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Un programa para conseguir las cero emisiones netas de carbono en 2050

Una mujer
15 de junio de 2023 05:00 h

El cambio climático no es una broma ni una tendencia pasajera de la que podamos desentendernos. Por la misma razón, la sostenibilidad nos exige un compromiso a todos: individuos y sociedades, estados y organizaciones, grandes y pequeñas. Todos somos responsables de contribuir a un futuro capaz de garantizar el necesario equilibrio entre el crecimiento económico, la protección del medioambiente y el bienestar social. Un compromiso y una responsabilidad que ha asumido desde hace años Banco Santander.

“El mundo financiero global se está movilizando para apoyar la transición a la economía verde. Necesitamos que el crecimiento sea sostenible e inclusivo. Un crecimiento que impulse y financie la inversión en tecnologías verdes, que llegue a todos para que, a medida que nuestras economías y sociedades reduzcan las emisiones, las comunidades y los países no se queden atrás”. Así se expresaba Ana Botín, presidenta de Banco Santander, durante la XIV Conferencia Internacional de Banca, que reunió en 2021 a grandes personalidades del mundo financiero, la política, las empresas y la tecnología. Este evento confirmó una vez más el consenso unánime respecto a la necesidad de actuar en la mitigación del efecto devastador producido por el cambio climático, con efectos directos como el calentamiento global, es decir, el aumento de la temperatura del planeta debido principalmente a la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) como consecuencia de la actividad humana.

Precisamente con este fin han surgido en los últimos años importantes iniciativas, entre las cuales destaca el Acuerdo de París (2015), por el cual 196 países, así como administraciones regionales y empresas privadas de sectores como el bancario se comprometieron a reducir las emisiones de carbono para alcanzar la neutralidad climática en 2050 y de esta forma evitar que la temperatura mundial supere los dos grados centígrados respecto a la época preindustrial.

Esto ha supuesto un hito en el camino hacia una banca más responsable, en el que las entidades buscan no solo disminuir las emisiones de su actividad directa, sino también las derivadas de su actividad de la financiación, el asesoramiento y la inversión a los clientes.  Banco Santander tiene una apuesta decidida por la banca responsable, con una agenda detallada para alinear su estrategia de sostenibilidad al Acuerdo de París e iniciativas que permitan avanzar a la entidad y a sus clientes en su transición verde. El primer paso fue conocer el impacto de su actividad, a través de métricas como la huella de carbono —que mide desde 2011— para poder reformular el negocio a partir de criterios basados en la sostenibilidad e ir comprobando, conforme se aplican las medidas, su eficacia a favor del medioambiente.

Una descarbonización programada

Cumplir con los criterios ESG —siglas en inglés para Medioambiental, Social y Gobierno Corporativo— es una de las tareas en las que Santander se desempeña con mayor intensidad, y resulta clave para contribuir de modo eficaz al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU y al tratado internacional sobre el cambio climático.

En este sentido, los esfuerzos del grupo financiero van dando resultado. Desde 2020, Banco Santander es una organización neutra en emisiones de carbono en sus propias operaciones. En 2021 se eliminaron los plásticos innecesarios de un solo uso y se fijaron los primeros objetivos hacia la descarbonización: dejar de ofrecer, con el horizonte en 2030, servicios financieros a clientes de generación de energía eléctrica cuyos ingresos dependan en más de un 10% del carbón térmico y eliminar su exposición a la minería de carbón térmico en todo el mundo. 

Y el año pasado vio cómo se fijaban nuevas metas intermedias —también para 2030— que implican a otros sectores relevantes, como los del petróleo, gas, transporte, minería y siderometalurgia. Entre ellas, la reducción del 29% de las emisiones absolutas financiadas en el sector de la energía; reducción del 33% de la intensidad de las emisiones financiadas en el sector de la aviación, y del 32% en el caso del sector del acero. “El cambio climático es una emergencia global. Somos uno de los mayores bancos del mundo, con 148 millones de clientes, y por eso tenemos la responsabilidad y la oportunidad de apoyar la transición ecológica y animar a más personas y empresas a ser más sostenibles. Queda muchísimo por hacer, pero los compromisos que anunciamos hoy son un gran avance”, señaló entonces Botín. 

Además, internamente, en 2025 se quiere alcanzar una utilización del 100% de electricidad procedente de energías renovables en todos los edificios del banco. Y el objetivo de financiación o movilización de recursos destinados a finanzas verdes es de 120.000 millones de euros entre 2019 y 2025 —al cierre del pasado marzo ya se habían alcanzado 96.200 millones—, cifra que espera elevar a los 220.000 hasta 2030.

La estrategia climática de Santander

Puede resumirse en los siguientes cuatro compromisos públicos: 

  • Alinear su cartera con los objetivos del Acuerdo de París y establecer objetivos de alineamiento sector-cartera de acuerdo con la NZBA (Net Zero Banking Alliance) y con la iniciativa NZAMi (Net Zero Asset Managers initiative) para garantizar que las emisiones de carbono proyectadas ayuden a contribuir a limitar el calentamiento a 1,5°C por encima de los niveles preindustriales. 
  • Ayudar a los clientes en la transición hacia una economía baja en carbono. Para ello, ofrece a sus clientes orientación, asesoramiento y soluciones comerciales específicas, al tiempo que les permite invertir en una propuesta ESG de amplio alcance, en función de sus preferencias de sostenibilidad. Todo ello con el objetivo de alcanzar los 100.000 millones de euros de activos bajo gestión en Inversión Socialmente Responsable para 2025. 
  • Reducir el impacto medioambiental, implementando medidas de eficiencia, obteniendo toda su energía de fuentes renovables y manteniéndose neutros en carbono en la huella ambiental. 
  • Incorporar el clima en la gestión de riesgos para conocer y gestionar las fuentes de riesgo de cambio climático en sus carteras. 

Como la propia presidenta Botín explicaba en la presentación de la estrategia ESG de la entidad, “en Banco Santander siempre hemos sabido que apoyar a la sociedad forma parte de nuestra responsabilidad, y no tenemos duda alguna de que seguiremos cumpliendo con ello”. Con el absoluto respaldo de su dirección y el esfuerzo de todos, Santander ha asumido el compromiso de ayudar a las empresas y comunidades para que sean capaces de abordar un reto mundial como el cambio climático y de recobrar el necesario equilibrio que garantice un mejor futuro para todos.

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