El agua es el recurso natural más esencial del planeta. Sin él, la vida de todos los organismos se ve comprometida. Es garantía de nuestra supervivencia, y del equilibrio necesario para la existencia de nuestros ecosistemas.
A medida que aumentan las consecuencias provocadas por la emergencia climática y la presión demográfica, aumenta también la necesidad de coordinación para proteger los recursos naturales. Y mientras que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) calcula que la población mundial superará los nueve mil millones en 2050, Naciones Unidas apunta a un descenso del 40% de los recursos hídricos disponibles en el mundo para el año 2030. La balanza se desequilibra y los cálculos se complican a futuro.
El próximo 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua, en el que la ONU subraya el valor del elemento, no solo como recurso aprovechable, sino como motor de desarrollo y bienestar. El lema Agua para la paz recoge además una serie de consignas para actuar de forma coordinada y crear un efecto en cascada positivo, fomentando el desarrollo y la resiliencia frente a los desafíos comunes.
En España, donde la práctica totalidad de la población tiene acceso a agua potable, el camino marcado es el de promover una gestión integrada de los recursos hídricos e incentivar los avances en tecnología y digitalización que aseguren la eficiencia y sostenibilidad en la gestión del agua, con una planificación hidrológica sostenida y una infraestructura que incorpore las nuevas tecnologías y se renueve cada cierto tiempo. La inversión en estos campos garantiza la continuidad del servicio, con un menor coste de operación y mantenimiento.
Una gestión coordinada entre compañías, usuarios y administraciones
De nada sirve la planificación y estrategia que puedan realizar las administraciones en la gestión del agua, si no se acompaña de un esfuerzo de los operadores y compañías a la hora de aportar tecnología, capacidad, innovación e inversión para ofrecer soluciones concretas a los usuarios. Es el caso de la ciudad de Almería, donde Aqualia gestiona el servicio desde 1993. Desde entonces, la ciudad ha crecido un 23% —hasta los 198.000 habitantes—, pero el consumo se ha reducido en un 47%, pasando de 30 hectómetros cúbicos a los 16 del año 2020. En este periodo, las inversiones en el servicio hídrico de la ciudad han alcanzado los 85 millones de euros, con un impacto de 2,26 euros por cada euro invertido.
La digitalización es clave a la hora de conseguir una gestión eficiente y sostenible del agua. La transformación digital ha supuesto un cambio en la forma de trabajar de todos los sectores, y para Aqualia ha pasado a convertirse en una de las líneas estratégicas más fuertes de la compañía. En 2023, su inversión en transformación digital fue de 17 millones de euros, con un alto impacto en el rendimiento de las redes, la detección de consumos anómalos a tiempo real y la reducción de pérdidas de agua por fugas.
Cifras que cuidan de nuestro ecosistema
Las cifras que hay detrás de la implantación de proyectos para la detección temprana de fugas en las redes, hablan del impacto de las pérdidas de agua y los daños que esto produce en los sistemas. La guerra contra el Agua no Registrada (ANR) lleva un registro de fugas, fallos en el cómputo de los contadores, fraudes y consumos no autorizados, y es una tarea esencial para el cuidado de este bien tan escaso. En España, el ANR alcanza de media el 23,5% del agua en la red, lo que supone una pérdida de más de 1.000 hectómetros cúbicos al año. Reduciendo este dato hasta el 10% se ahorrarían 550 hectómetros cúbicos anuales, cifra superior al consumo anual de agua de toda la Comunidad de Madrid.
En otra de las zonas donde los esfuerzos por conservar el agua se hacen más evidentes, la Región de Murcia, la gestión por parte de Aqualia posibilitó un ahorro de más de 2,5 millones de metros cúbicos en el año 2022. En la última década, la mejora media del rendimiento de las redes de abastecimiento alcanza los 7,5 puntos porcentuales en los municipios donde administra la concesión. En San Pedro del Pinatar se pasó de tener un 40% de pérdidas en las redes en 2018 a obtener un rendimiento medio del 92%, con un balance de casi cero pérdidas.
La clave del éxito de la buena gestión y del ahorro de este recurso natural es el trabajo conjunto de las administraciones públicas con las compañías operadoras del ciclo integral del agua. Las convocatorias de los PERTE de Digitalización del Ciclo del Agua, mediante las que el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico subvenciona proyectos de mejora de la eficiencia del ciclo urbano del agua, son el ejemplo más reciente.
En la primera convocatoria fueron seleccionados 30 proyectos que se verán beneficiados por estas inversiones. Uno de los seleccionados fue el presentado por Aqualia y Arcgisa —Agua y Residuos del Campo de Gibraltar— para digitalizar el servicio de agua de ocho municipios. En la actualidad, se encuentra en plazo de estudio la segunda convocatoria del PERTE, a la que Aqualia presentó 12 proyectos para distintos puntos de la geografía española, que engloban a un total de 596 municipios y benefician a sus más de tres millones de habitantes, así como al entorno que les rodea.
La transformación digital en Aqualia desarrolla soluciones integradas para alcanzar la eficiencia global y está diseñada con el principal objetivo de dar un mejor servicio a través de una gestión eficiente y sostenible, con el marco común del respeto al medioambiente y la protección y puesta en valor de sus recursos.