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Los inversores se pirran por la deuda de España: la demanda del primer bono de 2024 suma un récord de 138.000 millones

El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, durante la rueda de prensa ofrecida tras la reunión del Consejo de Ministros de este martes, el primero de 2024.

Daniel Yebra

10 de enero de 2024 19:50 h

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Los inversores han devorado la primera gran emisión de deuda de España de 2024. El Tesoro Público ha levantado el mayor volumen de peticiones para una emisión de deuda soberana de la historia del euro: 138.000 millones de euros. Finalmente, nuestro país colocó 15.000 millones de euros a 10 años, a un tipo de interés medio del 3,25%. Este cupón es inferior al 3,55% de la última emisión a 10 años realizada en junio de 2023, según ha informado el Ministerio de Economía, Comercio y Empresa.

Nuestro país no colocaba 15.000 millones de una tacada desde la primavera de 2020. La diferencia crucial entre entonces y ahora es que, hace 4 años, el Banco Central Europeo (BCE) estaba comprando más deuda de los países de la eurozona que nunca. Desde diciembre, la institución monetaria ya no crea dinero para adquirir bonos, solo reinvierte los vencimientos de los que amontonó con el Programa de Emergencia que desplegó entonces para favorecer la resistencia de la economía al shock de la COVID.

“Esta histórica demanda [9 veces superior a los 15.000 millones de nueva deuda que se han colocado], junto con la elevada participación de inversores internacionales, evidencian la fortaleza de la deuda pública española, el sólido acceso al mercado del Tesoro y la confianza de los inversores en la economía de nuestro país, en el contexto de incertidumbre internacional y paulatina retirada del programa de compras del Banco Central Europeo”, explican en Economía.

La emisión ha sido sindicada. Es decir, se ha pactado con un grupo de bancos, una prática habitual del Tesoro en las colocaciones estratégicas para asegurar un plazo elevado (10 años o más de vencimiento), la calidad de los tenedores (intentando evitar a los especuladores y la volatilidad) y una cantidad importante de dinero de una sola tacada.

La operación se ha realizado un día después de conocerse la estrategia de financiación del Tesoro para 2024, que incluye una reducción de la emisión neta para este año de 10.000 millones de euros respecto al cierre de 2023, hasta los 55.000 millones, gracias a la fortaleza de la economía y la reducción del déficit público. 

Con esta sindicación el Tesoro ya lleva emitidos 26.327 millones de euros en apenas diez días, el 10% de su programa de financiación para 2024. La vida media de la deuda del Estado en circulación alcanza los 7,85 años y el coste medio de toda la deuda de nuestro país se sitúa en 2,1%, “solo 45 puntos básicos sobre el mínimo histórico de 2021. Se trata de un incremento 10 veces menor que la subida de 450 puntos básicos experimentada por los tipos de interés del BCE durante el mismo periodo”, incidió este martes el Tesoro. 

“Destacan la calidad y diversidad en la asignación de este nuevo bono de 15.000 millones de euros [técnicamente denominado obligación del Estado], con una demanda repartida entre 512 cuentas inversoras, muy diversificadas tanto desde el punto de vista geográfico como por tipología de inversor”, destacan en Economía.

Los inversores no residentes han alcanzado una participación del 92,3% en la operación. Destacan el Reino Unido e Irlanda con un 33,4%, Francia e Italia con un 20,2%, Alemania, Austria y Suiza, con un 9,2% y los países escandinavos, con un 5,4%. El resto de los inversores europeos han representado el 11,5% de la asignación. Por su parte, Asia ha representado un 7,4%, Oriente Medio un 3,5% y Estados Unidos y Canadá un 1,4%. El peso del resto de inversores ha sido del 0,3%.

Atendiendo al tipo de inversor, la mayor participación ha correspondido a las gestoras de fondos con un 39,8%, seguidas de las tesorerías bancarias, con un 22,4%, los bancos centrales e instituciones oficiales, con un 14,2%, y las aseguradoras y fondos de pensiones, con un 11,5%. El resto de las empresas de servicios bancarios han participado con un 7,4%, los fondos apalancados con un 3,8%, y otros inversores han representado un 0,9%.

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