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“Cuando te propones algo, tienes que lograrlo”

Jan Marcos Riveras. Foto: Ludovic Franco

Claudia Ochavo

En el lado del teléfono que apunta hacia el sur se oye la voz de Jan Marcos, tranquilo y risueño (con esas sonrisas que aunque no veas las escuchas). Desde Tarifa (Cádiz) este deportista dominicano charla con nosotros y nos habla de su carrera, su vida y su querido país.

Para un apasionado del kitesurf como tú Tarifa es una ciudad ideal, pero además de por sus condiciones… ¿Por qué llegaste allí?

Yo soy de Cabarete. Desde que empecé a aficionarme a esto oía mucho de Tarifa, todos decían que era muy parecido a mi ciudad. Desde siempre me he propuesto metas, pretendo tener ilusiones, superarme. Empecé a ver que de alguna manera mi pueblo se me quedaba pequeño, yo exigía cada vez más. Llegué a Tarifa en 2009, ha sido una ciudad que me ha ofrecido trabajo, amor… Aquí me siento como en casa.

Además parece que tu destino estaba diseñado desde hace tiempo…

Sí, aquí trabajo en una distribuidora de materiales de deportes como el surf y el kitesurf. Siempre me ha fascinado todo lo relacionado con eso, desde mi infancia estaba en la playa y echaba una mano en todo lo que podía cuando había campeonatos, o simplemente si había gente practicando. Una vez ayudé a un hombre con su cometa, y curiosamente ¡es mi jefe ahora!

El kitesurf es un deporte relativamente moderno y tú eres muy joven. Pero ¿de verdad que desde pequeño ya querías dedicarte a esto?

Sí, me pasaba todo el día en la playa, veía a la gente haciendo maniobras y alucinaba. Me embobaba mirando a expertos como Luciano González o Jose Luis Ciriaco. Todo empezó cuando un turista al que ayudé a bajar la cometa me regaló una que a él le sobraba y le quedaba pequeña.

Con 25 años has logrado uno de tus propósitos, ser campeón mundial, no te quejarás.

Por supuesto que no, pero precisamente en mi país el kitesurf es un deporte menor. Aún está poco reconocido. Todas mis metas han sido por méritos y esfuerzos propios, pero por otra parte no sé si hubiera llegado a aquí sin haber nacido donde nací. Soy feliz, y la vida me ha ofrecido cosas maravillosas. Eso y sobre todo que querer es poder. Todo lo que uno se proponga lo va a lograr.

Durante estos años que llevas en Cádiz, seguro que ves similitudes y diferencias en el carácter de los españoles y los dominicanos.

Sí. Nos parecemos en la alegría y la fiesta, la manera de celebrar. Pero quizás en España se tiene muy en cuenta un punto de apariencia, tener para que los demás vean que tiene. Los dominicanos vivimos día a día y no medimos según se tenga. Los dominicanos son gente estupenda. También hay veces que hablo con mis suegros y según me dice las cosas que hoy día se hacen en República Dominicana, como compartir la comida con la vecina, poner música en la puerta de casa y salir a tomar aire, se hacían en España hace cuarenta años.

¿Y cómo llevas la gastronomía? ¿Te gusta la nuestra? ¿Echas de menos la criolla?

Aquí como paella, puchero… Y la dominicana en realidad no la echo de menos. Tuve la suerte de que mis padres me enseñaron desde pequeño a cocinar, así que si se me antoja un sancocho o un mangú me lo hago yo. Eso sí, añoro mucho el aguacate de mi tierra, el de aquí no tiene nada que ver.

Quizás aún es muy pronto, pero en un futuro ¿crees que volverías a República Dominicana?

Estoy ideando un negocio en Cabarete y me gustaría al menos tener la oportunidad de viajar una vez al año a mi país. También me haría mucha ilusión que mi madre pudiera trasladarse aquí.

Muchas gracias Jan Marcos

Gracias a vosotros por contar conmigo.

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