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Solbes propuso el contrato único en el documento que Zapatero rechazó

Una imagen de archivo del vicepresidente económico socialista, Pedro Solbes

Belén Carreño

Pedro Solbes propuso introducir el contrato único al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el 8 de enero de 2009. Así se recoge en su libro de memorias presentado hoy, titulado Recuerdos (Deusto). Según Solbes, esta propuesta acompañaba a otras de reforma laboral que estaban incluidas en un documento titulado “Una estrategia de recuperación de la economía española”, que Solbes se tomó como un ultimátum para permanecer en el Ejecutivo socialista.

Solbes dice que el presidente lo rechazó porque “lleva implícitas dos huelgas generales”. Leyendo con detenimiento el texto se entiende el temor de Zapatero ya que nunca, ni el Gobierno socialista ni el conservador con su reforma laboral, han llegado tan lejos. Con todo, Solbes dice que el documento fue acompañado de unas “consideraciones personales” y también un borrador de un decreto ley “parcialmente redactado” y cuyo contenido “comentó” con el presidente. Al mismo tiempo, Solbes dice que “el proyecto de ley que estábamos preparando, y que nunca presenté formalmente ni consecuentemente discutí con el presidente, contenía medidas contundentes, temporales y excepcionales”. Entre estas se cuentan algunas medidas trangresoras en material laboral como la del nuevo contrato.

Así, la propuesta “no oficial” como ha recalcado en la presentación del libro Solbes varias veces, se plantean dos tipos de nuevos contratos. Por un lado, el vicepresidente apuesta por un “contrato indefinido de fomento del empleo para todas las contrataciones que contemplara una indemnización creciente en función de la antigüedad del trabajador y cuya rescisión dependiera únicamente de la empresa, sin intervención judicial o administrativa”. Este modelo de contratación responde al contrato único que se ha planteado desde varios sectores, especialmente desde la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) hasta más recientemente por los miembros de Socialismo es libertad, capitaneados por otro ministro de la época, Miguel Sebastián.

En aquel momento, Solbes nunca fue claro en público al apreciar este modelo de contrato, aunque recurrentemente en sus discursos hablaba de optar por la “flexiseguridad”. En el debate de la época se hablaba no solo del modelo austriaco sino también de este contrato único.

Ante la dificultad de implantar un modelo de contratación así, Solbes dice que sugirió una segunda alternativa. Reintroducir “un contrato temporal de fomento del empleo, con una duración mínima de seis meses y máxima de cinco años, y una indemnización por despido de 12 días por año trabajado”. Aunque el espírito de este contrato temporal difiere en parte del contrato único, sí se alinea con la tesis de que hay que aumentar la indemnización por despido de los temporales que en aquel momento estaba en 8 días. Finalmente, sí se aprobo una subida gradual de la indemnización del temporal. Actualmente está en 10 días y en 2015 llegará a 12 días.

Sumada a esta petición, Solbes también pidió que se forzaran las “cláusulas de descuelgue empresarial para los convenios de ámbito superial al empresarial durante dos años”, una propuesta que ha inspirado en parte la reforma laboral del Gobierno de Rajoy y que, efectivamente, ha llevado a convocar una huelga general.

En la polémica propuesta se detallan otras medidas, algunas de mayor calado socialdemócrata y otros recortes que más tarde impuso Bruselas. Se pedía la congelación del sueldo de los funcionarios dos años (no recortarlo un 5% como finalmente se hizo en mayo de 2010) y una reforma de las pensiones en línea con la que aprobaron los sindicatos. Pero también se pedía una rebaja transitoria del IRPF para las rentas más bajas y los autónomos, y subir los impuestos para los más ricos; aumentar la tributación de las Sicav y quitar el cheque bebé. Solbes quería mejorar la liquidez de las pymes aplazando el pago de las cotizaciones de la Seguridad Social, algo que también se hizo, y liberalizar totalmente el mercado del alquiler durante dos años, periodo en el que los contratos de alquiler que se firmaran no tendrían un plazo de vigencia mínimo de cinco años.

Además, Solbes planteaba un sistema de deducciones sobre las donaciones que se realizaran para financiar la dependencia o la educación y la suspensión de un veto durante dos años a la posibilidad de que las comunidades autónomas frenaran fusiones entre cajas.

El entorno de Zapatero no recuerda ese documento, según ha podido confirmar este diario, pero fuentes próximas a la Moncloa aseguran que era habitual que Economía produjera ese tipo de borradores y que sí se discutieron muchos de los puntos que aparecen en el documento. Solbes ha dicho en rueda de prensa que tiene el documento pero que ha tomado la decisión de no mostrarlo.

Solbes ha dicho en rueda de prensa que tiene el documento pero que ha tomado la decisión de no mostrarlo.

El exvicepresidente, ha deslizado que estas son sus vivencias personales y que quizá el presidente, no las recuerda con la misma intensidad que él. “Es lo que yo recuerdo que pasó”, ha dicho Solbes. “Este no es ni un libro sobre Zapatero, ni un libro sobre mis relaciones con Zapatero”, contextualizó al recordar que el libro recorre sus casi 40 años de servicio público.

“No tengo nada contra Zapatero, todo lo contrario, tenemos una buena relación personal”, concluyó Solbes al asegurar que simplemente su visión de la economía “no era la misma”.

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