“Mi hija tiene 19 años y ya ha vivido dos guerras”
No es la primera vez que la ucraniana Darya Kasyanova hace las maletas para huir de una guerra. Ya en 2014 huyó del conflicto en el Donbás junto a su hija, que por aquel entonces tenía 12 años. “Era adolescente y fue terrible para ella el tener que adaptarse a un nuevo colegio en una nueva ciudad”, cuenta Darya que además trabaja como directora nacional de Desarrollo de Programas de Aldeas Infantiles SOS Ucrania. Este año su hija cumplió 19 años y “ya ha vivido dos guerras”.
Ahora, varias maletas y una segunda hija después, se encuentra en Polonia junto a su familia donde monitorea a familias de acogida que se han hecho cargo de niños solos. Acompañar a estos menores y sus tutores son gran parte del objetivo de la ONG en Ucrania que alerta de que tres millones de niños y niñas necesitan asistencia humanitaria urgente.
El primer paso, es asegurar su seguridad y luego, su estabilidad emocional. “Algunos de los adultos tardaron más de dos meses en estabilizar su estado emocional”, cuenta la humanitaria. Un paso crucial: “Es crucial ya que los niños son un espejo de sus padres”.
El tercero, crear espacios seguros donde los niños puedan reiniciar sus vidas. Y concluye Kasyanova: “Es importante para nosotros encontrar un camino en este océano de duelo que viven los niños. Que puedan tener una familia, hacer actividades interesantes, descubrir cosas sin guerra y pérdidas”.