los países de nuestro entorno. Lo reflejan las estadísticas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y Eurostat.
Según la oficina estadística europea, la presión fiscal (impuestos y cotizaciones sociales) se situó en España en 2014 (último dato disponible) en el 34,4% del PIB, bastante por debajo de la media de la UE (40%) y de la zona del euro (41,5%). Por categorías, en España los impuestos a la producción y las importaciones (como el IVA) recaudan el 11,6% del PIB; los impuestos a la riqueza (IRPF y Sociedades), el 10,1%; y las cotizaciones sociales, el 12,5%. En todos los casos, menos que la media de la UE y que en muchos de los países europeos más ricos.
El CIS pregunta desde 2013 si pagamos más o menos impuestos “en comparación con otros países más avanzados de Europa”. Si se toman países europeos con un PIB per cápita superior, España tiene una presión fiscal igual a la de Reino Unido y sólo mayor a la de Irlanda (30,5%) y Suiza (27,1%). En Holanda, la presión fiscal es del 38%; en Noruega e Islandia, del 38,9%; en Luxemburgo, del 39,4%; y en Alemania, del 39,5%. Por encima del 40% están Italia (43,7%), Austria y Suecia (43,8%), Finlandia (44%), Francia y Bélgica (47,9%) y a la cabeza, Dinamarca (50,8%).
Jesús San Martín, presidente del Registro de Asesores Fiscales (REAF), cree que España “está en una posición más o menos intermedia” en materia de impuestos y señala que “cuanto más potencial económico tiene un país, mayor es la presión fiscal”.
Por IRPF, el impuesto más relevante por recaudación en la UE, España obtuvo en 2014 un 7,7% del PIB, menos que la media europea (9,4%) y por debajo de, entre otros, Francia (8,8%), Alemania y Luxemburgo (8,9%), Reino Unido (9%), Irlanda (9,7%), Bélgica (12,8%), Italia (12%) o Dinamarca (29,4%).
El tipo marginal máximo de este impuesto (46% desde el año pasado) es superior al de la UE (39,3% en 2015) y la Eurozona (42,1%). Pero este indicador, uno de los más habituales para las comparativas internacionales, es inferior en España al de Suecia (46,2%), Alemania (47,5%), Irlanda (48%), Italia (48,9%), Austria (50%), Francia (50,3%), Finlandia (51,6%), Holanda (52%), Bélgica (53,8%) y Dinamarca (55,8%).
El IVA, un tributo indirecto que no redistribuye la riqueza al no estar ligado a la renta, gana peso año tras año en la recaudación en España pese a que sólo el 17,1% de la población, según el CIS, cree que los impuestos deberían venir “sobre todo” por esta vía (la mayor parte, el 49,9%, cree que debería ser a través del IRPF).
El IVA, que en 2015 recaudó en España la cifra récord de 62.681 millones de euros (un 5,9% más), tiene fijado el tipo general en el 21%, cerca de la media de la UE (21,6%) y de la zona del Euro (20,8%), tras las subidas de 2010 y 2012. En 2014, España ingresó por IVA el equivalente al 6,2% del PIB, cifra inferior al 7% de media de la UE y al peso que tiene, entre otros países avanzados, en Reino Unido (6,8%), Francia (6,9%) o Alemania (7%).
En Sociedades, la recaudación en España supuso en 2014 el 2% del PIB, de nuevo inferior a la media europea (2,4%). De entre los países europeos más avanzados, sólo Finlandia recauda menos. El tipo máximo de este impuesto (sin contar deducciones) quedó rebajado en España en 2015 en dos puntos, hasta el 28%, superior a la media de la UE (22,8%) y de la Eurozona (24,6%), pero inferior al de Bélgica (34%), Alemania (30,2%), Francia (38%), Italia (31,4%) y Luxemburgo (29,2%).
“Muy pocos” recursos
La última encuesta del CIS refleja que, en línea con los últimos años, el 61,2% de los encuestados considera que pagamos “mucho” en impuestos, mientras el 64% cree que las Administraciones destinan “muy pocos” recursos a la sanidad. También es mayoritaria esa opinión para las ayudas a la dependencia (67,3%), enseñanza e I+D (60%), seguridad social y pensiones (59,3%) protección al desempleo (58,1%) o cultura (53%). El 54,9% de la población cree que, en conjunto, la sociedad se beneficia “poco” de lo que pagamos a las administraciones en impuestos y cotizaciones. Este porcentaje lleva por encima del 50% desde 2011.
El catedrático de la UPV cree que se trata de una percepción incorrecta: “Si sumas lo que la gente recibe en prestaciones públicas en términos de sanidad y lo comparas con lo que le costaría un seguro privado; en seguridad ciudadana, en educación… la gran mayoría de la población recibe mucho más de lo que paga”.
Zubiri atribuye estas opiniones, en parte, al discurso de la mayoría de partidos políticos a favor de reducir impuestos. “Esta historia de que desincentivan la economía comenzó a mediados de los 80 y ha ido ganando predicamento hasta permear muchas instituciones internacionales. Pero no hay demasiada evidencia empírica de que esto haya sido así”, dice. Se trata de “una exageración muy interesada por parte de los ricos, que han hecho llegar la idea de que los impuestos son muy malos si afectan a los más productivos, esto es, a ellos”.