El teletrabajo ahorra una hora al día en traslados, pero gran parte la dedicamos a trabajar más
¿Qué haría con una hora más al día? Un estudio del Institute of Labor Economics (IZA) ha calculado cuánto tiempo se ahorra gracias al teletrabajo al evitar los desplazamientos entre casa y la oficina. El análisis, con datos de una macroencuesta en 27 países entre los que se encuentra España, arroja que los teletrabajadores ahorran una media de 63 minutos al día al evitar estos desplazamientos. La investigación también ahonda en cómo se invierte este tiempo. Una parte muy importante, más de un tercio, se dedica a trabajar más.
El estudio, publicado en enero, calcula el tiempo que los teletrabajadores ahorran al evitar los desplazamientos en los 27 países analizados. La media es de 72 minutos al día, una hora y 12 minutos por cada día que los encuestados trabajan desde sus casas, aunque con diferencias entre países.
Quienes más tiempo ganan al no acudir al trabajo de manera presencial son los ciudadanos chinos, una hora y 42 minutos, seguidos de los japoneses y los indios, como se ilustra en la siguiente tabla. En el lado opuesto, los que menos dedican a desplazamientos son los serbios, 52 minutos de media.
Dado que muchos empleados no teletrabajan todos los días, el ahorro medio en traslados se sitúa en dos horas semanales de media durante 2021 y 2022 y los entrevistados prevén un ahorro medio de una hora a la semana pasada la pandemia, explica Pablo Zarate, coautor del trabajo e investigador en Princeton.
Gran parte se dedica a trabajar más
Los investigadores analizan además a qué dedican los teletrabajadores ese tiempo que ya no consumen en viajar de ida y vuelta a la oficina. Uno de los resultados más destacados, considera Pablo Zarate, señala que una porción muy grande de este –más de un tercio– se dedica a trabajar más.
En concreto, la media de los 27 países muestra un resultado de un 40% del tiempo ahorrado en traslados que acaba siendo destinado al “trabajo”, ya sea en el empleo principal o en otro secundario. Le sigue un 34% del tiempo destinado al “ocio” y un 11% que va a tareas de “cuidados”, recoge el estudio.
De nuevo, los resultados cambian según los países donde trabajan los entrevistados y, en el caso de España, el tiempo destinado al ocio es superior (41%), seguido del dedicado a trabajar más (31%) y a los cuidados (12%). Por sexos, las mujeres dedican algo más a trabajar más, explica Zarate.
Las cifras ofrecen la imagen promedio del conjunto de los entrevistados, trabajadores entre 20 y 59 años, pero los investigadores advierten de que “vivir con hijos menores de 14 años tiene grandes efectos en la asignación del tiempo ahorrado en los desplazamientos al trabajo”.
Así, las mujeres con hijos dedican “11,4 minutos más de su tiempo diario ahorrado a actividades de cuidado” respecto a las trabajadoras de entre 20 y 24 años, destacan. En el caso de los hombres, invierten 9 minutos más que este grupo de referencia. Los investigadores consideran que las diferencias por género son “modestas”, aunque de nuevo reflejan que las mujeres invierten más tiempo a las tareas de cuidados que los hombres.
De la experiencia de la pandemia, cuando el teletrabajo se implantó de manera urgente y sin apenas planificación, sindicatos y expertas en desigualdad advierten de los riesgos de replicar roles de género que perjudiquen a las mujeres. Por ejemplo, que las mujeres se acojan al teletrabajo con la función principal de poder cuidar, dejando sobre ellas de nuevo más peso de los cuidados en sus hogares.
El teletrabajo y los horarios flexibles ofrecen más posibilidades de conciliar, reconocen en los sindicatos, pero alertan de la necesidad de abordar la cuestión desde una perspectiva que no agrave las desigualdades. “El potencial teórico del teletrabajo es muy potente, porque está situando al hombre en casa. Abres la oportunidad de que asuma un rol de cuidados. Pero lo que nos dicen los datos es que cuando lo llevas a la práctica, esto no ocurre”, afirma José Varela, responsable de Digitalización de UGT.
El “síndrome del impostor” del teletrabajador
Uno de los resultados que Pablo Zarate señala como “más relevantes” del estudio es el tiempo que se dedica a trabajar más. “Vemos que los trabajadores se benefician, porque se ahorran este tiempo de viaje, pero los empleadores también se benefician, porque parte de este tiempo ahorrado se convierte directamente en más trabajo”, considera.
El responsable de digitalización de UGT considera este dato una mala noticia, un reflejo del “síndrome del impostor” de las personas que trabajan desde casa. “Muchos trabajadores desean fervientemente optar al teletrabajo y cuando se consigue parece que tienen una especie de deuda con la empresa”, explica José Varela.
Por un lado, los afectados tienen miedo a perder esta posibilidad de organización del trabajo y, por otro, se compensa trabajando más por temor a que se considere que no está rindiendo. El resultado: presión sobre el empleado por “demostrar” su trabajo alargando jornadas.
Varela recuerda que Eurofound ha detectado en varios estudios que los teletrabajadores tienen más posibilidades de extender sus horarios y hacer horas de más, lo que supone un riesgo para la desconexión de los afectados e incrementa los riesgos psicosociales como el estrés, perjudiciales para la salud.
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