Síntomas de alarma al hacer deporte que no debemos ignorar

Mercè Palau

 De todos es bien conocido que el ejercicio físico, junto con una alimentación equilibrada, es fundamental para mantener tanto el bienestar físico como el mental. No solo nos ayuda a prevenir el aumento de peso sino que un estilo de vida saludable se asocia también con un mejor sueño y un mejorado estado de ánimo.

La actividad recomendada para las personas sanas es, de acuerdo con las indicaciones que hace la Organización Mundial de la Salud —OMS—, de 150 minutos de ejercicio de intensidad moderada a la semana, como caminar a paso ligero, En el punto más álgido de un entrenamiento, los expertos nos recuerdan que deberíamos respirar un poco más rápido de lo normal, pero no tanto como para no poder hablar durante la actividad. 

La edad, el peso, el nivel de condición física y la existencia de cualquier lesión anterior son aspectos que debemos tener en cuenta para asegurarnos de que no estamos realizando un ejercicio que podría causar más daño que beneficio. Un plan de entrenamiento progresivo, diseñado de la forma correcta, debe ayudarnos, no descomponernos ni ponernos en peligro.

Por ello, es importante que, ante cualquier tipo de actividad física, escuchemos lo que nuestro cuerpo nos dice. Porque estar atentos a las señales de advertencia puede ayudarnos a evitar problemas de salud o lesiones graves.

Banderas rojas cuando practicamos ejercicio

“Sin dolor no hay beneficio”. Es una frase que puede escucharse en ocasiones cuando se trata de hacer ejercicio. Sin embargo, debemos tener cuidado con ello, porque hay ciertos signos de alarma cuando practicamos deporte que “nos deben hacer consultar con un especialista o nuestro médico”, reconoce el doctor Miguel Orejas, Médico Especialista del Servicio de Cardiología de la Fundación Jiménez Díaz.

El experto recuerda que uno de los signos más frecuentes y que más preocupación suele provocar cuando practicamos deporte es la aparición de dolor torácico en el centro del pecho, en la región esternal que, en ocasiones, se puede irradiar al brazo izquierdo. Toda molestia en el pecho durante el esfuerzo tendría que ser  motivo de preocupación y debe ser valorada en consulta “para descartar cualquier problema cardiológico”, afirma Orejas, que ha sido también el encargado de coordinar los reconocimientos médicos de la Selección Española de Baloncesto femenino, a finales de mayo. 

Otro signo que apunta el especialista es la pérdida de conocimiento o síncope que, aunque en algunos casos es benigno, en otras ocasiones pueden indicar que existe algún problema cardiológico. Sea cual sea el caso, es el especialista el que debe valorar el problema. “Los mareos, las palpitaciones y taquicardias son un motivo de consulta”, reconoce el doctor Miguel Orejas.

Por último, la falta de aire cuando realizamos una actividad no muy intensa, es decir, tener la sensación de que no llega aire a los pulmones “puede ser señal de un problema de contractilidad del corazón o arritmológico”, motivos por los que el especialista aconseja realizar un estudio cardiológico completo. 

Objetivo: cuidar la salud del deportista

Por todo ello, es importante que cuando hacemos deporte, tanto si es por prescripción médica, por afición o en un nivel más competitivo, someterse a un reconocimiento médico que pueda valorar si estamos en condiciones de realizar la actividad física que hemos elegido. 

Los chequeos deportivos ayudan a determinar si una persona está preparada para realizar un deporte de forma segura. Ya en 2005, la Sociedad Europea de Cardiología —ESC— hizo una recomendación de consenso sobre la necesidad de que todos los niños mayores de 12 años y todos los adultos que practican deporte competitivo deben someterse a un examen de cardiología deportiva cada dos años. 

Estas pruebas suelen iniciarse con una entrevista clínica detallada más una exploración física exhaustiva, anamnesis, antecedentes personales y toma de constantes, a lo que se añade una analítica de las semanas previas. También incluye un electrocardiograma, un ecocardiograma y, finalmente, una ergometría o prueba de esfuerzo para determinar la capacidad cardiovascular del deportista. 

El Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid cuenta con la Unidad de Cardiología Deportiva, especializada y multidisciplinar, dirigida a personas sanas que hagan o quieran empezar a hacer deporte sin poner en riesgo su salud. Esta Unidad realiza todas las pruebas cardiológicas en un día, lo que posibilita realizar ya un informe completo y el consejo médico de si es seguro que aquella persona realice deporte.

Y es que, según la Sociedad Española de Medicina del Deporte —FEMEDE—, existe un acuerdo generalizado, tanto en el ámbito médico como en el de otros estamentos deportivos, de la necesidad de realizar reconocimientos médicos antes de participar en actividades deportivas, tanto de competición como de tipo lúdico.