La economía española acusó el impacto de la crisis del coronavirus y retrocedió un 5,2% en el primer trimestre, su mayor desplome trimestral registrado en la serie histórica del Instituto Nacional de Estadística (INE), que arranca en 1970. Hasta ahora, la mayor caída trimestral del PIB era la del primer trimestre de 2009 (-2,6%).
El Gobierno remitirá este jueves a Bruselas el Programa de Estabilidad 2020-2023, junto al Plan Nacional de Reformas, e incluirá la actualización del cuadro macroeconómico con una importante revisión de las previsiones por el impacto de la crisis sanitaria del COVID-19, así como las medidas proyectadas por el Ejecutivo para paliar los efectos de la crisis a unos días del inicio de la desescalada del confinamiento.
En los tres trimestres precedentes (segundo, tercero y cuarto trimestre de 2029), la economía española estaba creciendo a tasas del 0,4%. El retroceso del 5,2% registrado en el primer trimestre supera las estimaciones que había realizado el Banco de España, que había previsto una caída del 4,7%, eso sí, con “muchas dosis de cautela”, ya que este cálculo se basaba en suponer una proporción determinada de descenso de actividad en algunas ramas.
En tasa interanual, el PIB del primer trimestre se contrajo un 4,1%, frente al repunte del 1,8% del trimestre anterior. En este caso, no se ha superado el mayor retroceso contabilizado hasta ahora, el del segundo trimestre de 2009, cuando la economía española se contrajo un 4,4% interanual.
Una caída “normal”
El ministro de Transportes y Movilidad, José Luis Ábalos, considera “normal” que el “parón sin precedentes al que se ha sometido a la economía” para combatir la pandemia “tuviera estas consecuencias” en cuanto a la caída del PIB, por lo que ha llamado a lograr un acuerdo sobre un plan de reconstrucción para “evitar caídas mayores”.
“Sabíamos perfectamente que tendría costes económicos elevados porque no se había sometido nunca a la economía española a un parón de estas características”, indicó Ábalos.
“Es normal que el freno que se ha puesto a la actividad económica para combatir el coronavirus tuviera esas consecuencias”, añadió en relación al desplome histórico del 5,2% que el PIB registró en el primer trimestre del año.
Frenazo del consumo en los hogares
La contribución de la demanda nacional a la variación interanual del PIB es de -4,3 puntos, 5,6 puntos inferior a la del cuarto trimestre. Por su parte, la demanda externa presenta una aportación de 0,2 puntos, tres décimas inferior a la del trimestre pasado.
El gasto en consumo final de los hogares experimenta una tasa interanual del â6,7%. Si atendemos a la evolución entre trimestres la caída del gasto del consumo final de los hogares es aún más pronunciada: un â7,5%. Por su parte, el gasto en consumo final de las Administraciones Públicas presenta un crecimiento del 3,6%, 1,2 puntos más que en el trimestre precedente.
Las exportaciones de bienes y servicios presentan una variación del â6,3% respecto al primer trimestre de 2019, lo que supone 9,6 puntos menos que en el trimestre anterior. Esta variación se produce por un descenso en las tasas interanuales de las exportaciones de bienes (del 2,0 al â4,7%) y de las exportaciones de servicios (del 6,0% al â9,6%). Dentro de éstas, el gasto de no residentes en el territorio económico baja 20,4 puntos (del 1,2% al â19,2%).
Las importaciones de bienes y servicios varían un â7,4% respecto al mismo trimestre del año anterior, 9,5 puntos menos que en el cuarto trimestre. Este descenso se explica por la disminución en las importaciones de bienes (del 0,9% al â7,3%) y de las importaciones de servicios (del 7,0% al â7,6%). Por su parte, el gasto de residentes en el resto del mundo disminuye 16,5 puntos su variación interanual este trimestre (del 8,8% al â7,7%).
Los puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo, definidos como el número de horas trabajadas entre la jornada media realizada en puestos de trabajo a tiempo completo, disminuyen un 1,9% respecto al trimestre anterior. Esta variación es 2,8 puntos inferior a la del cuarto trimestre y se explica, según el INE, por el efecto combinado de la variación de las horas trabajadas y la reducción de la jornada media en puestos de trabajo a tiempo completo (-3,1%).
El número de horas efectivamente trabajadas varía un â5,0% respecto al cuarto trimestre, 5,8 puntos menos que en el trimestre anterior. En términos interanuales, el número de horas efectivamente trabajadas disminuye 5,6 puntos, hasta el â4,2%.